En una entrevista, la soprano habla de su carrera, su amor por la música y su conexión especial con el público. Desde sus inicios en el Coro Municipal de Santo Tomé hasta los grandes escenarios internacionales, Tola revela cómo su pasión y honestidad la llevaron al éxito.
La reconocida soprano santafesina habló de su trayectoria.
La cita es en un bar céntrico de la ciudad de Santa Fe. A pocos metros se erige el histórico Teatro Municipal 1° de Mayo, inaugurado hace más de un siglo con la función de la ópera "La Gioconda" de Amilcare Ponchielli, ópera que Tola todavía no ha debutado y al manifestarle este dato por mi parte sus ojos se llenan de ilusión ya que nos cuenta "sería un sueño poder debutarlo en el Teatro donde di mis primeros pasos en la ópera". Es en ese momento cuando todo comienza a cuadrar, si se considera que la invitada es nuestra soprano santafesina Virginia Tola. La entrevista está pautada para las 15 de un lunes nublado y Tola llega unos minutos antes.
Mientras se realiza la sesión de fotos, su carisma ya se manifiesta: acepta las propuestas, pero también hace observaciones y da consejos cuidando cada detalle como si de una función de ópera se tratara. Luego arranca la conversación, algo fría al principio, con preguntas de rigor. Pero para el momento en que llegan los cortados (el de ella con leche de almendra), el intercambio ya es más fluido. Al final, esta cantante, hoy una embajadora cultural de nuestra región, admirada por un público muy específico pero a nivel mundial, es simplemente Virginia hablando de su pasión por la música y por la vida misma.
La vena teatral y el público de Santa Fe
El primer tema es el concierto que, el pasado 26 de abril, realizó en el Centro Cultural Provincial junto al tenor uruguayo Nazareth Aufe, la Orquesta Sinfónica Provincial de Santa Fe y el Coro Polifónico Provincial de Santa Fe, dedicado a las óperas más conocidas de Puccini, como "Manon Lescaut", "La Bohème", "Tosca", "Madama Butterfly" y "Turandot". Al respecto nos cuenta Tola: " fue un concierto hermoso, ya que Puccini es, a mi criterio, el más teatral de los compositores. Además, fue una gran sorpresa corroborar una vez más que tanto la orquesta como el coro son de nivel internacional, por lo cual fue un placer compartir con ellos. Quiero destacar sin lugar a dudas el maravilloso desempeño del Director Titular de la Orquesta Sinfónica de la Provincia Silvio Viegas, quien con gran destreza y musicalidad supo aprovechar cada pasaje musical con enorme lirismo y el rigor necesario que dicho compositor requiere, así también el espectacular accionar del Coro Polifónico de la Provincia dirigido por mi querida y eximia Virginia Bono, el cual tuvo su clímax al cerrar el concierto acompañando al tenor desde la cazuela del centro cultural, imprimiendo con sus extraordinarias voces (coro formado por cantantes solistas en su gran mayoría) un final de película.
"Por mi parte -nos relata Tola- como decía anteriormente este concierto me dio la posibilidad de usar mucho mi vena teatral. Puccini escribe todo tal como lo quiere, cada palabra tiene un significado, cada parte de la orquesta tiene un color específico para lo que quiere transmitir en ese momento. Para mí eso fue espectacular".
Para la cantante, el hecho de que las entradas se agotaron en dos horas el mismo lunes en que se pusieron a disposición del público, derivó en "un plus de nervios y de adrenalina" que le sirvió para darlo todo, como hace cada vez que se planta en un escenario. En este punto, la pregunta se impone: ¿Cómo es el público de Santa Fe en relación a otros del mundo? La respuesta tiene una entrega poco común. "Evidentemente no es cualquier público, en un principio, como en cada presentación trato de despojarme un poco del ego que la misma exposición me genera, para que mis expectativas propias no me paralicen, dado el enorme miedo que cada vez que salgo al escenario siento. Luego intento recordar para quien canto, y ahí ofrezco todo mi arte a Dios, al universo o como cada uno lo quiera llamar. Al final mi trabajo es un servicio si se quiere, y como lo dice Adriana Lecouvreur en su ópera homónima, "Yo soy la humilde sierva del genio creador, él me ofrece la palabra y yo la extiendo a los corazones (extracto de la primer aria de Adriana)". Pero a la vez es contundente: "En este caso, lo que siento es que se trata de un público que me conoce desde que soy muy chica y vio la evolución de la persona, de la artista y de la cantante. El público de Santa Fe me conoció a los 19 años. Hoy ya pasaron más de 25 años de carrera y ellos pueden ver la diferencia. Esta, creo, es la característica de Santa Fe que no tiene otro público para mí. Es la parte que me gusta y que nunca quiero defraudar".
Del pago al mundo
Los inicios de Virginia en el canto lírico están relacionados con un espacio en el cual moldeó su voz, que luego le abriría las puertas de los grandes teatros del mundo: el Coro Municipal de Santo Tomé, conducido en aquel entonces por Malena Boero. "Ese lugar fue muy importante porque me dió la posibilidad de vivir el canto como equipo, un lugar donde el compartir con otros los aciertos y desaciertos eran una causa común y de la cual he aprendido el sentido de pertenencia como en ningún otro lado, cosa que luego al iniciar mi carrera como solista los paradigmas cambiaron completamente y todo dependió pura y exclusivamente de un esfuerzo y sacrificio personal", menciona. Virginia fue coreuta por once años, desde los 8 a los 19, que dejaron marcas duraderas. "Fue una experiencia increíble y que recomiendo tanto a niños como a adultos, siendo la misma muy útil, incluso hasta con un fin terapéutico, una manera única de conectar con tu interior y el interior de otras personas ", expresa la cantante.
Luego de esta experiencia llegó el Instituto Superior de Canto del Teatro Colón, allí empezó su formación más específica como cantante lírica, donde se recibió con Diploma de Honor dado su alto rendimiento ya que unos meses antes de terminar esta formación se alzó con el primer premio en el Concurso Internacional de Canto de la Reina Sonja de Noruega a los 23 años, al año siguiente se consagra ganadora también del prestigioso Concurso de canto Operalia, del cual es mentor el afamado tenor Plácido Domingo.
Su formación tuvo continuidad después de la mano de varias figuras en el ámbito operístico que, en diferentes contextos y países, ayudaron a Virginia a educar sus cuerdas vocales con la precisión requerida. "En realidad, todo te marca, aprendés de cada experiencia. No solamente del maestro que te da su conocimiento, sino desde la experiencia de viajar y conocer a otros colegas. La vida me ha enseñado y me sigue enseñando. Ahora yo también doy clases de canto y sigo aprendiendo muchísimo", admite. Toda una declaración de principios para alguien que ha logrado tanto con tal fulgor.
A Tola le sobran pergaminos para ser una embajadora cultural santafesina y argentina en el mundo: actúa periódicamente en el prestigioso Teatro Colón de Buenos Aires y en otros grandes escenarios de las principales capitales del mundo, trabajó en varias oportunidades junto al tenor Plácido Domingo con el cuál sigue colaborando en la actualidad. Junto al cantante español, realizó el histórico concierto en el Obelisco de Buenos Aires, ante un público de más de 300.000 personas. Un hito, dado que fue el primer concierto que Plácido Domingo transmitió en forma online, hace poco más de una década. Pero eso no la encandila, todo lo contrario. Tiene bien claro cuál es el motor que la mantiene en pie: la vocación por contar historias. "Siendo específica, ponerme en la piel del personaje para contar su historia honestamente. Entender lo que le pasa en ese momento, en ese lugar, en ese contexto. Eso me resulta interesantísimo, por eso en mi vida personal hago terapias varias para conocerme y conocer cada personaje. Todos tenemos dentro nuestro un amante, un despechado, un asesino, un líder, un mendigo, y todos los personajes que existan, basta que la vida te ponga en ese justo lugar, en ese justo momento y con esa presión que es necesaria para que puedas sacar ese papel de tus entrañas. Transitar los dramas que atraviesa el personaje es lo que más me divierte de cantar ópera ", asegura.
A Tola le sobran pergaminos para ser una embajadora cultural santafesina y argentina en el mundo.
Las historias por contar
-"¿Qué historias te gustaría contar de acá en más?". La pregunta, evidentemente, mueve algo en ella. Y la respuesta se alarga más que las restantes. "Evidentemente, las obras que hice me encantan. Pero siempre vibré con personajes femeninos que no solamente sienten amor por su pareja, por las historias de amor que suelen ser desencadenantes de los dramas, sino que tienen otra manera de trascender en la vida. Mujeres a las que hoy se ha puesto de moda llamarlas Mujeres Empoderadas, aunque para mí eso es encasillar y aborregar a las personas en determinados términos lo cual hoy lo considero vintage. Si una mujer es honesta consigo misma, hace lo que siente y lo que quiere con su vida, evidentemente sin dañar a nadie, hoy sería una Mujer Empoderada, se entiende? Pero para mí no es así. Es alguien que está haciendo lo que quiere, para lo que vino al mundo", expresa la cantante y "eso fue lo que siempre hice desde pequeña, seguir mi instinto. En este punto no puedo dejar de agradecer infinitamente a mi familia, a mis padres por creer y apoyar mi enorme deseo por seguir esta vocación, poniendo todos los medios necesarios para que así sea, aun si por momentos pusieron en riesgo sus bienes o sus vidas laborales, y al hecho de ser tres hermanas mujeres, eso creo también me marcó mucho, no tuvimos un hermano protector, o quien estuviera por arriba nuestro, siempre fuimos las tres muy diferentes, muy personales y cada una siguió fielmente sin condicionamientos ni imposiciones su propio camino" .
En un cruce, en cierto modo intertextual, entre esas mujeres que le gusta interpretar y su propia vida, Virginia habla sobre su elección de ser cantante de ópera. "Cuando era chica, me hubieran podido decir 'sos una joven empoderada porque vas a hacer lo que querés'. Pero en ese momento no se utilizaba el término. Entonces, no me gusta utilizar los términos de moda. Porque siento que todo el mundo los utiliza y se vacían de sentido. Menos de la mitad de la gente sabe el significado real. Me gusta ser específica con las palabras que digo y cuando armo mi discurso. Esto va unido a los personajes: cada palabra tiene un sentido, un poder en el cual hay que creer, soy fiel creyente de que decretamos con las palabras, por eso me exijo ser muy pulcra con las mismas. Lo que se dice se crea ", señala.
En ese punto de la charla ya no queda vestigio alguno de la formalidad del principio. Mientras toma su cortado, Virginia ya está en el mismo registro, con la misma soltura que en el escenario. Y cuando habla de que hoy se encuentra en otro nivel de conciencia que hace algunos años, queda claro que logró convertirse en la artista renombrada que es hoy gracias a su honestidad. "Creo que eso es lo que busco incansablemente como un río a su cauce . Cuando gané los concursos, fue porque logré convencer al público a través de la honestidad del sentir verdadero, de contar exactamente lo que estaba viviendo ese personaje, a lo cual hoy también le pueden llamar Intensidad, otro término de moda para una persona que siente y se siente libre de expresarlo, nada más simple que eso. Esto en un mundo donde nos hicieron creer que el que ama y lo hace saber pierde y el que se muestra desinteresado gana. ¿Cuándo y cómo nos convencieron de eso me pregunto? ¿Cuál es mi secreto? Seguir mi instinto. No hay una fórmula", dice.
La conversación prosigue por otros rumbos, pero nunca vuelve a tener la fuerza de ese pasaje. Tola se despide, agradece otra vez y se va. Sin estridencias. Más allá de los escenarios, las luces, los teatros, los aplausos, es una chica que ama lo que hace.
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