La autorización judicial para que Mirta Chávez, condenada a 17 años de prisión como coautora del secuestro de la adolescente Fernanda Aguirre, venda torta frita en un parque de la costanera de Paraná generó polémica en la provincia, donde un juez justificó la decisión y su ex abogada defensora sostuvo que "no fue lo más afortunado".
El juez Correccional 2 de Paraná, Daniel Malatesta, dijo que los reclusos "son parte de nuestra sociedad" y argumentó que la salida de la mujer que cumplió seis años en prisión respondía a un proceso de tratamiento y aprendizaje para condenados.
Malatesta es el mismo juez que autorizó en 2004 la salida del autor del secuestro extorsivo de la niña, Miguel Angel Lencina, esposo de Chávez, cuando cumplía una condena en un penal de Paraná por otros secuestros y homicidios.
La actuación del magistrado había sido cuestionada por legisladores que pidieron un jury para él, aunque luego esa medida fue desestimada.
Malatesta cuestionó hoy en un comunicado un reportaje de un diario local, que indicaba que ante quejas múltiples de sus lectores detectó que en una muestra del Servicio Penitenciario "Mirta Chávez hace tortas fritas en un puesto de la costanera". El magistrado señaló que "las decisiones que se tomaron, de afectar internos/as a talleres, al aprendizaje de diferentes oficios y actividades culturales no son determinaciones caprichosas, sino el resultado final de un largo proceso de trabajo en el que intervienen muchos profesionales". "La medida tuvo un absoluto apego a la ley y normas que rigen los tratamientos que se aplicarán a los internos", acotó.
Tras resaltar que la decisión contó con el aval de la fiscal de Cámara Cecilia Goyeneche, el magistrado dijo que el permiso se enmarcó en un Programa ejecutado por el Consejo General de Educación de la provincia y la Unidad Penal 6 de Paraná.
La ley de Ejecución de Pena Privativa de Libertad de Entre Ríos busca la reinserción social progresiva de los penados a través de un tratamiento interdisciplinario que incluye aprendizaje de técnicas de trabajo y culturales.
Ante ello, la abogada Nora Lanfranqui, quien ejerció la defensa de Chávez en el juicio que dispuso su condena, dijo a radio La Voz que "tal vez no fue lo más afortunado elegir a Mirta Chávez" para ese proyecto. "El Juez no toma decisiones equivocadas, sino que se ajusta a derecho", sostuvo le letrada, y reconoció que "tal vez ella no debería estar vendiendo tortas fritas en el parque, tal vez pudo estar en otro lugar haciendo otra cosa".
Tras aclarar que "la autorización a Chávez la da el juez, a mérito de la conducta", sostuvo que su ex defendida "tiene un solo pecado: ser la mujer de Lencina. Ella no la violó, no la mató, solamente habló por teléfono. Ella tenía temor reverencial al punto que recibió una golpiza en el penal que la tuvieron que sacar en ambulancia".
En alusión a Lencina, la abogada recordó que "el Chacal tenía dos antecedentes de secuestros seguidos de muerte. Pero esta chica, no tiene antecedentes". "No es para tanto, no le van a hacer nada", dijo Lanfranqui en alusión a posibles riesgos que podría correr la mujer que cuando fue entrevistada en la cárcel por la madre de Aguirre, María Inés Cabrol, se negó a revelarle qué había pasado con su hija.
DYN