Por Ricardo A. Qüesta
Por Ricardo A. Qüesta
El PRO no debería subestimarse y pensar que va a ser derrotado en las elecciones de este año. Todo lo contrario, a mí entender está en condiciones de hacer una gran elección, e incluso hasta podría ganarla fundamentalmente si trata de reconstruir Juntos por el Cambio. Y a esta tarea creo que podría emprenderla Mauricio Macri como presidente del PRO, haciendo reuniones con todos los miembros del partido y sus economistas, para definir una estrategia adecuada para la campaña electoral, para retener a sus votantes y para captar el voto de la gente que se está empezando a desilusionar de Javier Milei, quien de por sí carece de voluntad de diálogo (que hace falta para que en conjunto, con otras visiones distintas a la de él se puedan solucionar los problemas del país).
El PRO tiene que captar el voto de los docentes universitarios y el de sus familiares; el de los investigadores científicos y los estudiantes universitarios que defienden la universidad gratuita, gracias a la cual hay excelentes profesionales y científicos que son respetados en todo el mundo y reciben distinciones por sus logros en diversas disciplinas de la ciencia. También el de las pymes, que se oponen a un libre comercio que generará un "industricidio"; el del sector agropecuario, que si no le sacan las retenciones se van a la quiebra; el de los jubilados, que están cobrando un 50 % menos de lo que le corresponde, porque se les actualizó el salario en una proporción menor que el índice inflacionario (lo que le permite al Estado retenerles más de 8.000 millones de dólares por año).
Si no se descuida ningún detalle y nada queda librado al azar se puede hacer una muy buena elección, sobre todo si se pone el foco en el interés de la gente y en un ideal de país y no en una especulación mezquina de pasarse a LLA por creer que de ese modo se van a posicionar mejor políticamente. El PRO entonces tiene que diferenciarse de LLA y criticar al actual oficialismo en sus grandes falencias, solo apoyarlo en la necesidad de bajar el gasto público y evitar la emisión monetaria para terminar de reducir la inflación. Y debe hacer ver a la gente que Milei no cumple con ningún acuerdo, como sucede en Santa Fe y otras provincias.
Ahora bien, ante la pregunta del título, considero que si hace alianza con Milei y LLA, el PRO va a desaparecer. Entonces, lo que debería planificar es una estrategia electoral con un exhaustivo diálogo, escuchando la opinión de todos y firmando un acuerdo donde se comprometan a no censurarse o desacreditarse si discrepan con algún enfoque, o en alguna de las decisiones o medidas adoptadas en las reuniones. Si dichas decisiones y medidas fueron adoptadas por la mayoría deben acatarse, siempre buscando llegar a un consenso, para así evitar conflictos, y votar en el Congreso -si es diputado o senador- conforme a lo decidido democráticamente en el partido. Si no lo hace de ese modo, que pueda ser separado de su cargo y poner a un reemplazante.
Por otra parte, el PRO podría ocuparse de aquellas cuestiones que Milei ha dejado totalmente de lado, como ser las inversiones en obras públicas. O bien buscar una solución para el problema del financiamiento de las universidades, para lo cual sería útil mantener un diálogo permanente con estas instituciones educativas y así encontrar vías de solución a la escasez presupuestaria. Hay que tener presente que si aspiramos a ser un "gran país" necesitamos de universidades de excelencia, para lo cual es imprescindible reestructurarlas y modernizarlas.
No es posible, por ejemplo, que egresen menos del 30 % de los ingresantes mientras en las universidades Japonesas más del 90 % de quienes ingresan a una universidad obtiene su título. Este bajo porcentaje nuestro es producto de una falencia de los sistemas pedagógicos y de evaluación, y de una extensión excesiva de los programas de cada materia, con exámenes muy extensos también (además de una enseñanza primaria y secundaria que de igual modo presenta falencias).
El PRO, por otra parte, tendría que diseñar un plan estratégico de desarrollo: si los ingenieros agrónomos del INTA están diciendo que con un riego artificial óptimo se puede duplicar la producción agropecuaria del país, sentarse a conversar con ellos y ver de qué modo se puede lograr. Sería para lograr una mejor inversión, ya que se incorporarían a la producción la Patagonia y otras zonas del país muy áridas por falta de riego, evitándose así las pérdidas por épocas de grandes sequías que arruinan las cosechas y producen gran mortandad en el ganado.
Si se pudiera duplicar la producción agropecuaria, con un riego artificial óptimo, en lugar de tener un ingreso de divisas por 47.100 millones de dólares anuales se podría alcanzar una cifra sostenida de más de 94.000 millones de dólares por año. Con estas cifras se podría pagar cómodamente la deuda externa y disponer de recursos para mejorar la educación, las investigaciones científicas, el desarrollo industrial y el bienestar de los argentinos.
Siempre debe intentarse un análisis grupal multidisciplinario, creativo, hecho por especialistas competentes y con experiencia, estudiando minuciosamente cada detalle y resaltando las falencias del plan económico de Milei, su claro desinterés por la Educación Pública, la que según él debería privatizarse, lo cual hoy no es posible por el bajo poder adquisitivo de la población y el elevado índice de desocupación.
El PRO debe interesarse por lo que pueda pasar con el Conicet, Arsat, el INTA o el proyecto Carem, porque si esas iniciativas e instituciones se desfinancian se perdería la soberanía científico tecnológica, reduciendo o imposibilitando un desarrollo de la industria nacional. Y Milei, se sabe, carece de una política favorecedora del desarrollo industrial argentino, porque –ante todo- busca fomentar la radicación de capitales extranjeros. Hasta ahora solo ha hablado con inversores extranjeros, sin explorar lo que potencialmente podría generar la creación de empresas nacionales que no se llevan las ganancias al exterior.
El desarrollo científico, tecnológico e industrial de un país no es producto de las "fuerzas del cielo", como él dice, ni de la mano invisible del mercado. No se trata de fenómenos sociales acausales, sino que se requiere de la participación de un Estado competente que entienda por qué debe acompañar y respaldar el esfuerzo de científicos, técnicos y emprendedores industriales, entre otros actores activos y productivos de la sociedad en su conjunto.
A esto al parecer Milei no lo entiende, o simula no entenderlo, porque como el actual gobierno de Estados Unidos, no ve con natural simpatía el desarrollo tecnológico argentino, siendo un aliado incondicional de la administración de Donald Trump. Si hasta existieron rumores de que fue asesorado por empresas de marketing político norteamericanas y que hubo un posible financiamiento de su campaña electoral por parte de Elon Musk. Por lo pronto, él prefiere ir a "derramar lágrimas" a un país lejano en vez de sufrir por el estado y situación actual del nuestro.
El objetivo de Milei es bajar la inflación, cumplir con el FMI y ser reelecto, por esa razón no devalúa, porque generaría un rebrote inflacionario y complicaría sus chances electorales pero esto puede complicar la balanza comercial. La amistad con el citado Musk y sus proyectos en Argentina, favorecidos por las políticas de Milei, hacen sospechar realmente que la campaña electoral del líder libertario fue financiada por este empresario y por Estados Unidos, pero a condición de aplicar políticas que favorezcan sus intereses.
Ante todo este panorama, el PRO debería insistir en que sus miembros no migren a LLA, un espacio político en el cual no existe el diálogo, porque es extremadamente autoritario y por cualquier desliz sus integrantes pueden ser excluidos (no hay sana discusión de las ideas, ni defensa del interés nacional). Y también debería exhortar a los miembros separados de LLA a que pasen a engrosar las filas del PRO.
En definitiva, por todas las razones aquí explicadas, entiendo que el PRO tiene que mostrar confianza en sí mismo y coraje como fuerza política. Y poner en la campaña electoral el mayor empeño, porque así es más factible que pueda hacer una muy buena elección; hasta es probable que vaya creciendo, como ocurrió con la marcha del "Sí, se puede" (en 2019), cuando constituía Juntos por el Cambio (si duraba unos días más, creo que hasta hubiera podido ganar esas elecciones).
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