El gobierno de Ucrania confirmó que este jueves por la noche impactó un avión no tripulado de Rusia en la central nuclear de Chernobyl.
El daño en la central no provocaría niveles de radiación anormales. En paralelo, siguen las negociaciones entre Trump, Putin y Zelensky.
El gobierno de Ucrania confirmó que este jueves por la noche impactó un avión no tripulado de Rusia en la central nuclear de Chernobyl.
El propio presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, manifestó: “Un avión no tripulado de ataque ruso con una ojiva de alto poder explosivo impactó contra el refugio que protege al mundo de la radiación en la destruida 4ª unidad de energía”.
Respecto a posibles daños de magnitud o eventuales crecimientos de la radiación, el mismo comunicado publicado en X (ex Twitter) indica: “Los niveles de radiación no han aumentado y se están controlando constantemente. Según las evaluaciones iniciales, el daño al refugio es significativo”.
Desde Moscú se niega dicha acusación y aseguran que sólo se trata de un intento de arribar con “argumentos” a la Conferencia de Seguridad de Múnich, donde se avanzaría en el supuesto plan de paz.
El portavoz ruso, Dmitry Peskov, declaró en torno a dicho concepto: “Pero sé una cosa: no se puede hablar de ataques contra infraestructuras nucleares o instalaciones de energía nuclear. Por lo tanto, cualquier afirmación en este sentido no es cierta”, y agregó: “Los militares rusos no hacen esto. Lo más probable es que se trate de otra provocación, de un montaje”.
María Zajárova, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, fue un paso más adelante en sus declaraciones: “Las manos del régimen de Kiev no sólo están cubiertas de sangre, sino que deben estar ocupadas todo el tiempo con algún tipo de sonajero con el que distraen la atención de los participantes en las conferencias internacionales".
En el informe del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) aseguró que los niveles de radiación dentro y fuera siguen siendo normales y estables, aclarando que se seguirá monitoreando la situación.
Sobre el incidente en concreto, la OIEA detalló: “escuchó una explosión proveniente del Nuevo Confinamiento Seguro, que protege los restos del reactor 4 de la antigua central nuclear de Chernobyl, causando un incendio”.
En las últimas semanas, el organismo alertó por el incremento de las explosiones en sectores aledaños a la central nuclear de Zaporiyia.
En Alemania, Zelensky se reuniría con J.D. Vance, vicepresidente de Estados Unidos, que oficiará de vocero de Donald Trump, quien sí dialogó mano a mano con Vladimir Putin, presidente de Rusia, durante hora y media.
El acuerdo, en primera instancia, pareciera beneficiar a Rusia con un porcentaje territorial ucraniano de importancia y a Estados Unidos por la obtención de tierras raras a cambio de “protección”. La relación directa Washington - Moscú, salteando Europa, es una de las aristas que se preveían para la segunda gestión de Trump.
Quien se manifestó en contra de la dirección que están tomando las conversaciones fue Emmanuel Macron, presidente de Francia, inquieto ante la posibilidad de que la “paz” se convierta en “capitulación”.
Dicho temor no hizo que Macron escape de las responsabilidades aludidas por su par estadounidense: "Lo que Trump le indica a Europa es que son ustedes los que deben asumir la carga, y digo que nos corresponde a nosotros asumirlo".
Uno de los principales argumentos de Trump para ponerle fin al conflicto recae sobre la masiva inversión logística y económica de su gobierno para con la seguridad europea, reforzando el hecho de que existe disparidad en la inversión dentro de grupos como la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte).
Respecto a la OTAN, el magnate de la Casa Blanca brindó dos guiños discursivos para Rusia. En primera lugar, valorizó la postura rusa de negarse al ingreso de Ucrania a la organización militar al compartir frontera, y en segundo, indicó que existe la posibilidad de que el gobierno de Putin regrese al G7 y conformé el G8.
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