Como reflejó días atrás El Litoral, el Río Paraná llegó a su pico de altura del último año: 2,74 mts en el puerto de la ciudad de Santa Fe.
Los ofidios aparecen en la costa con la creciente. En la ciudad de Santa Fe ya hubo mordeduras y en un caso un niño debió ser hospitalizado.
Como reflejó días atrás El Litoral, el Río Paraná llegó a su pico de altura del último año: 2,74 mts en el puerto de la ciudad de Santa Fe.
Con la creciente, vuelven a decir presente elementos ribereños que estuvieron ausentes en épocas de bajante extrema. Es el caso de la flora y la fauna autóctona de la región que en ciertas ocasiones pueden generar peligro.
En un reciente video filmado en el río, en cercanías a la localidad de Santa Rosa de Calchines, un pescador se topó con un ejemplar de yarará justo cuando iba a levantar el grampin (pequeña ancla de cuatro uñas y sin cepo para afirmar embarcaciones menores, como por ejemplo una lancha).
“Nos encontramos con una yarará sobre los camalotes donde nosotros paramos para pescar. Es extremadamente peligrosa, cuidado”, alertó el pescador santafesino.
La presencia de este tipo de ofidios en la costa o sobre camalotes puede explicarse desde tres factores. Como se dijo, la creciente del río, como así también las bajas temperaturas, que hacen que las víboras busquen refugio y, además, que están en fecha de reproducción.
Mordeduras
A fines de abril, un niño santafesino fue mordido por una yarará en el parque de la Locomotora de la costanera y debió ser hospitalizado. Al mismo tiempo, veterinarios de la zona de la Costa advierten por mordeduras a mascotas, sobre todo en perros.