Eduardo Milán es uno de los autores uruguayos más interesantes, debido al grado de implicancia de sus búsquedas. Este poeta, ensayista y crítico literario radicado en México desde hace más de cuarenta años, ofrece una propuesta que oficia toda una gama de matices en torno a los fluctuosos alcances de la palabra y sus progresivas ramificaciones siempre en fuga. Conocemos su poética gracias a series de publicaciones generosas en un decir de sesgo ambiguo, conjetural, que invita siempre a la reflexión causal. Acaso las certezas brillan por su ausencia, no así, el valor luminoso de la exploración que implica toda búsqueda.
Dividida en dos partes, "Huelga decir" expande este impulso voraz por el asombro de la indagación y que al irse por las ramas, encuentra estallidos de lucidez: "musa tuve muchas / unas de sueño cuando no escribía todavía / ellas cocían las rimas que después usaría / fuera de sueño en la vigilia con sol, sin sol / da igual, uno nunca sabe en poesía". Versos que se abren y nos abren. Una escritura donde poema y ensayo se cruzan, como testifica Benito del Pliego en la contratapa. Una operación de descentramiento progresivo, de sucesión de devenires. Milán no comunica, excava. Entramos a su decir, como extraños milagros recuperados.
Atento, Milán entrevé con velocidad y lucidez, los pliegues, aquellos puntos ciegos de los acontecimientos, y tras ponerlos en acción de juego, crea. A destajo, y dando tajo. El poema como materia que no tiene edad ni tiempo. Así, ilumina lo iluminado. Y recelando siempre de las convicciones, arguye que: "no se puede confiar en la palabra / sin que se ponga en relación con otra". Teje y desteje auras, cavando cada vez más adentro. Con enfoque semejante, todo parece recrearse.
El pasado, por ejemplo, el tiempo ido, la consciencia del que está sin estar contigo, un espacio móvil para la empatía de lirismo riguroso. Una nostalgia sui generis, ajustada a una voz que avanza indemne, ganando terreno para el verso, que jamás captura, claro, sino que libera al lector en sus vastas posibilidades. Milán bien sabe que el poema no tiene marco, es huidizo, es inabarcable, rizomático; el textil como laboratorio de pruebas, campo de maniobras. Ceremonias de trayecto sin proyecto fijo. Una suerte de fiesta imaginaria in progress, entre sirenas voladoras y el fantasma de Artigas.
De sus numerosos y disímiles poemarios, Eduardo Milán (1952, Uruguay) dice preferir "Errar" (1991), "Unas palabras sobre el tema" (2005), "El camino de Ullán" (2009) y "Donde no hay" (2012). Cabe añadir "Alegrial" (1997), "Vacío, nombre de una carne" (2010) y "Oasis, no hacer" (2016). Asimismo es responsable de varias antologías de poesía en habla hispana como son "Prístina y última piedra" (1999) y "Pulir huesos" (2007). El sello español Libros de la Resistencia se encuentra actualmente editando su obra reunida, en varios tomos, bajo el título de "Consuma resta".
(*) Reflexiones sobre "Huelga decir", trabajo de Eduardo Milán, publicado por la editorial Libros de la Resistencia. Madrid, España, año 2022 (112 páginas).
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