El gobernador Omar Perotti recibió con un asado a los senadores de la bancada Juan Domingo Perón, que tiene la mayoría en la Cámara alta santafesina. Tuvo lugar unas pocas horas después del encuentro que el titular del Poder Ejecutivo Provincial mantuvo el martes 7 con el Frente Progresista y -a diferencia de esa también postergada cumbre institucional- la reunión armada al calor de las brasas logró extenderse hasta tarde.
Hubo senadores que se retiraron pasadas las 23 horas, pero la mayoría se quedó hasta aproximadamente la una del miércoles 8.
En la extensa sobremesa no se quebró el distanciamiento social, pero parece haber mejores condiciones para un acercamiento político, con menos mutuas desconfianzas, entre el jefe de la Casa Gris y los jefes territoriales del peronismo.
Al gobernador lo acompañaron el ministro de Gobierno Esteban Borgonovo, el secretario de Comunicación Miguel Altamirano y el senador nacional Roberto Mirabella. Los senadores preguntaron por Rubén Michlig, el ministro de Gestión Pública con el que tienen un diálogo fluido.
“Buen clima”, “una conversación amena”, “un encuentro muy positivo”, “era necesario”, “siempre es bienvenido que hablemos” son las expresiones más comunes entre los comensales. Uno de ellos reflexionó: “parece que el gobernador ha comprendido que se necesita una buena relación con todo el peronismo, y también con todo el Poder Legislativo”, dijo uno de los asistentes a El Litoral. Otro negó de plano que se pueda pensar al asado del martes 8, el primero con todo el bloque del PJ, como el inicio de una nueva etapa. “El tiempo lo dirá”, dijo con cautela, tras recordar que ya se había hecho esas ilusiones. En cambio, un tercero le tuvo más fe al bienestar de cuerpo y espíritu con que se retiró de la casa que usan los gobernadores en calle Amenábar al 2600: “creo que estamos mucho más cerca de poner al peronismo para lo que necesitamos para lo que queda de este año, que es muy difícil, y para enfrentar el 2021”, comentó.
Esta vez, El Litoral no pudo ordenar los matices de esas respuestas -todas en estricto off the récord- de acuerdo con el simple mapa de internas partidarias que los cronistas parlamentarios tienen del peronismo en el Senado. Hasta aquí resultaba siempre sencillo dividir opiniones entre quienes pertenecen al grupo del Nuevo Espacio Santafesino (Nes) y aquellos que forman filas en otra fracción, más heterogénea pero con un denominador común: apoyan “con sintonía fina” las posiciones de la Casa Gris.
Fue la primera reunión entre la totalidad del bloque PJ y, también, una forma celebratoria de mostrar que -pese a lo que parecía a fines de 2019 y principios de 2020- esa bancada de doce integrantes no se quebró, aunque tenga sus corrientes internas bien definidas, en seis y seis. Al día siguiente de la cena y la agradable sobremesa no había discursos acordados puertas adentro de esas mitades.
No pudieron estar todos los senadores del bloque del oficialismo (Ricardo Kaufmann y Cristina Berra lamentaron no poder asistir) pero simbólicamente estuvieron los doce. El número, claro, provocó todo tipo de bromas sobre apóstoles, pedros y hasta judas, a la hora de la picada de salame y queso. Le siguió una entrada de empanadas y una sucesión de carnes bien asadas. Para las 23 se habían cumplido los ritos sociales pero el buen clima estiró todo hasta la madrugada. Y eso para parte de los asistentes es una señal.
La vicegobernadora Alejandra Rodenas envió cordiales saludos pero no pudo asistir. Su lugar en la Cámara y en la fórmula que integró con Perotti es fruto de la cordialidad que se creó en le peronismo santafesino para recuperar el gobierno provincial. La impulsó el Nes y desde ese esquema siempre que puede usa la definición “unidad en la diversidad”. La cena tiene ese sentido.
El trabajo de los Comité de Emergencia que creó el bloque y el gobierno aceptó para organizar al Estado frente a la pandemia fue uno de los temas más cómodos de conversación, porque fue una decisión compartida que nació en el Senado y ha dado buenos resultados.
De todas formas, no se esquivaron los asuntos más incómodos, como los malos resultados de las políticas de seguridad y la sensación de que no se ha logrado ningún avance en una cuestión que fue central en el proceso electoral de 2019. Tampoco, las dificultades financieras crecientes para las poblaciones del interior, y las perspectivas tan difíciles que se proyectan para la segunda mitad del año. Se le propuso al gobernador contar con una agenda propia en la gestión más allá de las políticas de salud que se consideraron acertadas. Como ocurre en estos casos, hubo promesas de nuevos encuentros.