Discusión entre hermanos, un golpe en la cabeza y dos días "dejada a su suerte"
El juez Sergio Carraro ordenó la prisión preventiva de Carlos Lorens, y acreditó la figura de "femicidio". Además, dispuso que se investigue al Hospital Cullen.
El acusado estuvo prófugo 9 meses. Crédito: Luis Cetraro
"Acto femicida". Así describió la fiscal Celeste Minniti a la agresión sufrida por Aldana Lorens la tarde del 22 de diciembre de 2021, por la que imputó a su hermano. Después de permanecer 9 meses prófugo, este martes el hombre quedó en prisión preventiva.
La medida fue dispuesta por el juez penal Sergio Carraro, que corroboró la probable autoría de Carlos Lorens (32) en el fratricidio de su hermana y acreditó la calificación seleccionada por la fiscalía: "femicidio". Tuvo en cuenta la precaria situación de salud en el que se encontraba la víctima previo a la agresión, y que después del ataque fue "dejada a su suerte" durante dos días, tras lo cual parte de la familia buscó ayuda médica.
Además, el magistrado ordenó que se investigue la posible comisión de un delito por parte de los funcionarios del Hospital Cullen, debido a la denuncia tardía (10 días después del ingreso) de lo sucedido con Aldana. Al finalizar la audiencia el fiscal Minniti informó que dicha causa fue impulsada por el propio Ministerio Público de la Acusación (MPA) en enero, y está en manos de la Unidad de Delitos Complejos.
Aldana Lorens era una mujer trans de 35 años. Recibió un fuerte golpe en la cabeza, y demoraron dos días en llevarla al hospital.
Dos días de abandono
Aldana agonizó durante 12 días. Según lo expuesto durante la audiencia, fue herida de muerte el miércoles 22 de diciembre de 2021 en la casa de su madre, barrio Abasto, cuando a raíz de una discusión su hermano le propinó un fuerte golpe en la cabeza con un palo, o una silla.
Permaneció dos días tirada en esa vivienda, semiconsciente. Cuando una de sus hermanas la visitó al día siguiente, notó que no podía hablar, tenía la mitad del cuerpo paralizado y la única "asistencia" que había recibido era una almohada, que su hermanita de 10 años le había acercado, y que había absorbido la sangre que no dejaba de emanar de su cabeza.
La madre pensaba que estaba fingiendo, y había llamado al 911 sólo para decir que la estaba molestando y que no la dejaba dormir. No advirtió que estaba lesionada, ni la gravedad de la situación.
Ese jueves la hermana la higienizó, la acostó y se quedó toda la noche con ella. Al día siguiente, cerca del mediodía, con la ayuda de una tía y un primo la subieron a un remis trucho y la trasladaron hasta el Hospital Cullen. Para entonces, Aldana siquiera podía mantenerse erguida.
Cuando llegaron al Cullen, la médica notó que Aldana estaba consciente pero que no podía hablar. Le preguntó si la habían golpeado, y le respondió que "sí" con la cabeza. Al pedirle más detalles a la hermana, ésta le comentó que su hermano Carlos le había pegado con un palo. También le informó que la víctima había sufrido un accidente en octubre, que la había dejado con secuelas motoras.
"No le pegué"
Aldana permaneció internada hasta el 3 de enero de 2022. Sólo una de sus hermanas la visitó, explicó la fiscal Minniti. Murió a causa del golpe en el lado derecho de su cabeza, que le provocó una fuerte hemorragia y la posterior falla multiorgánica.
Luego de su deceso, desde el efector público comunicaron lo ocurrido al MPA y comenzó la investigación. Para entonces, hacía días que el resto de la familia no veía a Carlos, quien previo al hecho solía visitar la casa de su madre de forma habitual. Cuando lo fueron a buscar a su domicilio el 6 de enero, su pareja dijo que se había ido hacía dos días y que siquiera había tenido contacto con sus hijos.
Permaneció prófugo, hasta que finalmente fue detenido la noche del jueves 8 de septiembre en la vía pública, mientras caminaba junto a su pareja. El imputado decidió declarar durante la audiencia de prisión preventiva. Admitió haber discutido con su hermana, pero "yo no le pegué". Señaló también que el baño de la casa de su madre tiene pisos de cerámica y Aldana podría haberse resbalado allí.
Violencia de género
La fiscal Minniti aportó los relatos de múltiples testigos. Entre estos, el de una tía que dijo que luego de enterarse de lo ocurrido le preguntó a Carlos qué había pasado, y éste le respondió que se había defendido de Aldana con una silla y luego le advirtió: "Cerrá el culo y metete en tus cosas". Además, la funcionaria señaló que los únicos testigos oculares son cinco niños -entre ellos los hijos del imputado- cuyos testimonios serán tomados en cámara Gesell.
Las defensoras públicas Virginia Segado y Leticia Feraudo criticaron que las entrevistas no se hubieran realizado antes y cuestionaron la calificación legal, sobre todo la agravante de género.
La fiscal indicó que el ataque se dio en un contexto de violencia de género, "no como motivación del imputado, sino como condición objetiva". La víctima estaba en una situación de extrema vulnerabilidad, era una mujer trans que ejercía el trabajo sexual para poder llevar dinero al hogar y tenía problemas de salud, lo que era minimizado por su familia.
En octubre de 2021 sufrió un accidente que la dejó con graves secuelas, y sin poder trabajar. Por esto había comenzado a recibir asistencia de la Dirección de Mujeres y Diversidades, a donde había asistido el día anterior al ataque para buscar un bolsón de alimentos. Allí la vieron muy desvalida, le costaba caminar y dijo que había estado con vómitos y mareos. "Un golpe en la cabeza no podía tener otro desenlace que no fuera el riesgo de muerte", sostuvo Minniti.
Desprecio
Al momento de resolver, el juez Sergio Carraro tuvo en cuenta que "la condición de salud de Aldana previo a los hechos era muy débil, el imputado estaba al tanto y sabía de los problemas físicos que a misma presentaba. Pese a esto, y en el marco de una discusión, decidió golpearla con una silla".
Este ataque cometido "en el marco de reiteradas discusiones y en un contexto de desprecio hacia la vida y la condición física de Aldana, indica que claramente la intención homicida estuvo presente", consideró. A su vez, "estas circunstancias de desprecio, que son también internalizadas por el imputado al momento de los hechos, me hacen presumir la presencia de un femicidio, en razón de la persistencia y el desprecio que ha tenido el imputado al encarar sus acciones contra la víctima".
En cuanto a los riesgos procesales, el juez consideró la existencia de los peligros de fuga y entorpecimiento probatorio. Por esto, decidió ordenar la prisión preventiva sin plazos.
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