Por José Calero
Por José Calero
La inflación, variable clave en el crecimiento de la pobreza, fue una de las causas de la derrota en las primarias, según la interpretación que hacen en el Gobierno.
Eso tal vez explique la decisión, probablemente tardía, de cambiar al funcionario que oficia de gendarme para tratar de frenar la escalada de precios, que habría retornado en septiembre.
El Indec habría medido una inflación cercana al 3% en ese mes, y eso habría terminado de convencer a la alianza gobernante de que había que cambiar a la secretaria de Comercio Interior.
Paula Español fue reemplazada por Roberto Feletti, uno de los tantos funcionarios que tras la llegada del macrismo al poder en el 2015 buscó refugio en el Municipio de La Matanza, bastión del peronismo.
Feletti tendrá la dura tarea de frenar, o al menos postergar hasta después de los comicios, las remarcaciones que buscan aplicar las alimenticias en las próximas semanas. ¿Podrá?.
Tras la ilusión de que el costo de vida había cambiado de tendencia creada cuando el INDEC informó un 2,5% en agosto, el Gobierno se confió, pero en septiembre los precios volvieron a escalar.
Algunos en la Casa Rosada creen que si en octubre se logra reducir el costo de vida, sumado a las medidas destinadas a poner "platita" en la calle, habrá una chance de que la derrota no sea tan amplia el 14 de noviembre.
En el oficialismo consideran que si se logra reducir el margen de la derrota, tal vez se mantenga la mayoría en el Senado y el poder de fuego en Diputados para impedir el intento de Juntos por el Cambio de quedarse con la Presidencia de la Cámara baja.
El último dato de pobreza, que arrojó 40,6%, refleja las dificultades que la recesión, agravada por la pandemia, provoca en todo el andamiaje electoral del Gobierno.
Las encuestas confirman el descontento de la gente por la forma en que se ha manejado el oficialismo en esta crisis, lo cual tuvo diversas manifestaciones.
Algunos no fueron a votar y otros sufragaron en forma de castigo hacia la Casa Rosada.
Escuchar más y lanzar medidas para llenar los bolsillos es la estrategia puesta en marcha por el presidente Alberto Fernández.
¿Alcanzará?
Guzmán busca señales del FMI
La Argentina caerá en default en marzo del año próximo con el FMI y con el Club de París, si no logra avanzar en un acuerdo para la refinanciación de deuda.
Las reservas alcanzan para cumplir los vencimientos hasta diciembre de este año, no mucho más.
En este escenario de tensión financiera, donde el cepo cambiario se va quedando sin margen de apriete, el ministro de Economía, Martín Guzmán, mantendrá en la semana reuniones con la plana mayor del FMI en Washington.
Guzmán espera regresar de la Asamblea de Fondo con la promesa de que las sobretasas de interés que se le cobran a la Argentina por el inédito acuerdo firmado con Macri, serán reducidas.
Cree que con esa promesa y las señales de reducción del déficit fiscal que se están dando, existen más chances de alcanzar finalmente la refinanciación.
Un problema serio para el jefe del Palacio de Hacienda es que su principal aliada en el FMI, la búlgara Kristalina Georgieva, observa cómo su cargo tambalea, luego de trascender un informe en el que se la acusa de favorecer a China cuando era funcionaria del Banco Mundial.
La novedad provocó enorme disgusto en los Estados Unidos, desde donde llega información de que se estaría a punto de quitarle el apoyo para conducir al organismo.
Guzmán participará en la Asamblea del Fondo y del Banco Mundial, y prevé reunirse con Georgieva.
También con los técnicos a cargo del caso argentino, a quienes presentará informes sobre cómo la Argentina se está recuperando tras el duro golpe de la pandemia.
Les dirá que la economía crecerá 8% este año, con lo que casi recuperará lo perdido en el 2020.
Y también les mostrará cómo se viene reduciendo el déficit fiscal y aumentando la recaudación.
Tras su participación en la Asamblea, Guzmán prevé trasladarse a Nueva York para reunirse con inversores.
La Argentina es un dolor de cabeza para los principales socios del Fondo Monetario.
Tal vez, Guzmán pueda recoger impresiones de primera mano sobre si, otra vez, el mundo financiero está dispuesto a arrojarle un salvavidas a un país considerado "defaulteador serial".