El presidente de Francia, Emanuel Macron, se imponía en la primera vuelta de las elecciones en su país con el 28,4 por ciento de los votos, mientras que la candidata de extrema derecha Marina Le Pen obtenía el segundo puesto, con 23,4, por lo que ambos disputarán el balotaje, a celebrarse el próximo 24 de abril.
Así lo indicaba una estimación Ipsos-Sopra para France 24 y otros sondeos que reflejan agencias como Reuters. En la segunda vuelta, por tercera vez, Macron, de 44 años, y Le Pen, de 53, irán a las urnas en pos de las llaves del Palacio del Elíseo.
Ambos dominaron todas las encuestas durante la campaña y en el comicio se ratificaron esos pronósticos. Lo mismo sucedió con la abstención anunciada en los sondeos, que se ubicó en 26%, aunque no alcanzó el nivel récord de 2002, que había sido de 28,4%.
De todas maneras, viene siendo una tendencia la decepción del electorado con la oferta electoral y los programas de los 12 candidatos. Inclusive, el hecho de que el presidente saliente haya decidido a último minuto presentase para enfrentar a la extrema derecha, en el marco de las dos crisis de envergadura que le tocó enfrentar, como la pandemia y la guerra en Ucrania, contribuyó aún más al desconcierto de la ciudadanía francesa.
En las dos próximas semanas ambos rivales intentarán atraer a quienes votaron por los otros 10 aspirantes que no calificaron para el balotaje. Algunos de ellos ya anunciaron que se abstendrán de definir si se inclinan por Macron o por Le Pen.
En un mensaje que dio al finalizar el acto comicial, Macron agradeció a todos los electores: a los compatriotas que lo votaron ("su confianza me honra, me obliga y me compromete"); a los contrincantes de los que se compadeció por su derrota (dijo entenderla); a quienes optaron por la abstención; y sobre todo a quienes no lo escogieron ("todas y todos pueden contar conmigo para aplicar este proyecto de apertura e independencia francesa y europea que hemos defendido a lo largo de esta campaña"), publica France24.
Entre estos agradecimientos se refirió particularmente a su rival Jean-Luc Mélenchon: "Invito a todos los ciudadanos, cualquiera que haya sido su decisión en esta primera vuelta, a que se unan a nosotros. Algunos lo harán para obstaculizar a la extrema derecha y soy consciente de que no es un apoyo a mis proyectos y lo respeto. Es la decisión que ha tomado, por ejemplo, (Jean-Luc) Mélenchon". Es que el representante de la izquierda (Francia Insumisa) terminó tercero con 20,3%, una cifra en alza, pero insuficiente para clasificarse a la segunda vuelta.
La candidata de Frente Nacional, Marine Le Pen, destacó que "el pueblo francés ha hablado y me hace el honor de estar clasificados a la segunda vuelta contra el presidente saliente". Agregó que en su resultado ve "la esperanza de que se levanten las fuerzas de la recuperación en este país".
Prometió que pondrá "a Francia en orden, en cinco años, para recuperar un lugar en este siglo XXI" y afirmó que en el segundo turno electoral "chocarán dos visiones: la de la división, la injusticia y el desorden que impone Emmanuel Macron; o la de la justicia y la protección que yo represento".
Los dos partidos tradicionales franceses, el Partido Socialista (izquierda) y Los Republicanos (derecha), sufrieron un duro revés, con mujeres candidatas que no convencieron: Valérie Pécresse (LR), obtuvo apenas 5% de los votos, mientras que la aspirante del PS, Anne Hidalgo, apenas reunió al 2,1% de los electores, la peor performance de los últimos comicios.
Eric Zemmour, el candidato "outsider" de extrema derecha (Partido Reconquista), alcanzó un 7% de los votos, ubicándose en el cuarto lugar. Con esta perspectiva, Macron aparece como el favorito a conseguir un nuevo mandato presidencial.