Los europeos debemos aprender a actuar de manera "uniforme" en política Exterior, de Seguridad y Defensa, declaró la mandataria en el Parlamento alemán, que reconoció también que es consciente también de que los países de la Unión Europea (UE) se dividen de vez en cuando en cuestiones de política exterior.
A pesar de todo, Merkel alertó de la necesidad de no minimizar la importancia de las relaciones transatlánticas al ser preguntada por planes concretos para el futuro de la UE ahora que parece que ya no se puede contar con Estados Unidos.
La decisión de la Administración de Donald Trump de introducir aranceles al acero y al aluminio y salir unilateralmente del acuerdo nuclear con Irán serán los principales puntos de fricción en la próxima cumbre del G7 este viernes y sábado en Canadá, que será difícil cerrar con el tradicional comunicado conjunto, reconoció Merkel.
"Aún se trabajará en ello", indicó a pesar de todo al ser preguntada sobre si sigue siendo posible contar con una declaración final de los siete países más industrializados del mundo (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Italia, Japón, Francia y Reino Unido). Una conclusión sin comunicado conjunto es algo que ha ocurrido muy pocas veces en la historia del grupo.
Durante la interpelación parlamentaria de una hora de duración, Merkel admitió que actualmente existe un "desacuerdo con Estados Unidos" en especial por la imposición de aranceles, la política climática y el pacto nuclear de Irán. "Esto muestra que tenemos un problema serio con los acuerdos multilaterales", declaró. "Existen numerosas diferencias con Estados Unidos", dijo y destacó la importancia de que Europa negocie "unida".
Más allá del G7 y de los problemas con Estados Unidos, la líder conservadora prometió que se ratificaría el controvertido acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea (UE) y Canadá, el CETA, aunque sin especificar fecha.
Merkel se sometió, tranquila, sin dudar en ningún momento y con el temple que la caracteriza, a las preguntas de los diputados en un formato inédito acordado por el Gobierno de coalición entre conservadores y socialdemócratas y en el que la mandataria no sabe de antemano las preguntas.
Durante esta especie de interrogatorio por parte de los diputados de todas las fracciones parlamentarias, la mandataria rechazó de nuevo la posibilidad de que Rusia regrese a la cumbre de la que fue expulsada en 2014, volviendo así al formato G8. "La anexión de Crimea es una flagrante violación del derecho internacional", declaró sobre la anexión rusa.
Tras media hora centrada en la cumbre del G7 y los problemas con Estados Unidos, se abrió la ronda al resto de temas donde, entre otras cosas, Merkel mostró sus dudas a la aplicación de un impuesto al plástico, defendió de nuevo su gestión de la crisis de refugiados cuando en 2015 entraron al país cerca de 900.000 solicitantes de asilo en una "situación extraordinariamente humanitaria" o reconoció que la cuota femenina ha bajado en sus filas, algo que lamenta al igual que "lamentan los hombres también", bromeó.
Asimismo, la presidenta de la Unión Cristianodemócrata (CDU) rechazó las voces que alertan de que sus propuestas para reformar la UE vayan a diluir los criterios de estabilidad en el seno europeo y señaló que se mantendrá la condicionalidad de los créditos.
Merkel apoya el plan de ampliar el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) con un fondo monetario europeo a imagen del Fondo Monetario Internacional (FMI). En este punto, los créditos seguirán unidos a condiciones, afirmó.
"Con la devolución de todo el dinero en un periodo corto de tiempo". Junto con los créditos a 30 años unidos a estrictas condiciones, está previsto que haya también créditos a cinco años.
Tras 30 preguntas y 30 respuestas, el presidente del Bundestag, Wolfgang Schäuble, dio por concluida la interpelación a pesar de las protestas de los ultraderechistas de Alternativa para Alemania (AfD), líder de la oposición. A lo que Merkel contestó: "Por triste que sea se ha llegado al final. Volveré otra vez".