A Enrique Bianchi, sacerdote de la diócesis de San Nicolás, la elección de un Papa argentino, hace casi 12 años, lo sorprendió tanto como a quienes seguíamos la transmisión desde las pantallas.
El sacerdote Enrique Bianchi, docente de Teología de la UCA, repasa el valor de los documentos publicados por el argentino que llevó "aire fresco" al Vaticano. Pero destaca las señales en línea con una reforma que está en marcha y otros deberán seguir.
A Enrique Bianchi, sacerdote de la diócesis de San Nicolás, la elección de un Papa argentino, hace casi 12 años, lo sorprendió tanto como a quienes seguíamos la transmisión desde las pantallas.
El 13 de marzo de 2013 a última hora de la tarde, Jorge Bergoglio, ya ungido como Papa Francisco, saludaba a los fieles que esperaban el resultado del último cónclave en la Plaza San Pedro. Vestido sencillamente de blanco, sin ornamentos, "pidió al pueblo que lo bendiga".
El Litoral se contactó con Bianchi, profesor en la Facultad de Teología de la Universidad Católica Argentina, para analizar el valor y la importancia de las cuatro encíclicas publicadas por el Papa. Sin embargo, el especialista aportó un punto de vista distinto a la charla y se enfocó también en los signos. Y ese pedido hecho a la gente para que lo bendiga fue el primero de muchos.
"En su magisterio, Francisco complementa los documentos con los signos. Todos sabemos que rechazó los zapatos rojos apenas lo invistieron y eso dijo mucho de él. Además, su primera salida del Vaticano fue a Lampedusa (en julio de 2013), donde están los migrantes que intentan llegar a Europa (allí habló sobre la "globalización de la indiferencia"). Después escribió mucho sobre migrantes y pobres, pero primero lo dijo a través de los signos", relata Bianchi. Y en esa línea concluye en que "el de Francisco es un magisterio a través de signos".
"Él habló mucho desde la doctrina católica acerca de que hay que integrar a todos y en una homilía dijo 'todos, todos, todos' y así se lo hizo repetir a los fieles. A lo mejor no se leyó todo lo que escribió sobre la inclusión, pero él llevó a mucha gente a encontrar los signos que enseñan lo que quiere transmitir", explica el sacerdote y docente.
- ¿Los Papas tienen que dejar encíclicas?
- Los Papas tienen que llevar adelante un magisterio y enseñar lo que se entiende en la tradición de la Iglesia que está contenido en la Revelación cuyo testimonio principal es la Biblia. Pero no leemos literalmente la Biblia, sino que la vamos interpretando en cada tiempo y la Iglesia lo hace a la luz de la tradición. Al magisterio de la Iglesia lo preside el Papa que tiene varios instrumentos magisteriales para enseñar: uno de los más importantes es la encíclica.
Pero como los tiempos son distintos y estamos más dedicados a lo simbólico y a otras formas de comunicación, él ha enseñado mucho por los gestos y signos.
Ahora bien, dentro del magisterio ordinario de un Papa hay distintos rangos de documentos: las encíclicas son los principales, pero también están las exhortaciones apostólicas.
- ¿Cuál es la más importante?
- Cuando Francisco asumió, su antecesor Benedicto XVI tenía casi terminada la encíclica La luz de la Fe (ya había escrito sobre la esperanza y la caridad). Francisco la terminó y la publicó a su nombre, en julio de 2013. Fue un documento de transición. Pero su primer documento propio es de noviembre de 2013 y fue programático; eso significa que allí están en semilla todos los temas que le interesaba llevar en su pontificado. Ese documento fue Evangelii Gaudium (La alegría del Evangelio), y no le quiso dar el rango de una encíclica.
- ¿Cuál era el programa que Francisco planteó allí?
- Ahí está todos sus temas, los que después fue desarrollando con más equipos de trabajo y a lo largo de su magisterio. Porque el Papa no está solo en esta tarea: tiene teólogos, estudiosos que lo ayudan a producir los documentos, corrigen y profundizan. En este primer documento programático está todo y el primer tema es la reforma misionera de la Iglesia. A él lo eligieron para reformar: eran momentos del Vatileaks, de los abusos de la Iglesia, de una idea de la curia romana burocrática y enquistada. Y él llegó como un outsider total.
En ese documento dice: "Voy a reformar", pero la reforma va a ser en clave pastoral. Él habla de conversión pastoral, de una "Iglesia en salida", del amor preferencial a los pobres. Esos son los temas que incluyó en el documento.
Allí, el gran tema fue la conversión pastoral, la Iglesia en salida, una Iglesia fiel a sí misma cuando anuncia el amor de Dios y no cuando multiplica mecanismos de preservación.
Él dijo: "Prefiero una Iglesia accidentada por salir a la calle que enferma por el encierro". El capítulo uno de ese documento se dedica a la conversión pastoral y lo hace con mucha profundidad.
Después están sus otros temas: la centralidad de la misericordia, que la Iglesia tiene que ser un hospital de campaña y "salvar a los heridos", que Dios perdona y cura siempre. Habla del amor preferencial por los pobres para mostrar que no es una cuestión política sino que tiene un fundamento teológico. El Evangelio tiene una dimensión política. Cuando Jesús dice "el otro es tu hermano" y mirás alrededor y está lleno de situaciones de injusticia social, si hacés algo en la línea del Evangelio va a tener resonancia política.
Lo que pasa es que en el debate público es más costoso criticar el mensaje de Jesús y más fácil criticar el mensaje de un Papa diciendo que está politizado.
- ¿Francisco logró hacer esa reforma para la que fue elegido y quiso impulsar?
- Él habla de cuatro principios por los que conduce. Uno es que "el tiempo es superior al espacio" y dice: "No se trata de ocupar espacios. Se trata de iniciar procesos de cambio y darle el tiempo" Francisco inició muchos procesos, quiero creer que algunos son irreversibles.
Cuando rechaza usar el pectoral de oro, la limusina y cuando dice en su primera declaración pública que quisiera una Iglesia pobre para los pobres, señala un camino y una orientación. Después es todo un cuerpo, que es la Iglesia, que tiene que caminar por ahí.
No podría decir si hizo o no hizo la reforma: diría que comenzó procesos muy fuertes y muy profundos, y corresponde a todos desarrollarlos.
- La Iglesia, como cuerpo, ¿comprendió ese camino que Francisco quiere abrir?
- Creo que muchas personas concretas nos entusiasmamos con esas propuestas y fuimos configurando nuestra acción en esa línea. Cuando Francisco no esté, se verá hasta qué punto echó raíces su enseñanza y hay voluntad de seguirlo. Creo que hay una parte de la Iglesia que se embarcó en forma entusiasta en esos procesos que él fue abriendo. Veremos cómo sigue ante un eventual cambio de conducción.
- "El tiempo es superior al espacio" es uno de los principios enunciados en su documento. ¿Cuáles eran los otros tres principios?
- También dice "la unidad prevalece sobre el conflicto" para indicar que hay una conflictividad natural que se debe asumir y gestionar pero que la unidad prevalece. Otro indica que "la realidad es superior a la idea" y que todos nuestros aparatos conceptuales son para intentar explicar la realidad, no para pedirle que se amolde a nuestras ideas..
El cuarto es que "el todo es superior a la parte", para tener una mirada de conjunto contra los sectarismos y tener en cuenta que el bien común siempre es más importante que los intereses particulares.
En este primer documento los enuncia por primera vez y los desarrolla en su encíclica más social que es Fratelli Tutti (Hermanos todos) donde aborda a fondo las consecuencias de la dimensión política del Evangelio a través del concepto de amistad social que se deriva del amor a prójimo.
- La encíclica Laudato Si' (2015) causó un gran impacto.
- Si tuviese que hacer una valoración, diría que es el documento con mayor impacto mundial en cuanto al magisterio social porque fue muy novedoso. Hasta antes de la encíclica pesábamos que la cuestión ambiental era un discurso de personas con sensibilidad por la naturaleza, pero Francisco dice que es una cuestión de justicia social y que todas las manifestaciones de la vida están conectadas. Laudato Si' es una fuerte denuncia social sobre el rumbo que está tomando la humanidad con esta idea del extractivismo y de negar el cambio climático. Él está diciendo: "Si no hacemos algo, esto choca" y habla de solidaridad intergeneracional. Creo que fue la encíclica con más impacto fuera de la Iglesia, así como el texto programático Evangelii Gaudium tuvo más impacto puertas adentro porque llama a una conversión en clave pastoral.
- ¿Francisco logró un acercamiento particular con los jóvenes?
- Creo que si, a su manera porque transmitió una autenticidad en su discurso. Ahora que estamos todos atentos a su salud, a veces se percibe una mayor preocupación en gente por fuera de la Iglesia o, incluso, personas que se reconocen ateas.
Su figura logró una trascendencia más allá de la Iglesia, que tiene que ver con la autenticidad que transmite. Y a eso los jóvenes lo perciben.
- ¿Dónde estaba usted cuando Franciso fue electo Papa?
- Lo conocía de antes y, de hecho, teníamos una reunión pendiente para abril de 2013. En marzo de ese año tuvo la gentileza de llamarme para decirme que se suspendía.
Ese 13 de marzo, yo estaba en la parroquia mirando por televisión a ver qué pasaba y fue una sorpresa cuando escuché que era él. No se me ocurrió ni remotamente que tenia posibilidades una persona que había pasado los 75 años de edad, pero fue un nuevo aire fresco que trajo el Vaticano. Y llevó a la Iglesia universal una mirada latinoamericana de la fe cristiana que tiene mucho para ofrecer y que antes de Francisco sufría la incomprensión de la conducción central de la Iglesia.
- El planteo de la nota era sobre las encíclicas y los documentos pastorales de Francisco, pero me quedo con la imagen de un Papa más cercano a través de los signos.
- Creo que él lo entendió bien. Un indicio fue rechazar los zapatos rojos, pero el primer signo fuerte consistió en pedirle al pueblo que lo bendiga. Atrás de eso hay una teología poderosa: no es la pirámide en la que Dios le da poder a una jerarquía que, sacralizada, bendice a un pueblo profano: esa idea ha derivado en un clericalismo que separa a los curas como portadores únicos de un poder sagrado. La bendición de Dios es para todo el pueblo: hay una jerarquía que conduce y un pastor al frente del rebaño. Pero no es el único portador de la bendición; el pueblo lo es y él se la pidió. En ese primer gesto dijo mucho de lo que hizo más adelante.
Fue un signo y, quienes conocíamos la doctrina, comprendimos mucho de lo que significó.
Desde que fue electo Papa, Francisco publicó cuatro encíclicas; la primera fue Lumen Fidei (La Luz de la Fe) en 2013, un texto que había iniciado el Papa Benedicto XVI y quedó inconcluso tras su renuncia por cuestiones de salud. Luego llegó Laudato Si' (Alabado seas), en el año 2015. En 2020 llegó Fratelli Tutti (Hermanos todos) y en 2024 Dilexit Nos (Él nos amó).
El argentino publicó, además, otros siete documentos oficiales. Son las exhortaciones papales. La primera fue en 2013 y se llamó Evangelii Gaudium (La Alegría del Evangelio). En 2016 publicó Amoris Laetitia (La Alegría del Amor). En 2018 llegó Gaudete et Exsultate (Alegraos y regocijaos); en 2019 se conocieron Christus Vivit (Vive Cristo) y Querida Amazonia.
Al año 2023 corresponden Laudate Deum (Alaben a Dios) y C'est la Confiance (Es la confianza).
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