El Litoral
El investigador Hugo Marino aseguró que en un plazo de 100 días podría hallarlo con la ayuda del vehículo submarino autónomo.
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DPA
El Gobierno argentino anunció este lunes su plan de contratación del sumergible de la empresa de investigación subacuática SEA dirigida por el venezolano Hugo Marino para la búsqueda del submarino ARA "San Juan" desaparecido desde el 15 de noviembre con 44 tripulantes a bordo en aguas del Atlántico Sur.
"Estamos en el proceso de contratación. Hemos hablado más de cinco veces con el señor Marino, que es quien ha ofrecido este aparato", informó el ministro de Defensa, Oscar Aguad, al declarar este lunes ante una comisión bicameral del Congreso que investiga lo ocurrido con el submarino.
Aguad aclaró que el vehículo submarino autónomo (AUV, por sus siglas en inglés) que ofrece la empresa de Marino "es probable que sea de utilidad en la medida de que sea buena de calidad y pueda meterse en la grieta de la montaña". El investigador venezolano aseguró que en un plazo de 100 días podría hallarlo.
En medio de una audiencia con numerosas críticas y alta tensión política, el ministro dio explicaciones de las acciones del Gobierno y las Fuerzas Armadas en la búsqueda del ARA "San Juan", que desapareció a unos 400 kilómetros de la costa argentina mientras navegaba desde la austral ciudad de Ushuaia rumbo al puerto de Mar del Plata, donde tenía su base.
"Nosotros, como familia, queremos saber la verdad, queremos que ponga la firma para contratar a esa empresa", urgió César Toconas, hermano de uno de los tripulantes del submarino.
El ministro aseguró que el Gobierno del centroderechista Mauricio Macri no escatimó recursos en la búsqueda y ya lleva gastados 780 millones de pesos (casi 40 millones de dólares).
"Estamos todos interesados en saber qué pasó y por qué pasó", afirmó.
"Es muy difícil que podamos hacer el milagro, pero vamos a seguir buscando. Entiendo el dolor, aunque algunos no crean lo que pienso no hay respuestas mientras no encontremos el submarino. En la búsqueda subimos a videntes a los barcos, subimos a familiares a los barcos, fuimos a buscar a otras zonas", detalló el funcionario. Aguad aseguró que hasta el 1 de abril, cuando se retiró un robot submarino ruso del operativo, el submarino fue rastreado con la última tecnología disponible en el mundo.
El jefe de la cartera de Defensa subrayó que "objetivamente, el barco estaba en condiciones de navegar". Y aclaró que había zarpado de Mar del Plata para "participar de una misión naval integrada con toda la flota de mar; un entrenamiento militar". Negó en tanto que haya navegado cerca de las islas Malvinas, controladas por el Reino Unido pese al reclamo argentino de soberanía.
El funcionario fue denunciado en la Justicia semanas atrás por el padre de unos de los tripulantes de la nave de los presuntos delitos de "incumplimiento de los deberes de funcionario público, abandono de persona, encubrimiento y traición a la patria".
Desde el 15 de noviembre de 2017, cuando el submarino emitió su última comunicación antes de desaparecer, un grupo de familiares permanece en la Base Naval de Mar del Plata, el destino al que el sumergible debía regresar.
Según un informe preliminar de la comisión investigadora creada por el Ministerio de Defensa argentino para dilucidar qué ocurrió con la nave, el ARA "San Juan" sufrió una implosión.
El documento mencionó que antes de eso el sumergible había padecido una explosión en un banco de baterías por el ingreso de agua de mar a través de un sistema de ventilación.
Esa falla provocó un incendio que el comandante intentó apagar emergiendo a la superficie cuando ocurría un fuerte temporal. Una vez controlada la situación, la nave volvió a descender, tal como reportó a la base aquel 15 de noviembre, día de su última comunicación con las bases.
De acuerdo a esta investigación, minutos después se habría reiniciado el incendio y producido una explosión por el hidrógeno acumulado en el tanque de baterías que, según los expertos, pudo afectar el sistema de control.
Según la comisión, se trató de una implosión, un aplastamiento del submarino por la diferencia de presión al bajar a una profundidad mayor de la que soportaba la nave.