El insólito hecho ocurrió en la localidad de Media Agua provincia de San Juan. Cuando un joven ingreso a un almacén con finalidad de hurto, una vez logró robar algo, no escapó, sino que se que se entretuvo comiendo salame. Ese hecho fue fundamental para que la policía llegara al lugar y pudiera detenerlo.
El ladrón fue descubierto por un vigilante privado de un centro comercial que trabaja en la zona, no solo noto los vidrios rotos, también escucho ruidos extraños, por lo que dio aviso a la comisaría, quienes se acercaron rápidamente al local.
Al revisar el lugar, los policías se encontraron al joven de 19 años, quien estaba tirado en el suelo para no ser encontrado, en su poder tenía, dinero en efectivo ($1450), máquinas de afeitar y otros elementos.
El joven, quien tendría antecedentes delictivos, quedó a disposición de Cristian Bordón, ayudante fiscal de Flagrancia de turno, acusado del delito de “robo agravado por escalamiento en grado de tentativa”.