La que termina es una semana muy dura para la comunidad hospitalaria del Cullen, de la ciudad de Santa Fe. Esto es debido a que el lunes ocurrió un grave accidente producto de un derrumbe en un sector del antiguo edificio, en remodelación.
Cuatro obreros sufrieron heridas, uno grave, al caer una loza de una zona en refacción. Bomberos retiraron los escombros y hubo que redistribuir servicios en el edificio. “El paciente continúa en Terapia Intensiva, con asistencia respiratoria mecánica”, dijo el director, Bruno Moroni.
La que termina es una semana muy dura para la comunidad hospitalaria del Cullen, de la ciudad de Santa Fe. Esto es debido a que el lunes ocurrió un grave accidente producto de un derrumbe en un sector del antiguo edificio, en remodelación.
Se trata de la remodelación del ex Servicio de Alimentación, a donde desde hace varios meses se está construyendo una sala de internación para el área de Neurotoxicología. Lo primero que se hizo en el lugar tras el derrumbe fue el peritaje y el cuidadoso retiro de los escombros.
Luego de la evaluación de Defensa Civil provincial, este viernes “el único sector que se encuentra clausurado es el de la obra y su subsuelo correspondiente”, dijo el director del Cullen, Dr. Bruno Moroni, ante la consulta de El Litoral. Esto continuará así “hasta que se culminen las tareas de estabilización de ese sector del edificio”, indicó.
El resto de los servicios del hospital “están trabajando con normalidad”, dijo Moroni. “Tanto el área de Ecografía, el bar y la sección de Neumonología trabajan en sus lugares habituales y con normalidad”, resaltó.
“De manera provisoria, la cocina del hospital se ha trasladado al anexo de Guardia, donde también funciona con normalidad”, dijo luego el máximo responsable del hospital.
Eran alrededor de las 7.30 de la mañana del lunes pasado cuando ocho obreros que trabajaban en la remodelación de un área del Cullen sufrieron el desmoronamiento de una loza. El accidente provocó heridas a cuatro de ellos, uno de gravedad.
Los albañiles -de la empresa Fernández y Fernández SA- trabajaban en la remodelación del ex Servicio de Alimentación, a donde desde hace varios meses se está construyendo una sala de internación para el área de Neurotoxicología.
Gran parte del sector quedó reducida a escombros. Y debajo de los mismos dos obreros que sufrieron las consecuencias más graves. Uno de ellos, de 55 años, quedó desde entonces internado en la Terapia Intensiva.
“El paciente continúa en Terapia Intensiva, con asistencia respiratoria mecánica”, informó este viernes el director del Cullen, por lo que “se aguarda su evolución neurológica”.
La nueva sala de Neurotoxicología es un anhelo de hace varios años para el Cullen, un hospital que comenzó a prestar servicios en 1909 -tiene 115 años de vida-, es el más grande de la provincia, y es un referente en alta complejidad la región, con 47 servicios, 22 salas de internación, más de 1.500 empleados y más de 350 camas, de las cuales 60 son críticas.
Sin embargo la obra debió ser postergada por la emergencia sanitaria generada por el coronavirus. Mientras se construye la nueva, hoy la sala de Neurotoxicología funciona en el subsuelo del edificio.
“Los enfermos con estas patologías necesitan un contacto más directo con la naturaleza y no estar prácticamente en un sótano", había dicho hace un par de años atrás Ana María Feller, vicepresidente de la Sociedad de Beneficencia de Santa Fe, cuando se llevó a cabo una cena de solidaria para recaudar fondos y concretar esta obra.
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