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Dujovne va a Diputados, donde el oficialismo cuenta los votos de gobernadores “dialoguistas” mientras la oposición amenaza con reponer el Fondo Soja.
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El ministro de Economía, Nicolás Dujovne, arranca la semana laboral presentando en Diputados el Presupuesto 2019, con un fuerte ajuste económico y de obra pública, aumento del gasto social y un duro desafío político por delante: obtener los votos necesarios para aprobarlo, en un Congreso dominado por un peronismo a su vez dividido.
El jueves el ministro deberá explicar en la comisión de Presupuesto de la Cámara Baja, que preside el santafesino Luciano Laspina, las metas del proyecto: se habla de crecimiento nulo, inflación del 23% y un dólar que “promediaría” 42 pesos, aunque incluso esos objetivos dependen de la evolución por estas horas de la inestabilidad cambiaria y de precios que aún no se controlan.
Mauricio Macri, el jefe de Gabinete, Marcos Peña y los ministros Rogelio Frigerio (Interior) y Dujovne recibieron en la Casa Rosada a gobernadores y representantes de 21 provincias y la Ciudad de Buenos Aires para avanzar en un consenso la semana pasada. En las cuentas que hace el gobierno federal, hay consenso suficiente con las provincias; la pregunta decisiva ahora es si eso se traduce en votos para aprobar el proyecto primero en Diputados y después en el Senado.
El gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, aseguró que “con la adenda al pacto fiscal logramos que los municipios recuperen los fondos que perdían con la eliminación del Fondo de la Soja, recuperen prácticamente la totalidad de los recursos, ese 30% que les corresponde a los municipios y también las provincias, a través de impuesto a los sellos, bienes personales y demás, nos ayudan a poder lograr el equilibrio fiscal”.
La sustentabilidad política del presupuesto oficialista deberá pasar por cambios de última hora bajo la presión opositora, que convocó a sesión especial el miércoles a las 12.30 para invalida del DNU 756/18, que eliminó precisamente el Fondo Federal Solidario. Si eso se aprueba, el proyecto pasaría al Senado, donde esta semana se trata a su vez la adenda referida por Urtubey.
Es un juego de presiones y cuentas. Laura Serra calcula en su análisis para La Nación que el oficialismo suma adhesiones entre representantes de provincias como Salta, Córdoba, Entre Ríos, Neuquén, Chaco, La Rioja, Misiones y Santiago del Estero. Esperan sumar, también, a San Juan y Catamarca. Esto redundaría en una cantidad de votos que haría prescindir de acuerdos con el massismo.
Pero a su vez, el Frente Renovador enfrenta el dilema; si lograr dejar sin presupuesto a Macri, el presidente podría gobernar a sola firma reconduciendo el presupuesto de este año. Con la inflación en el centro de la escena, todo lo que supere los montos de 2018 podrá definirse por decreto; no es algo que el peronismo apetezca en un año electoral.
¿Un mal acuerdo es mejor que el mejor de los enfrentamientos?
El camino del Senado
Mientras Diputados avanza con la agenda del Presupuesto, el Senado -más directamente ligado a los designios de los gobernadores- analizará la adenda al Consenso Fiscal, que le permitirá a las provincias postergar la reducción de impuestos propios.
Para alcanzar el “déficit cero” antes del pago de intereses de la deuda en 2019, la Nación se propone recortes por 0 mil millones y pide a los mandatarios provinciales un esfuerzo adicional por otros 0 mil millones más.
Pero la magnitud de la empresa demanda no sólo bajar el gasto sino subir los recursos. El gobierno central se propone eliminar exenciones sobre Ganancias desde el 1º de enero. Y a las provincias se les concede suspender la baja del impuesto de Sellos 0,75% a 0,5% prevista en el pacto fiscal hoy vigente para 2019.
Respecto de los recortes en subsidios a tarifas de transporte, energía y agua, la peor parte se la llevan dos distritos de Cambiemos: capital y Gran Buenos Aires. Pero no serán los únicos distritos afectados.
Si se aprueban el presupuesto y la adenda al pacto fiscal, las legislaturas provinciales deben ratificar esto último. Incluso, los gobernadores sin consentimiento al ajuste presupuestario se verán en problemas si no ratifican el cambio en el pacto fiscal, porque allí hay recursos que van a necesitar.
0,7% del PBI será la baja
en gastos de capital. Léase 27% menos en inversión para obra pública el próximo año.
Subirá el gasto social
El proyecto de presupuesto 2019 contempla un crecimiento del 37% en el gasto social y a su vez una baja del 27% en la partida de la obra pública. Es implica más asistencia pero menos trabajo y actividad económica, en un escenario que además prevé aumentar impuestos.
El texto contempla una suba de ingresos de 43% por vía de más retenciones a las exportaciones y recaudación impositiva interna. Son las condiciones que se autoimpuso el gobierno de Mauricio Macri tras el fracaso del gradualismo y de la primera asistencia del Fondo Monetario.
La ofrenda del gobierno central al organismo internacional es un déficit primario nulo que iguala recursos y gastos. Y recién entonces el FMI convalidaría adelantar desembolsos para despejar las incertidumbres que el país genera ante los mercados financieros internacionales.
Respecto del Incentivo Docente y la AUH, el gobernador de Salta dijo que “una de las cosas por las cuales nosotros hemos apoyado la idea de ir a un presupuesto equilibrado es porque logramos consensuar que no se elimine el incentivo docente, que se sostenga la Asignación Universal. O sea que no va a haber recorte de jubilaciones, de ninguno de los fondos sociales. El esfuerzo se va a hacer en otro lado”. En total, el gasto social subiría de ,68 billones a ,29 billones; el salto del 37 % es nominal; en términos de PBI será 0,3% según los borradores del presupuesto.