Máximo Rubén Butarelli, de 33 años, pelea por su vida en la terapia intensiva del Hospital José María Cullen tras ser atacado por una patota en plena vía pública en barrio Los Espinillos, San José del Rincón.
Máximo Rubén Butarelli, de 33 años, permanece internado en terapia intensiva tras ser atacado salvajemente por una patota en barrio Los Espinillos de San José del Rincón. Su hermana Dana denuncia que los agresores siguen libres y sembrando el terror en la zona.
Máximo Rubén Butarelli, de 33 años, pelea por su vida en la terapia intensiva del Hospital José María Cullen tras ser atacado por una patota en plena vía pública en barrio Los Espinillos, San José del Rincón.
El ataque ocurrió el viernes 14 de febrero por la tarde, cuando la víctima fue interceptada por un grupo de al menos cinco personas, quienes lo golpearon salvajemente hasta dejarlo inconsciente.
El caso generó indignación entre los vecinos, quienes denuncian que los agresores siguen en libertad y continúan sembrando el terror en la zona. Dana, hermana de la víctima, encabezó una marcha para exigir justicia y relató el calvario que atraviesa su familia.
Según el testimonio de Dana, su hermano fue atacado cuando se dirigía a tomar el colectivo para reunirse con unos familiares. "Estos muchachos venían hace dos días haciendo estragos. Era el tercer día que estaban amanecidos y golpeaban a cualquiera que se cruzara en su camino", relató la mujer ante El Litoral.
El violento episodio ocurrió en la intersección de las calles Independencia e Inés Álvarez, alrededor de las 14:30, cuando Butarelli fue abordado por la patota. "Mi hermano peleó con dos, se defendió como pudo, pero vinieron otros tres y lo tiraron al piso a golpes. Le pegaron un golpe en la cabeza y cayó. En el suelo, le dieron patadas hasta dejarlo inconsciente", detalló Dana.
La agresión podría haber sido aún peor de no ser por la intervención de una vecina. "Si no pasaba una mujer y se le tiraba encima, lo prendían fuego", denunció su hermana.
El ataque le dejó graves lesiones a Butarelli. Según los médicos, el joven sufrió fractura de cráneo y la formación de coágulos en el cerebro. "Está muy grave. Los partes médicos cada día son peores. Estamos rezándole mucho a Dios para que se recupere, aunque sea un poco", expresó Dana, visiblemente angustiada.
Butarelli trabaja como albañil junto a su padre y también es arquero y árbitro de fútbol. Además, es papá de una niña de seis años, quien aún no comprende la gravedad de lo sucedido.
La hermana de la víctima asegura que los atacantes son parte de un conocido clan familiar del barrio, cuyos miembros se hacen llamar "El Tanque", "Wey" y "Chicho", entre otros. "Son el padre y los hijos, apañados por su madre. Acá todo el mundo los conoce. Y tienen amigos que los acompañan en sus ataques", afirmó.
Pese a los reclamos de los familiares de Butarelli y los vecinos, hasta el momento no hay detenidos. "La policía nos dijo que no hablemos nada porque están investigando, pero mientras tanto, estos tipos siguen libres, atacando a la gente y hasta disparando en el barrio", denunció Dana.
El mismo viernes por la noche, la familia de Butarelli se presentó en la comisaría de San José del Rincón para exigir respuestas.
"Estuvimos ahí desde las 12:30 hasta las 6 de la mañana bajo la lluvia, esperando una respuesta. Nos dijeron que los allanamientos iban a ser el domingo a la mañana, pero se hicieron recién a las 4 de la tarde y no atraparon a nadie. Uno de los agresores, 'Wey', se escapó por la ventana", relató.
El domingo, mientras la familia de Butarelli realizaba una marcha pacífica pidiendo justicia, los agresores seguían sembrando el pánico en el barrio. "Mientras nosotros marchábamos, ellos andaban a los tiros", denunció Dana.
El clima de inseguridad es tal que otra vecina, cuya hija casi fue alcanzada por una bala disparada por el mismo grupo, se sumó al reclamo. "Queremos que paren de una buena vez. Que no haya más casos como el de mi hermano. No sé si mañana lo voy a volver a ver con vida", expresó Dana, con la voz quebrada.
Los familiares de Butarelli piden que la policía actúe con rapidez y detenga a los responsables del ataque antes de que haya más víctimas. "Nos arruinaron la vida a todos y siguen sueltos. Lo único que queremos es justicia", concluyó la mujer.
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