Como ante Estudiantes y Boca, Unión hizo un primer tiempo de mediocre a malo, con una lectura inicial que fue equivocada de parte del entrenador. En el segundo tiempo, con cuatro cambios de arranque y modificación de esquema, el equipo cambió, pero no le alcanzó para empatarlo. Ya era tarde y Tigre lo ganó bien.
Unión no encuentra el gol. Foto: Juan Manuel Foglia
Más allá de los cambios. O en todo caso los “no cambios” (porque antes del partido se hablaba de una modificación del esquema y la aparición de jugadores con buen pie en el medio), lo de Unión fue nuevamente defectuoso en el primer tiempo, tal como le pasó con Estudiantes y con Boca.
No fue la debacle de La Plata, ni tampoco lo madrugaron como pasó en Santa Fe con el gol de Saracchi.
Pero otra vez hubo problemas defensivos, el rival lo superó y llegó al gol con un cabezazo impecable pero resuelto de manera solitaria por un grandote como Nehuén Paz, que capitalizó una jugada de pelota quieta (córner) que le dio la ventaja parcial a un Tigre superior a Unión en casi todo el desarrollo del primer tiempo.
El poco juego en el medio tuvo su consecuencia en la falta de profundidad. Sólo la movilidad de Gamba, que contrastó con lo muy poco que aportó Colazo, para intentar llegar con alguna jugada de peligro, algo que Unión no concretó durante todo el primer tiempo.
Mauricio Martínez fue el eje por el sector central y manejó la pelota, pero ni Mauro Pittón ni Del Blanco pudieron equilibrar el mejor juego de Tigre.
El grito de gol de Paz. Foto: Juan Manuel Foglia
Scipioni y Julián López se pararon como volantes centrales y Zalazar, Cabrera y Fértoli se movieron por delante, tratando de abastecer al jugador más peligroso que tuvo el partido en esa parte inicial: Ignacio Russo.
Unión fue superado por Tigre en esa parte inicial otra vez errática del equipo del Kily. Por eso, el gol de cabeza de Paz puso justicia en el resultado, con un gol que incluso pudo haber llegado mucho antes con un mano a mano de Russo, ante la salida de Cardozo, que terminó salvando casi sobre la línea Pardo.
El segundo tiempo, otra historia
Los cuatro cambios que el Kily hizo en el entretiempo (con modificación de esquema inclusive) dejaron en claro que al técnico no le gustó para nada lo que hizo el equipo en el primer tiempo.
Y también reveló que la lectura inicial del técnico no fue la acertada. Por eso, otra vez el Kily pateó el tablero y esta vez lo hizo de manera más evidente.
Kily se dio cuenta que la línea de 5 no va más. Foto: Juan Manuel Foglia
El esquema fue 4-4-2, Del Blanco pasó al fondo y en el medio se paró con Ham y Mauro Pittón como doble cinco (sin Mauricio Martínez), con Fragapane y Julián Palacios un poco más arriba para intentar llevar peligro al arco de Zenobio, algo que consiguió.
Dos veces Del Blanco tuvo situaciones claras. Pero al margen de eso, el partido cambió de dueño. Unión se lo llevó por delante a Tigre y modificó aquella apatía e indiferencia del primer tiempo. Equilibró en número de jugadores la mitad de la cancha, pero además tuvo otra actitud.
Un Unión sin respuestas. Foto: Juan Manuel Foglia
Con Ham y Mauro Pittón, se empezó a ganar la pelota y a superar el mejor manejo de los mediocampistas locales, al punto tal que Dabove no demoró en cambiar jugadores en el medio y así tratar de volver a ejercer la supremacía que había ejercido en el primer tiempo.
La última fichita del Kily, apenas pasados los 30 minutos del segundo tiempo, fue el ingreso de Verde por Mauro Pittón. Quedó parado con Ham de volante central, con Verde por el medio pero más adelantado y con Fragapane y Julián Palacios un poco más hacia los costados. Un mediocampo totalmente diferente al que arrancó el partido.
Corvalán, capitán y arquero
Roja a Cardozo, Corvalán al arco. Foto: Juan Manuel Foglia
En el final llegó un mano a mano que Cardozo evitó pero cometiendo mano afuera del área. Pafundi cobró y echó al arquero de Unión, que en los últimos minutos tuvo a Claudio Corvalán como “arquero” improvisado y un jugador menos en la cancha porque ya había agotado los cambios.
El Kily armó algo que no le dio resultado y otra vez regaló un tiempo. Se equivocó en el análisis inicial y tuvo que patear el tablero en el segundo tiempo, otra vez, para buscar un revulsivo que esta vez no le alcanzó para llegar al empate.
Corvalán tapó 3 pelotas. Foto: Juan Manuel Foglia
Es cierto que el equipo está en formación, que necesita que los nuevos se acoplen. Pero también es verdad que el técnico tiene la necesidad de encontrarle rápidamente la vuelta. En los equipos que eligió y armó para arrancar los partidos, se equivocó.
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