Desde el pasado viernes 9 de abril y hasta fin de mes, en principio, rige la restricción que limita la circulación en las calles solo al personal esencial de 0 a 6 y que obliga a los bares a bajar persianas a la medianoche, dejando ingresar a los clientes hasta las 23. En medio de la segunda ola, que está llevando al límite la capacidad de camas crísticas dentro del territorio santafesino, en el sector gastronómico se impone el miedo a un endurecimiento de las políticas de aislamiento. Imploran que no se reedite la cuarentena dura que amenaza a profundizar la crisis del rubro que cobró un sinnúmero de locales.
Frente a este contexto, surgen alternativas para mover el mercado inmobiliario que también está golpeado. Basta con circular por el microcentro de Rosario o Santa Fe para verificar que hay decenas de inmuebles comerciales con carteles de alquiler y no pocos aparecen “retasados”, como estrategia de los corredores para intentar conseguirle un inquilino a propiedades que quedaron vacías.
Algunas de las variantes que ya se observan en los nuevos contratos de alquiler están las denominadas “cláusulas pandemia” que de acuerdo a la voluntad que dejan asentado tanto dueños como inquilinos persiguen un único fin: que los inmuebles no queden vacíos.
Tenés que leerUna biblioteca de Rosario organiza narraciones de cuentos por teléfonoEs que además de valores de arrendamientos de locales muy por debajo de los precios pre pandemia, hay negociaciones que incluyen rebajas del canon locativo en caso de que la actividad comercial del inquilino quede restringida. Se trata de blanquear en el contrato de alquiler una práctica que proliferó durante lo más crudo de la cuarentena el año pasado, cuando los propietarios preferían resignar algo de ingreso del alquiler a perder el inquilino.
La tendencia es ratificada por los operadores inmobiliarios que, vale aclarar, no está fijada en ninguna normativa vigente. “Es un acuerdo de partes, que como cualquier otra cuestión específica que se presenta en la previa a la firma de un contrato locativo, se incluye en el documento que finalmente suscriben el propietario y le inquilino”, aclaró Carlos Rubio, al frente de la inmobiliaria que lleva su apellido, en contacto con El Litoral.
“Lo impusimos cuando armamos el nuevo contrato por sugerencia de los inversores que finalmente pudieron abrir el bar este año”, el testimonio corresponde a Silvia, quien heredó un local y varios departamentos en el barrio de Pichincha, enclave muy castigado por el cierre de bares de Rosario. El apartado que incluyeron en el contrato establece que si la regulación sanitaria obliga a cerrar la actividad gastronómica, los titulares del pub que se inauguró en febrero pagarían la mitad del arancel. “Fue la única forma que encontré para lograr que se ocupe el inmueble que estaba cerrado desde 2019”, añadió la mujer.
Algo similar impera en las negociaciones con al menos dos de los tres interesados en alquiler un amplio salón en bulevar Oroño esquina Jujuy, donde hasta finales del año pasado funcionó una cadena de cervecerías de cobertura nacional.
Tenés que leerRosario: asesinaron a un joven en una esquina de la zona oesteEl caso también alcanza a otras actividades perjudicadas por las medidas de aislamiento, como los salones de fiestas infantiles. “Acabamos de armar un contrato ajustado a la nueva ley de alquileres. Se trata de un salón de fiestas que durante la cuarentena pasó de pagar .000 de cánon mensual a .000. Esa dispensa que se consensuó durante los meses de prohibición de la actividad, ahora se logró incluir en el contrato a tres años que rige en el marco de las regulaciones que se votaron en el Congreso”, precisó José Ellena, otro corredor inmobiliario rosarino.
Los descuentos además pueden incluir ciertos “grises”. “En caso de que se instrumente una restricción horaria o que se prohíba el funcionamiento de determinada actividad por rubros, siempre que cada caso quede declarado por escrito, el propietario puede aplicar descuentos de, por ejemplo, un 25%”, sumó Ellena.
De acuerdo a las cifras que maneja el Colegio de Corredores Inmobiliarios de Rosario (Cocir), en el caso histórico hay un tercio menos de locales abiertos que los que que se contaban previo a la pandemia. Dicho sector es el más afectado en el escenario post covid ya que por el microcentro al circulación se recompuso en parte a partir de la irrupción de mecanismos como el home office que parece haber llegado para quedarse.