Randolph Moss, juez federal de los Estados Unidos, ordenó el decomiso definitivo del avión venezolano tripulado por iraníes y que está secuestrado desde el 6 de junio pasado en el aeropuerto de Ezeiza.
Se trata de la nave que aterrizó en Argentina y fue comprada por la empresa Conviasa a su par de Irán Mahan Air. Según Washington, violó su legislación antiterrorista.
Randolph Moss, juez federal de los Estados Unidos, ordenó el decomiso definitivo del avión venezolano tripulado por iraníes y que está secuestrado desde el 6 de junio pasado en el aeropuerto de Ezeiza.
La nave había aterrizado con 19 tripulantes iraníes y venezolanos que fueron investigados bajo la sospecha de que se dedicaban al espionaje o a actividades de apoyo al terrorismo.
El juez Moss escribió en dos carillas y media que el 20 de octubre de 2022, EE.UU. presentó una demanda verificada por decomiso de la una aeronave Boeing 747-300 de origen estadounidense, con el número de cola YV-3531 y el número de serie del fabricante 23413.
La entrega de la aeronave a los Estados Unidos es una decisión política del Estado argentino, que debe resolver si hace lugar al reclamo norteamericano o si elige no pelearse con el Gobierno de Venezuela y eventualmente el de Irán, que observa el desarrollo de las acciones.
Un fiscal estadounidense había pedido a la Justicia de su país que hiciera efectivo el decomiso de un avión venezolano de la empresa Emtrasur retenido desde el año pasado en el Aeropuerto de Ezeiza.
El fiscal Rajbir Datta requirió a un tribunal local que proceda al decomiso de la aeronave comprada por la empresa venezolana por supuesta “violación de las leyes de exportación de los Estados Unidos”.
El avión fue comprado por una empresa venezolana, Conviasa, a la iraní Mahan Air.
Según una legislación interna de Estados Unidos, los aviones de ese origen no podrían circular sin violar la política antiterrorista de Washington, pese a lo cual la aeronave realizó vuelos comerciales a Irán, Medio Oriente y Rusia.
Sobre el avión pesa una orden de incautación desde mediados del año pasado, cuando aterrizó en Buenos Aires con una tripulación de iraníes y venezolanos que permanecieron durante meses retenidos en un hotel de la zona norte del Gran Buenos Aires.
Finalmente todos fueron liberados por orden del juez federal de Lomas de Zamora Federico Villena, pero el avión quedó retenido por el pedido cursado por los Estados Unidos.
El pedido del fiscal norteamericano a un tribunal local no modificó, de momento, el status quo de la nave, que sigue estacionada en una pista alejada del aeropuerto Ministro Pistarini y sólo registra movimientos periódicos para mantenimiento.
El juez Villena no recibió aún ningún pedido proveniente de los Estados Unidos, que debe canalizarlo –en el caso de hacerlo- a través de la vía diplomática, de gobierno a gobierno.
Para el fiscal estadounidense Rajbir Datta, todos los pasos procesales previos al pedido de decomiso ya se cumplieron, por lo que sólo resta proceder a la incautación y envío a su país.
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