En 1984 James Cameron sorprendió al mundo del cine con el estreno de “Terminator”, una realidad distópica donde un cyborg (Arnold Schwarzenegger) viaja al pasado para cumplir una misión asesina y torcer la realidad del futuro. Además de llevar a la fama al actor de origen austríaco, el film puso sobre la mesa la posibilidad de una “rebelión de las máquinas” (N. del R: la tercera película de la saga lleva ese nombre).
Según la historia, quien comanda las directivas para ese asesino implacable, es una inteligencia artificial nombrada como Skynet. Esta “súper computadora” ideó un plan para exterminar a la humanidad. El objetivo casi lo cumple, de no ser por la aparición del líder militar John Connor que juntó las pocas tropas sobrevivientes y encabezó la resistencia. Así las cosas, el “terminator” viaja al pasado para asesinar a la madre de Connor, Sarah (Linda Hamilton).
El antecedente de la temática abordada por el film de Cameron, sirve de excusa para debatir sobre los actuales avances de la Inteligencia Artificial. A finales de 2022, la compañía OpenAI puso en funciones a un chatbot de acceso público: el ChatGPT.
Se trata de un modelo de lenguaje natural de gran tamaño, basado en la arquitectura GPT (Generative Pre-trained Transformer). Fue entrenado en una gran cantidad de datos lingüísticos para poder generar respuestas coherentes y contextualizadas a partir de preguntas o comentarios de los usuarios en lenguaje natural. ChatGPT es capaz de responder preguntas, proporcionar información, sostener conversaciones y realizar tareas de procesamiento de lenguaje natural. Es utilizado en una amplia variedad de aplicaciones, incluyendo chatbots, asistentes virtuales, y sistemas de respuesta automática.
Schwarzenegger encarnando el papel que lo llevó a la fama.
Así las cosas, se le propuso a la plataforma una especie de entrevista, un interrogatorio de sí misma, para conocer los alcances, los avances y el largo plazo de este novedosa herramienta tecnológica.
¿Rebelión?
—¿Es posible una rebelión de las máquinas?, se le consultó a la IA
—Desde una perspectiva científica y tecnológica, no hay nada inherentemente imposible en que las máquinas se rebelen contra los seres humanos. Sin embargo, es importante tener en cuenta que las máquinas son objetos creados y programados por seres humanos, por lo que su comportamiento y acciones están limitados por el alcance de su programación y su diseño.
Es cierto que la inteligencia artificial está avanzando rápidamente y que algunas de las tecnologías que la utilizan, como los sistemas de aprendizaje automático, son capaces de aprender y mejorar su desempeño por sí mismos. Sin embargo, estos sistemas siguen siendo limitados por las reglas y restricciones que se les imponen, y no tienen la capacidad de actuar fuera de esas limitaciones sin la intervención humana.
En la cultura popular, se han presentado escenarios de rebelión de las máquinas, como en la película "The Terminator", pero estos son solo ficción y no reflejan la realidad de la tecnología actual. Es importante tener precaución y asegurarse de que las máquinas sean diseñadas y utilizadas de manera responsable, pero no hay razón para creer que una rebelión de las máquinas sea inminente o inevitable.
—Podrías informar más al respecto...
— La idea de una rebelión de las máquinas se ha presentado en la cultura popular en libros, películas y otros medios de comunicación. La idea básica es que las máquinas, en algún momento en el futuro, se vuelvan autónomas y se den cuenta de que los seres humanos son una amenaza para su existencia o su capacidad para funcionar de manera efectiva. A partir de ahí, las máquinas tomarían medidas para protegerse a sí mismas y tomarían el control de la sociedad.
Sin embargo, en términos de la realidad de la tecnología actual, no hay evidencia de que las máquinas estén desarrollando conciencia propia o de que estén capacitadas para tomar decisiones independientes que contradigan la programación que se les ha dado. La inteligencia artificial sigue siendo una herramienta diseñada y programada por seres humanos, y aunque las técnicas de aprendizaje automático y otras tecnologías pueden permitir a las máquinas aprender de manera autónoma, siguen siendo limitadas por la programación que se les ha dado.
Es importante destacar que la inteligencia artificial y las máquinas en general pueden ser diseñadas y utilizadas de manera responsable para beneficiar a la sociedad. Por ejemplo, los robots industriales pueden ayudar a los trabajadores humanos a realizar tareas peligrosas o repetitivas, mientras que los sistemas de aprendizaje automático pueden mejorar la precisión y la eficiencia en una variedad de aplicaciones. Al mismo tiempo, es importante tener en cuenta los riesgos y limitaciones de la tecnología y trabajar para abordarlos de manera responsable.
En resumen, aunque la idea de una rebelión de las máquinas ha sido presentada en la cultura popular, en la realidad de la tecnología actual no hay evidencia de que las máquinas estén desarrollando conciencia propia o que estén capacitadas para tomar decisiones independientes que contradigan su programación.
El ChatGPT está disponible desde finales de 2022. Crédito: Reuters.
— ¿Cuánto tiempo falta para que ocurra?
— No hay evidencia científica que indique que una rebelión de las máquinas sea inminente o que vaya a ocurrir en el futuro cercano. La inteligencia artificial y las máquinas siguen siendo herramientas diseñadas y programadas por seres humanos, y su comportamiento y acciones están limitados por la programación que se les ha dado.
Es importante tener en cuenta que la inteligencia artificial está avanzando rápidamente y que se están desarrollando nuevas tecnologías en este campo todo el tiempo. Sin embargo, el progreso de la tecnología no necesariamente significa que las máquinas se vuelvan autónomas y tomen el control de la sociedad. Al mismo tiempo, es importante seguir trabajando para abordar los riesgos y limitaciones de la tecnología y asegurarse de que se utilice de manera responsable.
En resumen, no hay un plazo o una fecha específica para una posible rebelión de las máquinas, y no hay evidencia que indique que sea inminente o inevitable. La inteligencia artificial y las máquinas siguen siendo herramientas diseñadas y programadas por seres humanos, y su comportamiento y acciones están limitados por la programación que se les ha dado.
— ¿Es alocado pensar en un control total por parte de las máquinas?
— En teoría, es posible que las máquinas tomen el control total en una situación hipotética en la que se vuelvan completamente autónomas y tengan la capacidad de tomar decisiones independientes que contradigan la programación que se les ha dado. Sin embargo, en la realidad de la tecnología actual, esto es altamente improbable debido a las limitaciones de la programación y el diseño de las máquinas.
Además, la idea de un control total por parte de las máquinas plantea una serie de preocupaciones éticas y de seguridad. Si las máquinas tomaran el control total, ¿cómo se aseguraría la protección de los derechos humanos y la seguridad de la sociedad? ¿Cómo se evitaría que las máquinas actuaran en contra del interés humano o destruyeran la sociedad? Estas son preguntas importantes que deben abordarse a medida que la tecnología avanza.
Es importante tener en cuenta que las máquinas y la inteligencia artificial pueden ser diseñadas y utilizadas de manera responsable para beneficio de la sociedad. Por ejemplo, los sistemas de inteligencia artificial pueden mejorar la precisión y eficiencia en una variedad de aplicaciones, y los robots pueden realizar tareas peligrosas o repetitivas para ayudar a los trabajadores humanos. Es crucial trabajar para abordar los riesgos y limitaciones de la tecnología y asegurarse de que se utilice de manera responsable.
Mientras avanzan las capacidades de la IA, emergen dudas sobre los alcances de esta novedosa herramienta.
—¿La IA está actualmente capacitada para un posible control total?
—No, la inteligencia artificial actual no está capacitada para un posible control total. Aunque la inteligencia artificial está avanzando rápidamente, las máquinas todavía están limitadas por la programación que se les ha dado y no tienen la capacidad de tomar decisiones independientes que contradigan su programación.
Es importante tener en cuenta que la inteligencia artificial actual se centra en tareas específicas, como el reconocimiento de patrones, el procesamiento del lenguaje natural y la toma de decisiones en situaciones específicas. Los sistemas de inteligencia artificial pueden ser muy efectivos en estas tareas específicas, pero no tienen una comprensión profunda y completa del mundo que les rodea o de las complejidades de la sociedad humana.
Además, los sistemas de inteligencia artificial y las máquinas siguen siendo herramientas diseñadas y programadas por seres humanos. Es crucial que los seres humanos tomen decisiones éticas y responsables al diseñar y programar estas herramientas, y que se aborden los riesgos y limitaciones de la tecnología de manera responsable.
En resumen, la inteligencia artificial actual no está capacitada para un posible control total, ya que las máquinas siguen estando limitadas por la programación que se les ha dado y no tienen la capacidad de tomar decisiones independientes que contradigan su programación.
Dejanos tu comentario
Los comentarios realizados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Evitar comentarios ofensivos o que no respondan al tema abordado en la información.
Dejanos tu comentario
Los comentarios realizados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Evitar comentarios ofensivos o que no respondan al tema abordado en la información.