Como parte de la investigación a su tripulación y sus intenciones, el juez federal Federico Villena intenta reconstruir qué ocurrió con el Boeing 747-300M, matrícula YV3531 de la empresa venezolana Emtrasur, que se encuentra retenido en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza, a cuya terminal de carga arribó el lunes 6 de junio, durante las horas que estuvo en el aeropuerto Taravella de la Ciudad de Córdoba.
En principio, se habría tratado de una escala obligada por la niebla, pero algunos indicios disparan otras hipótesis.
Si bien la fiscal Cecilia Incardona, que, en principio, decidió impulsar la investigación, solicitó y consiguió del juez Villena el secreto de sumario para que no se filtren medidas de prueba. El foco de atención está puesto en lo sucedido en el aeropuerto cordobés donde aún no se ha logrado establecer si la extensa tripulación, compuesta por 14 venezolanos y cinco iraníes, bajó del avión, abrió la bodega y si lo hicieron, descargaron o subieron material.
Mirá tambiénLa Fiscalía abrió una causa penal por el avión venezolano-iraní retenido en EzeizaLas sospechas se incrementan por la gravedad del hecho de haber volado desde Córdoba hacia Buenos Aires con el transponder apagado que impidió que se localizara a la aeronave mientras atravesaba el espacio aéreo nacional.
Un transpondedor o transponder es un tipo de dispositivo utilizado en telecomunicaciones. En aviación, estos dispositivos, sirven para conocer dónde está una aeronave en un momento dado. Un instrumento de enorme importancia que puede ser desactivado girando tan sólo un mando. En algunos casos, los pilotos los apagan en los momentos en que circulan por la pista de un aeropuerto para que las señales que emite el dispositivo no se mezclen o interfieran con radares ubicados en tierra. Pero luego se los enciende durante el vuelo. Hay casos en los que puede fallar pero si eso sucede, los controladores aéreos, suelen pedir al comandante de la nave que encienda un segundo transpondedor de respaldo que se puede activar manualmente si el principal falla y hay que anularlo.
Por lo que, pocas son las excusas que pueden ofrecer los responsables del vuelo de la empresa Emtrasur para explicar las razones por las que decidieron surcar los cielos argentinos de manera invisible.
Mirá tambiénParaguay aseguró que había alertado a la Argentina del avión venezolano-iraníTécnicos de la Asociación Personal Técnico Aeronáutico (APTA), explicaron a NA que "el avión puede volar porque se trata de un equipo que emite una señal con un código pero no debería hacerlo. O sea que si el avión voló de esa manera es porque alguien se estaba haciendo el vivo. Es peligrosísimo. Hay un caso emblemático de accidente aéreo por apagar el transponder. El vuelo 1907 de Gol que chocó en el aire con un Embraer Legacy Privado el 29 de septiembre de 2006 en Brasil. El accidente se produjo a 11.277 metros de altitud y murieron 148 pasajeros del Gol y seis tripulantes luego que el ala izquierda del Legacy le pegara de frente al Boeing 737. El pasaje del jet privado sobrevivió pero el vuelo internacional fue completamente reducido a cenizas".
Desde luego que en ningún país del mundo se puede volar legalmente un avión con el transponder apagado. Argentina no es la excepción.
A ese misterioso proceder de la tripulación del Boeing de la compañía aérea venezolana hay que sumarle el hecho del desvío a la provincia de Córdoba. Territorio emblemático en secretos militares y aeroespaciales. La nave no se desvió a Neuquén, Santa Fe, Tucumán, o al litoral, lo hizo a Córdoba, lo que viene a alimentar más especulaciones y sospechas acerca del misterio de su hoja de ruta.
Mirá tambiénGuardia Revolucionaria Islámica: el cuerpo especial de Irán al que pertenece un tripulante del avión retenidoEl Ministerio de Seguridad, a través de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), controló a la tripulación y la carga para ver si transportaban armas y artículos prohibidos, pero comprobaron que llevaban “repuestos para autos”.
Del pedido de informes presentado por legisladores de la oposición en la Cámara de Diputados con destino al Poder Ejecutivo se desprende que la aeronave habría sido propiedad de la empresa iraní sancionada por Estados Unidos, Mahan Air, que luego lo habría transferido a la empresa estatal venezolana Conviasa, en su versión “cargo”, es decir, Emtrasur. Firma esta última también sancionada por la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Tesoro del país del norte.
El 6 de junio pasado, el avión Boeing 747, en configuración cargo, matrícula YV3531, proveniente de México y con destino el Aeropuerto Internacional de Ezeiza, no pudo aterrizar allí y se tuvo que dirigir a la ciudad de Córdoba. Ese mismo día, por la tarde, la aeronave volvió a despegar para, entonces sí, aterrizar en Ezeiza.
Luego, el miércoles 8 de junio, despegó del Aeropuerto Internacional Ministro Pistarini y tras sobrevolar el Río de la Plata durante 20 minutos, aterrizó nuevamente en Ezeiza “por motivos desconocidos”.