"Si pelea Monzón, Colón gana": una leyenda que pudo nacer en un partido con Almirante
El choque más importante entre ambos, le dio a Colón la posibilidad de seguir jugando en Primera y esa noche peleó Monzón, a los pocos días de coronarse campeón del mundo. Algunos apuntes del proyecto deportivo, con cinco chicos del club entre los viajeros.
Colón contra Almirante Brown en el encuentro que disputaron en abril de 1995 en Isidro Casanova.
Puede ser que antes del 7 de noviembre de 1970 hayan más fechas que robustezcan la leyenda, pero a partir de ese momento en el que Carlos Monzón, el mejor de la historia del boxeo argentino –hincha de Colón-, consiguió destronar a Nino Benvenuti y consagrarse campeón del mundo de los medianos, se decía que si Monzón peleaba, Colón ganaba. Y desde la proeza de Monzón en Roma hasta 1977, fecha del final de su inigualable carrera, la leyenda fue sumando hitos, aunque hubo algunas excepciones que bien pueden tomarse como aquellas que “confirman la regla”.
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Y el arranque de esa leyenda se dio con un partido muy especial que jugaron, precisamente, Colón con Almirante Brown. Fue el Reclasificatorio de1970 y debe tomarse como un partido de Primera División (fue el único entre los dos clubes), porque ese cuadrangular tenía como protagonistas a dos equipos del ascenso y a dos de Primera. Lo jugaron Colón y Quilmes (que estaban en la A), sumándose Almirante Brown y Ferro (que venían de buenas campañas en la B). Los dos primeros del cuadrangular jugarían al año siguiente en Primera, mientras que los dos últimos lo harían en la B. El resultado final fue el ascenso de Ferro y la permanencia de Colón en Primera, mientras que Quilmes descendió y Almirante Brown continuó jugando la categoría de ascenso, como en toda su permanencia en el círculo de Afa.
Colón arrancó el torneo perdiendo 3 a 0 con Ferro, luego empató con Quilmes 1 a 1 con gol de Néstor Borgogno de penal y en la última fecha necesitaba ganarle por goleada a Almirante Brown pero, además, que Ferro (que ya estaba ascendido) le gane a Quilmes (que con el empate se quedaba en Primera y condenaba a Colón). ¿Cómo fue todo?, Colón derrotó a Almirante Brown 5 a 2 con goles del recientemente fallecido José Luis Motura, dos de José Luis Córdoba, uno de Juan Carlos Lo Bello y el restante de Rubén Coletti, mientras que Roberto Tursi hizo los dos de Almirante Brown, ambos de penal. Y Ferro le ganó a Quilmes 4 a 0, con lo que Ferro y Colón ascendieron.
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¿Qué pasó aquel día?, hubo una especie de “vendetta” de Ferro, ya que Quilmes lo había condenado al descenso el año anterior. A Quilmes le alcanzaba con el empate para seguir en Primera, pero Ferro lo goleó y le dejó la chance abierta a Colón para que siga en la A, en una actitud de lealtad deportiva que fue elogiada por todo Colón en ese momento. Ese partido se jugó el 19 de diciembre de 1970 y no se transmitió por radio debido a que hubo una adhesión generalizada a un paro por la agresión que habían sufrido camarógrafos porteños y bonaerenses en un acto oficial. El presidente de Colón era Italo Giménez, que viajó acompañado de Nahum Kessler, Benseñor y el empresario Piccioni, que por aquel entonces aportaba fondos de manera permanente en Colón y se había convertido en alguien muy importante en el club. El técnico de Colón era José Morales, que al año siguiente volvió a dirigir las inferiores de Argentinos Juniors.
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¿Cómo entra Monzón en esta historia? Un mes y medio antes se había coronado campeón del mundo y esa misma noche de sábado en la que Colón mantuvo la categoría con Almirante Brown, estrenaba el título en una pelea en el Luna Park en la que no ponía en juego la corona que luego defendió en 14 oportunidades ante los mejores del mundo en una categoría con notables exponentes. Su rival fue el norteamericano Charles Austin, al que le ganó de manera categórica con Bruno Amaduzzi, el entrenador de Nino Benvenuti, en el ring side con el objetivo de arreglar con Tito Lectoure la pelea revancha por el título, que se llevó a cabo en mayo del año siguiente en Montecarlo y en la que Monzón consiguió otra victoria categórica ante el “campionísimo”. A partir de ese momento, la leyenda se fue afirmando: “cada vez que pelea Monzón, Colón gana”, se decía por entonces.
Jorge Alberto Drago; Ernesto José Jáuregui, Julio César Giombi, Juan Flores y Antonio Gaspar Mellit; José Luis Córdoba, Juan Carlos Lo Bello y Juan Ceballo; Luis E. Arteaga, Néstor José Borgogno y José Luis Motura fueron los once titulares de Colón. El arquero suplente fue otro histórico arquero surgido de las inferiores y que luego tuvo una dilatada trayectoria, inclusive ganándole el puesto en alguna oportunidad al Negro Baley: Raúl Oscar Costantino. Y en el segundo tiempo ingresaron Rubén Coletti y José Valledor. El arquero de Almirante Brown era Luis Kadijevich, quien luego siguió su carrera en San Lorenzo, en tiempos en que se destacaban el Mono Irusta y Jorge D’Alessandro en ese puesto.
Le metieron seis y debió huir. "Batman" Buttice fue quien atajó para Colón en aquel 6-2 de Almirante Brown sobre Colón en el Centenario, el 25 de mayo de 1983.
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Otros dos partidos “famosos” entre Colón y Almirante se dieron en 1983 y 1995. El del ’83 fue victoria de Almirante por 6 a 2 en cancha de Colón. Los hinchas, enardecidos, se agolparon sobre el sector de ingreso a la zona de vestuarios. Pedían la "cabeza" de Carlos Adolfo Buttice, el arquero de Colón en aquel año. Buttice había llegado con sobrados pergaminos a Colón, partiendo de la base que muchos años antes había sido el arquero del famoso equipo de los "Matadores" de San Lorenzo. Ya estaba en la parte final de su carrera y en ese partido recibió media docena de goles. La gente lo responsabilizó de la derrota y Buttice tuvo que cruzar la cancha, salir del estadio por una puerta que estaba ubicada en el sector este (allí había en ese entonces dos tribunas de madera) y pasó la noche en la casa de "Cototo" Balbuena, el ex jugador de Colón que vivía a metros del estadio. Era el séptimo partido de Buttice en Colón, pero parecía el último. Se quedó y atajó 12 partidos más. En el de 1995, lo echaron al Loco Gabriel González y se venía el clásico. En ese entonces, Alberto Candioti era dirigente y representante de Colón en AFA, muy cercano a Grondona. Logró que la sanción sea lo suficientemente mínima para que pueda jugar el clásico que se venía. El Loco lo jugó y fue gran figura, como ocurrió en los dos partidos con Unión en esa temporada de la vuelta sabalera a Primera.
Colón y Almirante no habían vuelto a enfrentarse hasta que lo hicieron el año pasado. Fue triunfo de Colón en el Centenario. Foto: Pablo Aguirre.
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Desde ese momento (1995), Colón y Almirante no habían vuelto a enfrentarse hasta que lo hicieron el año pasado. Fue triunfo de Colón en el Centenario y empate sin goles en Isidro Casanova.
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Para este partido, el Pata Pereyra recuperó a Conrado Ibarra, quien formó parte del listado de viajeros luego de algunos partidos afuera del equipo. Tanto ante Temperley como frente a San Martín de Tucumán, por Copa Argentina, fue uno de los jugadores destacados. También integraron la delegación, hablando de jugadores que surgieron en estos últimos tiempos de las inferiores sabaleras, Forneris, Yunis, Taborda, Agustín Giménez y Gallay.
Colón y Almirante no habían vuelto a enfrentarse hasta que lo hicieron el año pasado. Fue empate en Isidro Casanova. Foto: Juan Foglia.
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Este aspecto antes mencionado ya marca una diferencia sustancial con lo que pasaba el año pasado, cuando algunos de estos chicos (sumado Yossen) recién fueron tenidos en cuenta cuando las “papas quemaban” y la cantidad considerable de incorporaciones que se realizaron, no daban las soluciones esperadas. Se nota que el mentado proyecto con el que se inició la nueva temporada, está cumpliéndose: 1) menor cantidad de profesionales; 2) llegada de jugadores con pertenencia (Marcos Díaz, Ortiz, Facundo Sánchez, Gigliotti); 3) un mercado de pases más “inteligente” como dijo Iván Moreno y Fabianesi (incorporaciones más repartidas en cuanto a puestos, evitando acumulación de profesionales en determinados puestos, algo que se produjo el año pasado en la “desesperación” por sumar futbolistas para armar un nuevo plantel), 4) un cuerpo técnico que también proponga “pertenencia” con el Pata Pereyra y Castagno Suárez como principales exponentes.
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“La gente quiere ascender ya mismo y hay que entender que esto es largo. Ya el año pasado nos dejó una enseñanza”, comentó al pasar un dirigente sabalero a El Litoral. La impaciencia del hincha es normal y hay que convivir con ella. De todos modos, a la luz de los más de 29.000 socios y la cancha llena, nadie puede discutir que si de algo no se puede quejar nadie, es del apoyo de la gente. En las malas, no renuncia al apoyo.
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