1 / 13 Creció el río y aparecieron los camalotes. Luego de la prolongada bajante (el 21 de mayo de 2020 marcó 48 centímetros) la fisonomía de la laguna Setúbal comenzó a cambiar. Además de ser notable el cambio en la altura del agua, miles de plantas pasan por debajo del puente Colgante. Un atractivo que la bajante se había encargado de borrar. Foto: Pablo Aguirre
2 / 13 Creció el río y aparecieron los camalotes. Luego de la prolongada bajante (el 21 de mayo de 2020 marcó 48 centímetros) la fisonomía de la laguna Setúbal comenzó a cambiar. Además de ser notable el cambio en la altura del agua, miles de plantas pasan por debajo del puente Colgante. Un atractivo que la bajante se había encargado de borrar. Foto: Pablo Aguirre
3 / 13 Creció el río y aparecieron los camalotes. Luego de la prolongada bajante (el 21 de mayo de 2020 marcó 48 centímetros) la fisonomía de la laguna Setúbal comenzó a cambiar. Además de ser notable el cambio en la altura del agua, miles de plantas pasan por debajo del puente Colgante. Un atractivo que la bajante se había encargado de borrar. Foto: Pablo Aguirre
4 / 13 Creció el río y aparecieron los camalotes. Luego de la prolongada bajante (el 21 de mayo de 2020 marcó 48 centímetros) la fisonomía de la laguna Setúbal comenzó a cambiar. Además de ser notable el cambio en la altura del agua, miles de plantas pasan por debajo del puente Colgante. Un atractivo que la bajante se había encargado de borrar. Foto: Pablo Aguirre
5 / 13 Creció el río y aparecieron los camalotes. Luego de la prolongada bajante (el 21 de mayo de 2020 marcó 48 centímetros) la fisonomía de la laguna Setúbal comenzó a cambiar. Además de ser notable el cambio en la altura del agua, miles de plantas pasan por debajo del puente Colgante. Un atractivo que la bajante se había encargado de borrar. Foto: Pablo Aguirre
6 / 13 Creció el río y aparecieron los camalotes. Luego de la prolongada bajante (el 21 de mayo de 2020 marcó 48 centímetros) la fisonomía de la laguna Setúbal comenzó a cambiar. Además de ser notable el cambio en la altura del agua, miles de plantas pasan por debajo del puente Colgante. Un atractivo que la bajante se había encargado de borrar. Foto: Pablo Aguirre
7 / 13 Creció el río y aparecieron los camalotes. Luego de la prolongada bajante (el 21 de mayo de 2020 marcó 48 centímetros) la fisonomía de la laguna Setúbal comenzó a cambiar. Además de ser notable el cambio en la altura del agua, miles de plantas pasan por debajo del puente Colgante. Un atractivo que la bajante se había encargado de borrar. Foto: Pablo Aguirre
8 / 13 Creció el río y aparecieron los camalotes. Luego de la prolongada bajante (el 21 de mayo de 2020 marcó 48 centímetros) la fisonomía de la laguna Setúbal comenzó a cambiar. Además de ser notable el cambio en la altura del agua, miles de plantas pasan por debajo del puente Colgante. Un atractivo que la bajante se había encargado de borrar. Foto: Pablo Aguirre
9 / 13 Creció el río y aparecieron los camalotes. Luego de la prolongada bajante (el 21 de mayo de 2020 marcó 48 centímetros) la fisonomía de la laguna Setúbal comenzó a cambiar. Además de ser notable el cambio en la altura del agua, miles de plantas pasan por debajo del puente Colgante. Un atractivo que la bajante se había encargado de borrar. Foto: Pablo Aguirre
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11 / 13 Creció el río y aparecieron los camalotes. Luego de la prolongada bajante (el 21 de mayo de 2020 marcó 48 centímetros) la fisonomía de la laguna Setúbal comenzó a cambiar. Además de ser notable el cambio en la altura del agua, miles de plantas pasan por debajo del puente Colgante. Un atractivo que la bajante se había encargado de borrar. Foto: Pablo Aguirre
12 / 13 Creció el río y aparecieron los camalotes. Luego de la prolongada bajante (el 21 de mayo de 2020 marcó 48 centímetros) la fisonomía de la laguna Setúbal comenzó a cambiar. Además de ser notable el cambio en la altura del agua, miles de plantas pasan por debajo del puente Colgante. Un atractivo que la bajante se había encargado de borrar. Foto: Pablo Aguirre
13 / 13 Creció el río y aparecieron los camalotes. Luego de la prolongada bajante (el 21 de mayo de 2020 marcó 48 centímetros) la fisonomía de la laguna Setúbal comenzó a cambiar. Además de ser notable el cambio en la altura del agua, miles de plantas pasan por debajo del puente Colgante. Un atractivo que la bajante se había encargado de borrar. Foto: Pablo Aguirre