Síntomas y prevención de la mononucleosis, la enfermedad que tenía la estudiante que murió en Bariloche
Es una enfermedad que, aunque comúnmente leve, puede ser muy molesta y tiene el potencial de causar complicaciones graves si no se maneja adecuadamente.
El virus de Epstein-Barr se transmite principalmente a través de la saliva.
La mononucleosis infecciosa, conocida popularmente como la "enfermedad del beso", es una infección viral que afecta principalmente a adolescentes y adultos jóvenes. Aunque puede presentarse a cualquier edad, este virus se disemina principalmente a través de la saliva, lo que le ha dado su particular apodo. Sin embargo, existen otras formas de transmisión que hacen de esta enfermedad una preocupación relevante para la salud pública.
Ana María Zamora, bioquímica del Laboratorio de Salud Pública de la División de Virología de Tucumán explicó que la mononucleosis es causada, en la mayoría de los casos, por el virus de Epstein-Barr (VEB), un miembro de la familia de los herpesvirus. "Si bien otros virus también pueden causar mononucleosis, el Epstein-Barr es el más común", destacó Zamora.
Un médico puede diagnosticar la mononucleosis mediante un examen físico y pruebas de laboratorio
¿Cómo se transmite?
El virus de Epstein-Barr se transmite principalmente a través de la saliva. No obstante, esta no es la única vía de contagio. La bioquímica subrayó que el virus también puede propagarse por medio de la sangre, el contacto sexual, las transfusiones de sangre y los trasplantes de órganos. Sin embargo, "la forma más común es a través del contacto con la saliva de una persona infectada", añadió Zamora, de ahí que los besos, el compartir utensilios, vasos o cepillos de dientes se conviertan en comportamientos de riesgo.
Una de las características más intrigantes de esta enfermedad es que muchas personas infectadas no desarrollan síntomas visibles. "Es común que el virus permanezca en nuestro organismo de manera latente, es decir, sin manifestar signos evidentes de enfermedad", explicó la experta. Aunque la mononucleosis puede ser asintomática, cuando se presentan síntomas, suelen ser molestos y pueden afectar la vida diaria del paciente durante varias semanas.
La mononucleosis tiene un período de incubación relativamente largo, de aproximadamente 4 a 6 semanas, lo que significa que una persona puede estar infectada y no mostrar síntomas durante ese tiempo. Una vez que estos aparecen, pueden durar de 2 a 4 semanas. Entre los síntomas más comunes se encuentran:
Fatiga extrema
Fiebre
Dolor de garganta intenso
Inflamación de los ganglios linfáticos, especialmente en el cuello y las axilas
Inflamación de las amígdalas
En algunos casos, los pacientes también pueden experimentar agrandamiento del bazo o del hígado, lo que puede conllevar complicaciones adicionales. Otros síntomas menos comunes incluyen dolor de cabeza, erupciones cutáneas, pérdida del apetito y dolores musculares. Esta amplia gama de manifestaciones puede hacer que la mononucleosis se confunda con otras enfermedades virales como la gripe o las infecciones respiratorias comunes.
Si bien los síntomas pueden ser similares a otras enfermedades virales, un médico puede diagnosticar la mononucleosis mediante un examen físico y pruebas de laboratorio que confirmen la presencia del virus de Epstein-Barr en el cuerpo. Debido a que esta es una infección viral, los antibióticos no son efectivos en su tratamiento, a menos que se desarrolle una infección bacteriana secundaria, como la amigdalitis.
"El descanso es fundamental para la recuperación", señaló Zamora. La fatiga extrema que genera la mononucleosis requiere que los pacientes limiten sus actividades físicas, y en casos donde el bazo esté agrandado, se desaconseja totalmente practicar deportes de contacto o cualquier actividad intensa, ya que podría provocar una ruptura del bazo, una complicación grave.
Además del descanso, se recomienda mantener una buena hidratación y tomar analgésicos de venta libre para aliviar el dolor de garganta y el malestar general. "Es importante cuidar la garganta, ya que el dolor puede ser severo. La hidratación adecuada y el uso de medicamentos para reducir el dolor y la fiebre pueden ser útiles", agregó la experta.
Una vez que una persona se infecta con el virus de Epstein-Barr, este permanece en su organismo de por vida en estado latente. Esto significa que aunque los síntomas desaparezcan, el virus puede reactivarse en ciertos momentos, especialmente si el sistema inmunológico está debilitado. Sin embargo, la mayoría de las personas que han estado expuestas al virus no vuelven a presentar síntomas notables después de su primera infección.
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