Para ser "excelente" a Colón todavía le falta muchísimo
Ariel Pereyra utilizó ese término para definir la actuación del equipo ante San Martín de Tucumán. Hay orden y algo de mejoría, pero también carencias, sobre todo del medio hacia arriba.
El Pata Pereyra y sus indicaciones. En comparación con Temperley, el equipo tuvo una mejoría frente a los tucumanos que no pudo cristalizar en la red rival. Colón no debió llegar a la lotería de los penales. Crédito: Gustavo Conti
Quizás haya sido una expresión que le salió como consecuencia del apuro o de no encontrar la palabra adecuada, pero el Pata Pereyra calificó de "excelente" el rendimiento del equipo y estoy convencido de que no es lo que piensa ni tampoco lo que quiso decir. Pero lo dijo. Después, en la mayoría de los otros conceptos puede estar en lo cierto. Como cuando dijo que vio un equipo ordenado o cuando señaló que el objetivo es que el equipo crezca. Y se nota ese crecimiento, porque el de este miércoles con San Martín fue un pequeño paso adelante -aún con muchos defectos y cosas por corregir- en comparación con el partido con Temperley de la primera fecha del torneo.
Fue otro esquema y algunas cosas se hicieron bien. No hubo grandes fisuras en el fondo (salvo algún que otro pelotazo a las espaldas de Negro e Ibarra), la proyección que le dio Ibarra por izquierda fue interesante (está mostrando buen dominio de pelota, buenos recursos para el juego y atrevimiento) y está claro que el principal déficit se nota a medida que el equipo progresa en la cancha y se encuentra sin claridad ni profundidad. Y en este partido, le agregó también falta de contundencia, porque tuvo tres situaciones muy claras en el segundo tiempo que no pudo aprovechar.
En tren de hablar de las mejorías, hay algo en lo que también se coincide con el Pata: el orden. Colón es un equipo que se ve ordenado. Pasó con Temperley en la primera fecha (hasta el cuarto de hora del segundo tiempo) y pasó con los tucumanos en Rafaela con un cambio de esquema al que el equipo se supo adaptar, más allá de que hubo intérpretes que no mostraron demasiado. ¿Ejemplo?, Christian Bernardi, que había sido el jugador más destacado con la pelota en el primer tiempo del partido con Temperley y al que le faltó mayor gravitación contra San Martín, al igual que Soñora, a veces empecinado en la jugada individual y sin apelar a la mayor rapidez para desprenderse a tiempo de la pelota.
Ortiz y Negro en primera fila, más atrás Forneris, que fue la figura sabalera. En el podio, detrás de Forneris se ubicaron Ortiz y Gigliotti, que cuando ingresó en el segundo tiempo mostró su jerarquía. Crédito: Gustavo Conti
La columna vertebral del equipo no deja de ser otra cosa interesante. Hay una seguridad que se transmite desde Marcos Díaz y se prolonga en Guillermo Ortiz y en Alan Forneris. A propósito del "5", es de esos jugadores que "llegó a la primera para quedarse". El tren pasó una sola vez y se subió. Hoy es un titular indiscutido, siempre bien parado y desdoblándose en la marca y el juego sin estar exento el despliegue encomiable que, por ejemplo, ante los tucumanos lo llevó a acalambrarse cuando se jugaban 30 minutos del segundo tiempo producto de un esfuerzo supremo por correr a un rival largos metros en el costado y muy cerquita de su propia área.
En la columna del debe, la parte ofensiva. El equipo tiene anemia de gol, no sólo traducida en situaciones desperdiciadas sino también en la falta de generación de más oportunidades. Las pocas con Temperley y las del segundo tiempo con los tucumanos, no fueron adentro. Gigliotti va a ayudar mucho para que el equipo pueda encontrar eso que le está faltando, pero no se puede esperar que Gigliotti haga todo: los goles y también los pase-gol como pasó ante los tucumanos, cuando se puso el traje de "asistidor" en vez del de "definidor". Con poca claridad en el binomio Bernardi-Soñora, sin peso necesario en el área con Sanguina y algo mejorado en esos aspectos cuando el Pata cambió todo el frente de ataque y mandó a la cancha a Barreto, a Agustín Giménez (que tuvo dos chances bastante claras) y a Gigliotti.
"Cuando un equipo funciona, el que entra sabe qué tiene que hacer y se acopla rápidamente", dijo Ariel Pereyra. Es una frase, en términos generales, que cualquier entrenador sabe que resulta fundamental (lograrla) y es el principal objetivo que se puede establecer en esta etapa de búsqueda y consolidación de un funcionamiento.
Amiconi
Para el partido del lunes a las 20 en el Brigadier López ante Nueva Chicago fue designado Bruno Amiconi para el contralor del partido, con Maximiliano Castelli y Matías Balmaceda como asistentes, en tanto que el cuarto árbitro será Matías Billone.
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