Danilo Chiapello
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“Este auto me lo regaló mi hijo. Pensaba venderlo y con ese dinero poder viajar a comprar mercaderías. Yo me dedico a vender ropa y la verdad es que ahora no sé que voy a hacer...”, dice Elsa Barrera (65) mientras observa los despojos del vehículo.
Historias detrás de los quemacoches
La mujer hace referencia a un añejo Ford Falcon, que estaba estacionado en Juan de Garay y Lamadrid, cuando fue atacado por los quemacoches esta madrugada.
Fue poco antes de las 4, que Elsa despertó sobresaltada por los ladridos de sus perros. Ni bien se asomó a la calle, observó su automóvil convertido en una bola de fuego.
“Las llamas por poco alcanzan los cables del alumbrado público. Si eso pasaba aquí estábamos hablando de un desastre mayor”, opinó la señora.
“Yo ya le hice sacar fotos al auto porque se las voy a llevar al gobernador. ¿Hasta cuándo vamos a seguir con este delirio?, se preguntó. Resulta que de repente queman un auto, y otro, y otro.... y nadie hace nada. ¿Quién me va a solucionar todo el daño que me causaron?, volvió a interrogarse.
Más adelante Elsa explicó que “el coche lo había comprado mi hijo con mucho esfuerzo y ahora me lo había regalado para ayudarme. Yo vendo ropa y si lograba vender el auto podía viajar para comprar mercaderías. No tengo problemas con nadie, pero a mí esto me arruinó”, sentenció.
Por último expresó que “nunca vimos algo así. Gente que sale a quemar vehículos por todos lados.
Esto es hacer daño a gran escala. No creo que sean ladrones ni asesinos. Los que hacen esto se dedican a cag... la vida a la gente”, culminó.
Barrio Sur Pero ya un rato antes los quemacoches habían hecho de las suyas en barrio Sur.
Es que cerca de las 2, el que ardió en llamas fue un Fiat Uno, que se encontraba estacionado en Gob. Freyre al 1100.
Los vecinos de la zona apuntaron que dicho rodado hacía tiempo que había sido dejado por su propietario en dicho lugar.
Efecto de imitación Por su parte el fiscal regional, Ricardo Fessia, en diálogo con LT 10, opinó que “estamos trabajando en estos casos. Hoy encontramos otros dos autos quemados. Uno de los casos ocurrió en el sur de la ciudad, alrededor de las 2. El otro caso se dio en el sudoeste de la ciudad, cerca de las 5 de la mañana”.
Además, Ricardo Fessia agregó que “la metodología fue similar a los otros casos. Se trata de coches viejos (sin mecanismos de seguridad) que son impactados con una botella con combustible”.
Consultado sobre la investigación, el fiscal regional señaló que “todo arrancó con un colectivo en Estanislao Zeballos y un Peugeot 504. Al parecer, quien provoca estos hechos no lo hace por una cuestión económica, ni por diferencias interpersonales. Evidentemente, el o los grupos que generan esta situación están enviando un mensaje”.
“Ante esta situación, se genera el efecto de imitación de conducta. Por ejemplo, el viernes a la noche, dos de los autos quemados tuvieron una motivación de diferencias interpersonales (se eligió esta metodología por lo que está ocurriendo)”, explicó Ricardo Fessia.
Por su parte, María, sobrina de la dueña del Falcon (que estaba estacionado en Lamadrid y Juan de Garay), señaló que “ocurrió alrededor de las 4 de la mañana. Nos avisó una señora mayor. Cuando mis familiares salieron a la calle, el auto ya estaba quemado. La idea de mi tía era arreglar el auto para venderlo”.