En medio de la ola de calor que se está viviendo en gran parte del país, el impacto de las temperaturas extremas va más allá de las molestias físicas. El neurólogo, Francisco Varela (MN. N° 139048) explicó a El Litoral cómo las altas temperaturas no solo afectan al cuerpo, causando dolor de piernas, agotamiento o mareos, sino que también pueden alterar significativamente el funcionamiento del cerebro.
El profesional sostuvo que “los procesos de regulación de la temperatura corporal, esenciales para la vida, se denominan termorregulación.Los seres humanos, como animales homeotermos, mantienen una temperatura corporal constante, lo que permite el óptimofuncionamiento de las células en un rango determinado de temperatura”.
¿Qué sucede exactamente en el cerebro cuando se enfrenta a temperaturas ambientales elevadas? Según Varela, aunque no se conoce con precisión, varios factores podrían desempeñar un papel crucial durante este fenómeno. El profesional destacó los siguientes:
Los seres humanos mantienen una temperatura corporal constante, lo que permite el óptimo funcionamiento de las células
Funcionamiento Neuronal
Los cambios de temperatura en el cerebro afectan la actividad de las neuronas. Las células nerviosas, responsables de la transmisión de señales eléctricas en el cerebro, pueden experimentar alteraciones en su actividad cuando la temperatura aumenta. Pequeños cambios de temperatura, incluso inferiores a 1ºC, podrían dar lugar a cambios sustanciales en la actividad neuronal, según investigaciones recientes.
Desequilibrio de electrolitos y deshidratación
El sobrecalentamiento puede ocasionar la pérdida de electrolitos, como el sodio, a través del sudor. Estos electrolitos son fundamentales para mantener la función nerviosa adecuada, la contracción muscular y el equilibrio de líquidos en el cuerpo. Además, la deshidratación asociada al calor extremo puede alterar no solo las funciones cognitivas, sino también el estado de vigilia.
Reducción de los niveles de oxígeno en la sangre
En algunos casos, el sobrecalentamiento puede provocar una respiración superficial y rápida, disminuyendo los niveles de oxígeno en la sangre. Esta disminución puede afectar la función cerebral, contribuyendo a sentimientos de confusión y desorientación.
Consecuencias en la cognición
Varela destacó que “durante las olas de calor del verano, es común observar cambios en el comportamiento tanto en adultos como en niños. El cerebro opera dentro de un estrecho rango de temperaturas óptimas, y cualquier desviación puede tener consecuencias significativas. La pérdida de memoria y la disminución de la concentración son los principales afectados, manifestándose a través de comportamientos como la irritabilidad, agresividad, ansiedad o el aletargamiento”.
El impacto de las temperaturas extremas va más allá de las molestias físicas.
Un estudio reciente, publicado en 2021, reveló que a medida que las temperaturas superan los 23.9 grados Celsius, se pueden notar cambios en el rendimiento cognitivo. Otra investigación comparativa en entornos laborales evidenció una disminución en la función cognitiva asociada a temperaturas interiores más elevadas y una iluminación deficiente.
El neurólogo subrayó que, “si bien queda mucho por aprender en este campo, hay evidencia suficiente que demuestra que el calor ambiental puede disminuir dramáticamente nuestra respuesta cognitiva”.
Golpe de calor
En casos extremos, Varela advierte que “el sobrecalentamiento prolongado puede dar lugar a un golpe de calor, también conocido como “heat stroke”. Esta condición, potencialmente mortal, se presenta cuando la temperatura central del cuerpo alcanza niveles peligrosos, provocando confusión, pérdida de conciencia, convulsiones e incluso coma. Un golpe de calor no tratado puede causar daño cerebral permanente”.
Hidratarse. Una de las primeras medidas para evitar el golpe de calor. Créditos: Mauricio Garín.
Recomendaciones
No se debe esperar a tener síntomas como desánimo, incapacidad para concentrarse, cansancio o irritabilidad para empezar a tomar medidas. La hidratación debe ser adecuada, priorizando el consumo de agua y líquidos con suplementos electrolíticos. Las bebidas alcohólicas, debido a su impacto en la temperatura corporal, están desaconsejadas.
Medidas como humedecer la piel o hacer uso del aire acondicionado pueden ayudar a contrarrestar los efectos del calor. La conciencia y la acción preventiva son fundamentales en la lucha contra los efectos adversos del calor extremo en el cerebro humano.
Humedecer la piel ayuda a bajar la temperatura. Créditos: Mauricio Garín.
Las 10 zonas más calurosas del país en los últimos años
1. El Chaco: Esta región ubicada en el norte de Argentina es conocida por ser una de las más calurosas del país. En verano, las temperaturas pueden superar los 40°C, convirtiéndola en una de las zonas más calurosas de Argentina.
2. Santiago del Estero: Otra provincia del norte argentino que se destaca por sus altas temperaturas. En verano, la ciudad de Santiago del Estero registra temperaturas que suelen superar los 40°C. 3. Misiones: Aunque esta provincia ubicada en el noreste de Argentina es conocida por su clima tropical y húmedo, también se caracteriza por tener altas temperaturas durante todo el año. En verano, las temperaturas pueden llegar a los 35°C.
4. Córdoba: En el centro del país, la provincia de Córdoba también se destaca por su clima cálido y seco. En verano, las temperaturas suelen superar los 35°C, especialmente en la región de las sierras.
5. Salta: En esta provincia ubicada en el noroeste de Argentina, las temperaturas pueden ser extremadamente altas durante el verano, llegando a superar los 40°C. Además, su clima seco y árido contribuye a que sea una de las zonas más calurosas del país.
6. Formosa: Otra provincia del norte argentino que se caracteriza por su clima cálido y húmedo. En verano, las temperaturas pueden superar los 40°C, convirtiéndola en una de las zonas más calurosas de Argentina.
7. La Rioja: En esta provincia ubicada en el oeste de Argentina, las temperaturas pueden ser muy elevadas durante el verano, llegando a superar los 40°C. Además, su clima seco y árido contribuye a que sea una de las zonas más calurosas del país.
8. Tucumán: En el norte de Argentina, la provincia de Tucumán también se destaca por sus altas temperaturas durante el verano, que pueden superar los 35°C. Sin embargo, su clima es más húmedo que en otras zonas del país.
9. Catamarca: Otra provincia del norte argentino que se caracteriza por su clima cálido y seco. En verano, las temperaturas pueden llegar a los 40°C, convirtiéndola en una de las zonas más calurosas de Argentina.
10. Santa Fe: En el centro del país, la provincia de Santa Fe también se destaca por sus altas temperaturas durante el verano, que pueden superar los 35°C. Además, su clima es más húmedo que en otras zonas del país.
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