San Javier: le dijo a su novia que morirían juntos y quemó el techo
Quedó en prisión preventiva luego de que le atribuyeran una serie de delitos, casi todos hacia su pareja. En su resolución, el juez resaltó el contexto de violencia de género y el profundo sometimiento de la víctima.
Google Street View Los hechos ocurrieron el último fin de semana, en una precaria vivienda del barrio El Once, en el extremo sudoeste de la ciudad.
La mujer estaba tendida en la cama, en medio de un charco de su propia sangre, que continuaba saliendo de la herida que tenía en la espalda, mientras su pareja permanecía parada a unos metros, mirándola. Así fue como se encontró la testigo a su hermana, que apenas la vio le urgió que buscara ayuda: "No puedo respirar, llamá a una ambulancia".
El hecho de que la víctima tuviera que acudir a un tercero para socorrerla, mientras su novio permanecía quieto observándola, fue uno de los puntos en los que el juez Sergio Carraro hizo hincapié a la hora de dictar la prisión preventiva de Ángel Gabriel Gil (30). El hombre, oriundo de la ciudad de San Javier, fue imputado por la fiscal Clelia Trossero por una serie de delitos cometidos en abril y julio de este año, todos inscriptos en un contexto de violencia de género.
Flavio Raina - Archivo El juez Sergio Carraro hizo hincapié en la ley de violencia de género, la que consideró una deuda que teníamos como sociedad, y particularmente los hombres, con las mujeres .
El juez Sergio Carraro hizo hincapié en la ley de violencia de género, la que consideró "una deuda que teníamos como sociedad, y particularmente los hombres, con las mujeres".Foto: Flavio Raina - Archivo
Si bien la relación comenzó hace apenas 9 meses, la violencia tanto física como psicológica y emocional escaló rápidamente, hasta tal punto que la madrugada del pasado domingo 4 de julio Gil le prendió fuego a parte del techo de paja de la vivienda que compartían. A los gritos, manifestaba que morirán quemados, pero juntos, dentro de la construcción.
Alcohol y descontrol
El imputado fue aprehendido la mañana en cuestión por el personal policial que arribó a la vivienda ubicada sobre calle Diputado Pcial. Mario Migno, en inmediaciones a la Ruta Provincial Nº 1.
Momentos antes, tras regresar alcoholizado de una fiesta clandestina, Gil comenzó a discutir con su pareja, a quien tomó del cuello y comenzó a ahorcar, para luego hacerse con una cuchilla y perseguirla por la vivienda.
La chica, al percibir el estado en que él se encontraba, tomó a la hija de 8 años del hombre y la llevó hasta la casa de un familiar. La niña recorrió los metros que separan a las viviendas entre lágrimas, y luego vio a la novia de su papá regresar al hogar para intentar "calmarlo".
Si bien la joven logró que Gil dejara el cuchillo de lado, el hombre no se tranquilizó, sino que comenzó a amenazarla diciendo que prendería fuego a la vivienda para que se quemaran, juntos, en el interior. Minutos más tarde, cumplió su promesa, incendiando un colchón y parte del techo de paja de la casa.
Él mismo extinguió las llamas, dejando a la mujer aterrorizada. Sin embargo, para entonces los vecinos ya habían llamado a la policía alarmados por el humo y los gritos. Gil fue arrestado, y su pareja brindó detalles de lo ocurrido al ser entrevistada por el personal de la Comisaría de la Mujer.
La contención que recibió en este espacio fue clave para que la víctima también señalara que fue Gil quien la apuñaló a mediados de abril, pero que el miedo la hizo decir que no conocía a su agresor.
Apuñalada
La mañana del 15 de abril, pasadas las 5, una hermana de la víctima se acercó a la vivienda de barrio El Once donde convivía la pareja. Apenas llegó se dirigió a la habitación, donde se encontró con la joven de 20 años recostada en la cama. La herida en su espalda, a la altura de la cintura, sangraba y teñía de rojo las sábanas mientras Gil la observaba, inmóvil.
"No puedo respirar, llamá a una ambulancia", alcanzó a decirle la chica, y su hermana obedeció, actuando rápidamente. Una vez en el Samco local, la víctima dijo que había sido atacada en la vía pública, cuando regresaba a su hogar, y que no conocía al agresor. Sin embargo, ni su madre ni su hermana creyeron esta versión, ya que este episodio sólo acrecentaba las sospechas de maltrato que tenían desde hacía un tiempo.
Cuando Gil ingresó a la habitación, la madre de la joven le dijo que quien la había lastimado iba "a pagar", lo que enfureció al hombre, quién sin más la amenazó: "¡Vieja de mierda, me tenés podrido! Te voy a romper la jeta, te voy a chuzar a vos y a tus hijos para que no se metan".
En deuda
Desde entonces, la mujer hizo todo lo posible para proteger a su familia, pero su hija estaba inmersa en un contexto de violencia del que es muy difícil salir. Gil la sometió hasta tal punto que la chica había bloqueado de su teléfono a todos sus familiares, y la mantenía alejada de ellos.
Este martes Gil fue imputado por los delitos de "lesiones leves dolosas calificadas por el vínculo y por haber sido cometidas por un hombre en contra de una mujer mediando violencia de género" -en dos oportunidades-, "amenazas calificadas por el uso de arma" y "amenazas" en perjuicio de la joven, y también "amenazas simples" contra la madre.
La fiscal Torssero solicitó la prisión preventiva, la cual fue rechazada por el defensor público Sebastián Amadeo, quien propuso una serie de alternativas. El juez Carraro falló de acuerdo con la pretensión fiscal, y en sus fundamentos resaltó que "nuestra Nación, a través del dictado de la ley de violencia de género allá por el 2009, ha ido en consonancia con todos los países de la región que demandaban este tipo de leyes que tienden a erradicar todos los actos de violencia contra las mujeres. Una deuda que teníamos como sociedad, y particularmente los hombres, con las mujeres".