Los tres meses y ocho días del año 2025 no han sido auspiciosos para el gobierno de Javier Milei. Desde sus palabras en Davos, cuando declaró la condición de pedófilos de los homosexulaes hasta la reciente decisión de la cámara de Diputados de constituir una comisión investigadora que deberá probar las responsabilidades del presidente y sus colaboradores inmediatos en el denominado "criptogate".
Entre Davos y la comisión investigadora se suma la derrota política en la Cámara de Senadores que decidieron bajarle de un hondazo los candidatos a jueces de la Corte Suprema al papelón, oriyando en el ridículo, de la excursión a Mar a Lago a abrazarse con un presidente que no estuvo, no fue y hasta es posible que ni siquiera haya sabido que su par argentino se moría de ganas de darle un abrazo y sacarse una foto, y si, eventualmente lo sabía, daría la impresión de que no le importó demasiado el faltazo, entre otras cosas porque, por más que Milei se empecine, la amistad con Trump no existe porque en política esa categoría no existe y, además, dicho con todo respeto, dudo que Trump alguna vez haya tenido un amigo.
A este escenario de tropezones, torpezas y sonceras, se suma una crisis internacional, denominada por ahora "guerra de los aranceles" promovida por el presidente Trump, guerra cuyos inicios son alarmantes, con el añadido de que estas turbulencias recién se inician y nadie -ni siquiera Trump y JinPing- sabe cómo van a terminar. Por supuesto, estas borrascas van a afectar a nuestra economía cuyo equilibrio nosotros sabemos -y Milei también lo sabe- está prendido con alfileres.
El miércoles a última hora se supo que el FMI dio el "sí" y habrá un préstamo de veinte mil millones de dólares para la Argentina, préstamo del cual hasta la fecha no conocemos detalles como la cantidad de la primera entrega y las condiciones exigidas.
Este préstamo fue recibido por el gobierno como una excelente noticia y, fiel a su estilo retórico, declaró a través de sus voceros oficiales y no oficiales que ahora sí la Argentina podrá resolver algunos de los pequeños problemitas que quedan pendientes, por lo que iniciará la pujante marcha "garibaldina" hacia el desarrollo, el progreso y el confort.
Ojalá. Nosotros ya sabemos que más de una vez el FMI nos sacó del agua, pero también sabemos que los finales de esta película nunca fueron felices. La verdad sea dicha, endeudarse y tomar préstamos por lo general nunca es una buena noticia, pero no está escrito que seamos testigos de una formidable excepción histórica y, efectivamente, esta ayudita sea la condición necesaria para la salvación nacional y todos los adjetivos favorables, incluso los más ampulosos, que quieran agregar.
Yo por lo pronto, no me voy a excluir de los festejos, pero tampoco me voy a privar de ser algo escéptico. Mañas de viejo, vio.
Si me fuera concedida la facultad de darle algunos consejos a Milei, le diría que por lo pronto no olvide que su presidencia aún no ha recorrido la mitad del período establecido, que la luna de miel ya ha concluido y que de aquí en más deberá hacerse cargo de los rigores de la realidad, rigores que no podrá afrontar desde su condición de Llanero Solitario, sino que no le quedará otra alternativa que forjar alianzas, una exigencia que deberá realizar lo más rápido posible porque mucho tiempo político no dispone.
Milei debe saber que el principio de que en política nadie se suicida vale para todos y no solo para él.
Menciono la advertencia, porque ya es hora de que sepa que el Pro no solo no se va a suicidar sino que va a pelear a capa y espada su existencia política, incluso contra Milei con quien disputa la misma base electoral.
No ha sido una buena idea para la estabilidad política la decisión del gobierno de pretender comerse crudo al Pro. La derrota sin atenuantes en la Cámara de Senadores se debe entre otras cosas a esa torpeza o a ese estilo pendenciero de resolver las diferencias políticas con sus aliados efectivos, aliados que más de una vez le sacaron las papas del fuego.
No sé si Milei podría cambiar, no sé si podrá abandonar ese tono grosero, insultante, no sé si será capaz de entender que él ya no es un outsider sino un protagonista más del sistema.
No sé si lo entiende y no sé si sabe hacerlo o, por el contrario, está decidido a considerar que personajes como el Gordo Dan o algunos de sus asesores más cercanos son una fuente de sabiduría. Este domingo hay elecciones constituyentes en Santa Fe, la semana que viene habrá elecciones en la ciudad de Buenos Aires y en dos o tres provincias.
La hora de la verdad, es decir, la hora de los votos, se aproxima. Adelantar pronósticos sería un error, pero sí se pueden analizar contextos, posibilidades, efectos de las coyunturas.
Milei sigue controlando los resortes del poder, un porcentaje importante de la sociedad mantiene expectativas con su gestión, pero sobre todo dispone de una carta ganadora que se impone no tanto por su valor como por el hecho de que las cartas de sus rivales, hasta la fecha, valen menos que un cuatro de copas en una partida de truco.
De todos modos, atenti con el ladri. Que en esta mano la oposición disponga de un juego pobre no quiere decir que en la próxima mano empiece a jugar con cartas mejores. Si Milei se empecina en tropezar con la misma piedra en algún momento el tropezón puede derivar en caída. Como dice el tango: "Yo he visto venirse abajo sin que nadie lo disponga, cien castillos de ilusiones por una causa mistonga…".
Axel Kicillof se animó a torear a Cristina. El nene se puso los pantalones largos y decidió realizar una de esas operaciones que Freud describió con lucidez y talento literario.
Por supuesto, la rebeldía contra la madre se presenta respetando los buenos modales, pero los que conocen el paño saben que debajo de la superficie palpitan rayos y centellas. Una cosa es que Axel sea cuidadoso en su trato con Cristina y que ella misma cuide su lenguaje, pero otra cosa son los seguidores de él y de ella que no están obligados a comportarse como señoritos.
"Tras los muros, sordos ruidos, oír se dejan de corceles y de aceros". El peronismo se prepara para alumbrar una nueva etapa histórica, el parto es inminente y los partos en el más suave de los casos ocasionan trastornos. La hora de Cristina ya ha sonado, podrá disponer de una feligresía de incondicionales, pero está claro que su ciclo ha concluido y lo que los peronistas pretenden es que el fin de ella no incluya el fin del peronismo.
Yo no sé si el heredero será Kicillof o algún "tapado" que todavía no ha salido a la cancha, lo que sé, en mi condición de antiperonista juramentado, es que el peronismo existe, está arraigado en nuestra historia, en nuestras tradiciones y sus rivales deberían tener presente que en lugar de ocuparse en extender certificados de defunción estériles, lo que deben ocuparse es en gobernar y hacer bien lo que el peronismo hizo mal, e incluso hacer bien lo que el peronismo de vez en cuando hizo bien.
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