En 1978 un estudiante de economía llamado Daniel Bricklin asistía a una clase en el aula 108 del Aldrich Hall de la Universidad de Harvard. El profesor había dibujado una tabla en el pizarrón y comenzó a completarla.
En 1978 un estudiante de economía llamado Daniel Bricklin asistía a una clase en el aula 108 del Aldrich Hall de la Universidad de Harvard. El profesor había dibujado una tabla en el pizarrón y comenzó a completarla.
Para cada casillero de la tabla calculaba un valor numérico de acuerdo a ciertas fórmulas matemáticas. En algunos casos cada nuevo valor obligaba a recalcular los demás, por lo que el profesor iba y venía a lo largo de la tabla, borrando y rescribiendo valores.
En ese momento Bricklin imaginó una calculadora cuyo visor pudiera desplazarse a lo largo y a lo ancho de la tabla como si fuera la mira de un avión caza. Para cada posición del visor uno podía escribir un valor o una fórmula. Así nació VisiCalc, la primera planilla electrónica de cálculo, precursora de Microsoft Excel.
A Bricklin le llevó un fin de semana escribir el primer prototipo de su programa. Manejaba una tabla de solamente quince filas y cuatro columnas, que era lo que entraba en la pantalla de un monitor estándar de esos años. No tenía opción para imprimir.
El usuario debía copiar a mano los resultados en una hoja de papel si quería conservarlos. Tampoco se podía guardar el trabajo. Había que escribir nuevamente todos los datos y fórmulas cada vez que se iniciaba el programa.
Su primer uso fue en un trabajo práctico del propio Bricklin. Su profesor quedó muy impresionado por la cantidad de cálculos que resolvía el programa pero le sorprendió que no hubiera una opción para dividir.
Bricklin le explicó que para el tipo de información que quería obtener las divisiones no eran convenientes. No podía decirle que todavía no había puesto a punto esa función en el programa.
A Bricklin se le unió su amigo Robert Frankston y ambos presentaron la primera versión comercial de VisiCalc en junio de 1979, durante un congreso de computación en Nueva York. Eso fue dos años antes de la aparición de la PC IBM.
En cierta forma, y a pesar de sus limitaciones, VisiCalc creó la computación personal. Hasta ese momento, las computadoras hogareñas eran poco más que juguetes. La gente las usaba para videojuegos o para unas pocas aplicaciones domésticas.
La planilla de cálculo hizo de la computadora personal una herramienta útil para las empresas. De repente, todos empezaron a hacer sus cálculos con VisiCalc.
Cálculos que normalmente llevarían horas podían hacerse en segundos gracias al "recálculo automático": cuando se modificaba un dato, el programa calculaba instantáneamente cómo esa modificación repercutía en el resto la planilla.
A VisiCalc pronto le surgieron competidores: Supercalc en 1980, Multiplan en 1982 y, especialmente, Lotus 1-2-3 en 1983. Lotus era mucho más avanzado y se convirtió en el estándar de planillas de cálculo hasta que, hacia 1989, fue superado por Quattro pro. Pero para entonces ya había aparecido Excel.
Pero Excel no fue un éxito inmediato. A fines de los años 80, la mayoría de las computadoras no eran suficientemente poderosas como para aprovechar las ventajas del nuevo programa.
Pero el tiempo pasó, las computadoras se fueron haciendo cada vez más poderosas y Excel siguió mejorando. Hoy ofrece planillas de más de un millón de filas y miles de columnas. Hay versiones para trabajar en línea o en un celular.
Decimos "un Excel" para referirnos a una planilla de cálculo y todo el mundo entiende de qué estamos hablando. Sea uno ingeniero, contador o comerciante, la vida es más fácil gracias a las planillas de cálculo. Una revolución que comenzó en 1978 en el aula 108 del Aldrich Hall de la Universidad de Harvard.
(*) Docente y divulgador científico.
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