Un policía santafesino fue condenado recientemente por la brutal golpiza que le propinó a su pareja, quien había dado a luz hacía 4 meses a su bebé, en medio de una reunión familiar. La sentencia también incluyó una serie de amenazas, tanto inmediatamente posteriores al hecho como tres años después.
Edgardo Raúl Rojas tiene 35 años, es carpintero y cuando agredió a la madre de su hijo, en septiembre de 2020, formaba parte de la Policía de la Provincia de Santa Fe. A días de llegar a juicio, decidió firmar un acuerdo de procedimiento abreviado y fue condenado a 3 años de prisión condicional por el juez Martín Torres.
El documento contó con la firma de la fiscal del caso, Milagros Parodi, y del abogado particular Néstor Pereyra, quien realizó la defensa técnica de Rojas. En concreto, el expolicía reconoció la autoría de los delitos de "lesiones leves dolosas calificadas por el vínculo y por ser perpetradas a una mujer en contexto de violencia de género", "amenazas calificadas por el uso de arma" y "amenazas coactivas en contexto de violencia de género".
El juez Martín Torres homologó el juicio abreviado que le fue presentado y condenó a Rojas. Créditos: Mauricio Garín
"¡Los voy a matar!"
Rojas fue detenido e imputado en septiembre de 2020. El domingo 20 había arribado a la casa de su padre -Domingo Silva al 4000, barrio Barranquitas Oeste- junto a su pareja y a su bebé de 4 meses, ya que habían organizado una reunión familiar.
Pasada la medianoche, agredió brutalmente a la mujer, la tomó por el cuello y acorraló contra una pared, para luego propinarle golpes de puño, patadas y rodillazos en todo el cuerpo, incluyendo el abdomen donde tenía la herida de la cesárea. La arrojó al suelo y arrastró, tomándola del cabello, hasta que fue interrumpido.
Un hermano de Rojas y su esposa intervinieron, ayudaron a la mujer y la llevaron hasta su casa, construida en la parte de atrás del mismo terreno. Pero esto no apaciguó al entonces policía, que incrementó la violencia. Con su arma reglamentaria en la mano se dirigió hasta el inmueble y comenzó a gritar "¡los voy a matar!" mientras exigía a su pareja que saliera.
Rojas realizó un disparo al aire y comenzó a patear la puerta y las ventanas, rompiendo vidrios, tras lo cual le apuntó a la cabeza de su cuñada. Un llamado a la Central de Emergencias 911 alertó sobre lo que estaba sucediendo, por lo que la policía fue comisionada al lugar.
La investigación de los tres hechos estuvo a cargo de la fiscal Milagros Parodi, de la Unidad de Violencia de Género, Familiar y Sexual (Gefas). Créditos: Mauricio Garín
La causa
Rojas fue detenido, su pistola Bersa TPR9 calibre 9mm fue secuestrada y se inició un sumario en la Unidad Especial de Asuntos Internos. La fiscal Parodi lo imputó y la investigación continuó.
Con la causa rumbo al juicio oral y público, en octubre de 2023 Rojas volvió a amenazar a la madre de su hijo. La noche del jueves 19 se comunicó telefónicamente con ella y le dijo que su hijo (de 3 años) "se había golpeado fuerte en la cabeza" y que no lo iba a llevar al Hospital de Niños ni a ningún centro de salud si ella no acudía inmediatamente a su vivienda. También le dijo que no le permitiría llevarse al niño para que lo atendieran.
Esto ocurrió "mediando una situación y contexto de violencia de género que viene ejerciendo sobre su expareja, revelador de un ejercicio desigual de poder y manipulación, aprovechándose de la situación de vulnerabilidad de la víctima y el temor que le infunden sus actos", consideró la fiscalía.
Si bien el juicio fue fijado para el 11 de diciembre, Rojas decidió poner un fin al proceso penal firmando un acuerdo de procedimiento abreviado, responsabilizándose tanto de los hechos de 2020 como del ocurrido hace dos semanas.
En esa línea, el juez Torres lo condenó a 3 años de prisión de ejecución condicional y le impuso una serie de reglas de conducta. Entre estas, someterse al control pertinente, abstenerse de usar estupefacientes o abusar de bebidas alcohólicas, la prohibición contacto por cualquier medio y restricción de acercamiento de 300 metros para con su cuñada y hermano, y la prohibición de tener y/o portar armas de cualquier tipo.
El arma
Se dispuso el decomiso de la pistola secuestrada. El juez señaló que, "tratándose de un arma reglamentaria presumiblemente en condiciones de utilización, tal como fuera informado, corresponderá la restitución al organismo de seguridad pertinente".
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