El inicio del ciclo lectivo representa un gran cambio en la rutina de los niños y sus familias. Organizar las actividades de manera equilibrada es clave para evitar el estrés y garantizar el bienestar de los más pequeños.
El inicio del ciclo lectivo implica cambios en la rutina familiar. La psicóloga Karen Basabilbaso explica cómo evitar la sobrecarga de actividades, cuántas horas de estudio son recomendadas y la importancia de la flexibilidad.
El inicio del ciclo lectivo representa un gran cambio en la rutina de los niños y sus familias. Organizar las actividades de manera equilibrada es clave para evitar el estrés y garantizar el bienestar de los más pequeños.
En este contexto, la psicóloga Karen Basabilbaso -MAT. 1679- explicó a Revista Nosotros la importancia de la flexibilidad en la planificación y brindó recomendaciones para una transición armoniosa.
La transición de las vacaciones al ciclo escolar implica ajustes en la rutina. Basabilbaso destacó que "como todo nuevo comienzo, implica un cambio en la rutina" y que es fundamental adaptarse progresivamente.
En este sentido, la profesional explicó que "la rutina se va modificando en función de las necesidades de cada persona y de cada familia", por lo que es importante mantener una estructura flexible que permita realizar los ajustes necesarios.
Asimismo, advirtió que los cambios en la rutina pueden generar cierto nivel de estrés, pero que su impacto dependerá de la previsión y la actitud de la familia: "Si lo tenemos presente y sabemos eso, probablemente el estrés se vea mucho más reducido, tanto para los padres como para los niños".
La cantidad de horas dedicadas al estudio varía según la edad y el nivel educativo. Basabilbaso indicó que "en secundaria, entre una y dos horas diarias sería el rango ideal entre hacer tareas y demás, y cuando haya exámenes esto incrementaría". En el caso de los niños en primaria, aseguró que "entre 30 minutos y una hora es suficiente, dependiendo de la carga de evaluaciones y tareas".
Para los más pequeños, la especialista resaltó que no se recomienda establecer un tiempo rígido: "Cuando son más chiquititos no se recomendaría algo tan estructurado, sino evaluar si tienen alguna tarea del jardín o alguna actividad".
Uno de los errores más comunes es sumar demasiadas actividades a la rutina de los niños sin considerar su bienestar. Basabilbaso advirtió que "se mezclan las intenciones de que el niño haga doble escolaridad, deportes, inglés, computación... y esto puede generar un desgaste a lo largo del año".
Por ello, recomendó analizar previamente cuáles son las actividades realmente viables dentro de la dinámica familiar.
La especialista también subrayó la importancia del tiempo libre, permitiendo momentos de descanso y creatividad. "Hay que dar un tiempo para el tiempo libre justamente para que los chicos puedan explorar otras inquietudes, aburrirse si es necesario y desarrollar la creatividad", explicó.
Para lograr una buena organización, Basabilbaso sugirió que la planificación involucre a toda la familia: "Es importante que todos los miembros sepan cómo va a ser el año y compartir las cargas". También comentó la importancia de la comunicación y de “ir preguntando cómo se sienten con la rutina, si están cansados o si es necesario hacer ajustes".
Finalmente, recomendó que los adultos sean un modelo de equilibrio para sus hijos, reservando tiempo para la recreación familiar y evitando el uso excesivo de pantallas. "Si los niños ven que los adultos, en su poco tiempo libre, están ensimismados con el celular, ese es el mensaje que reciben", concluyó.
En definitiva, la clave para un regreso a clases exitoso es planificar con flexibilidad, respetando las necesidades de cada niño y priorizando su bienestar físico y emocional.
Agradecemos a Benjamín, Francisco, Guillermina, Helena y Pilar por su participación en las fotos, y al Complejo Educativo IES por brindarnos sus instalaciones.
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