¿Qué dijeron las víctimas del robo a la subcomisaría de Arroyo Leyes?
La violencia empleada contra las mujeres quedó expuesta en sus declaraciones, que dejaron en claro la impotencia que sienten aún hoy, cuando los responsables se encuentran tras las rejas. "Me maniataron con alambre de púas", dijo una de ellas.
"Lo que vivimos, no lo puedo creer, tengo al enemigo durmiendo al lado" expresó Hugo D.V. el vecino de la Comisaría 20° de Arroyo Leyes. Crédito: Flavio Raina
Como parte del proceso penal, las víctimas tienen el derecho a ser escuchadas por la Justicia, medida que se llevó a cabo este mismo lunes, previo al inicio del tratamiento de la medida cautelar para cuatro de los integrantes de la banda que copó la subcomisaría 20° de Arroyo Leyes y que participó de otro golpe en el pueblo de Gobernador Candioti unos días antes.
Primero fue el turno de la pareja de Arroyo Leyes, Gabriela F. y Hugo D.V., quienes la madrugada del 17 de noviembre de 2022 fueron obligados a abrir la puerta de su casa de ruta 1 km 14,5 bajo la orden de "¡Procedimiento policial, abran!"
La subcomisaría de Arroyo Leyes. Crédito: Flavio Raina
"Fue una noche de terror. Después de lo ocurrido tengo problemas para dormir y para estar en el lugar", dijo la mujer que se pregunta "quién informó de datos erróneos a las personas responsables de entrar al domicilio".
"Permanecí acostada en el piso con una persona que me golpeaba la cabeza con un arma", relató. A partir de entonces "me cuesta mucho llevar una vida normal", por eso pidió "que los responsables cumplan una condena y sean sacados de la sociedad el tiempo que corresponda", al tiempo que reclamó "protección para mi domicilio y el de mi pareja".
A su turno, Hugo D.V. se quejó del trato recibido en sede policial en el momento inmediato posterior al hecho. "La policía que nos recibió apenas ocurrió el hecho, estoy segurísimo que sabía" y "mintió (diciendo) que se orinó".
Fue "una actuación burda y evidente. No quiso prestarle el teléfono a mi pareja para que avise. No quiso pasar la patente de mi auto. No puedo creer que estando implicada siga en libertad", dijo a propósito de Gabriela M., quien fuera detenida la semana pasada y recuperara la libertad bajo alternativas.
Así fue encontrado el auto de la familia robada luego del asalto a la seccional policial.
"Lo que vivimos, no lo puedo creer, tengo al enemigo durmiendo al lado" y "yo no tengo derecho a estar tranquilo", expresó el vecino al que le sustrajeron un automóvil Peugeot 207, $ 30.000, dos celulares, tres termos Stanley y una amoladora.
Se refirió a sus vecinos como "la gente corrupta de esa Comisaría" y aportó un curioso dato por el cual la fiscalía tomó debida nota: "estuvieron haciendo operativos en mi tranquera cinco días antes del robo. En 22 años que vivo ahí eso nunca pasó", cerró.
La otra pareja la conforman un hombre de 75 y una mujer de 72 años, que vive en Gobernador Candioti, un pueblo de alrededor de 1.500 habitantes ubicado 32 km al norte de la capital provincial por ruta 11.
"Candioti es una localidad tranquila", contó Arturo D.D. a la jueza Rosana Carrara. El hombre, que dijo ser "viajante", responsabilizó de lo ocurrido a "un albañil que venía todo el año" y primero "le robó el reloj a mi mujer, ahí empezó todo".
Teresa G. también tiene un amargo recuerdo de aquella madrugada en su casa de calle Rivadavia al 1900, a unas dos cuadras de la plaza. "Vivo atemorizada, me siento mal, no tengo consuelo". "Me maniataron con alambre de púas, revolvieron toda la casa y tiraron todo al piso", destacó.
La banda, compuesta por tres encapuchados y el remisero, se alzó con alhajas de oro, los celulares de la pareja, $ 80.000 y un auto Chevrolet Agile que hasta el momento no apareció.