Masiva muestra del poder de la devoción: miles de fieles peregrinaron hacia la Virgen de Guadalupe
La Basílica fue colmada por feligreses que se acercaron para dar gracias a la Santa Patrona de la ciudad capital. Para Mons. Fenoy, fue un día de gran alegría compartida. El legado de Francisco, presente.
La feligresía se acercó de forma masiva por la tarde para saludar a la Virgen de Guadalupe. Foto: Manuel Fabatía
Quizás, el reciente fallecimiento del Sumo Pontífice argentino arengó a que las multitudes se acerquen masivamente a una nueva edición -la N° 126- de la Peregrinación a la Basílica. Pero lo cierto es que hay un nervio poderoso, movilizador, que es la devoción y la fe.
Monseñor Sergio Fenoy ofició la misa principal de la festividad. Foto: Manuel Fabatía
Allí peregrinaban juntos los pobres de ropas humildes, a la par de aquellos que no lo son. Gentes de todas las edades, ancianos, jóvenes, familias con sus hijos.
El motor de la devoción vuelve a todos iguales, sin distinciones. Las postas del Cobem, de la GSI y de la Policía controlaban esa multitudinaria procesión, para que todo saliera bien.
Adentro, los sacerdotes escuchaban a los fieles. En atriles, en los confesionarios, en sillas. Era la palabra febril, acaso desconsolada de personas sufrientes, dicha en secreto; y la escucha y la palabra de aliento de los curas. El agua bendita en botellitas, otra vez, como medida preventiva contra el dengue.
El regreso de la Virgen a la Basílica luego de la peregrinación y misa, fue muy emotivo. Foto: Manuel Fabatía
Antes de la misa central, el Arzobispo de Santa Fe, Mons. Sergio Fenoy, dio sus impresiones de aquello que se vivía en la plaza, en las calles -con una interminable fila de feligreses-: "Siempre es un momento de alegría esta manifestación multitudinaria de fe", declaró.
"Poder participar es muy importante para mí, siempre con cosas nuevas en cada edición pero con el mismo cariño de la gente, que es lo que nos llena el corazón. Es un momento muy especial el actual, pero la fe de la gente es la que nos empuja a seguir adelante. A eso apostamos", declaró la máxima autoridad eclesiástica de Santa Fe.
"A agradecer"
"Vengo todos los años con la familia. A pedir sí, por salud, por que no falte el pan ni el trabajo, pero sobre todo a agradecer a la Virgen por la salud y por la familia", le confía Rubén a El Litoral, que está acompañado por uno de sus hijitos.
"Hace tres años que vengo. Y cada año quedo impactada por la cantidad de feligreses que asisten. Hay una devoción muy grande en la Virgen de Guadalupe", le dice a este diario Nidia, otra creyente. Ella fue solamente a agradecer por la salud de sus seres queridos.
"Ciervo apasionado"
Pedro De Martino, Jefe Scout Arquidiocesano, prepara a su grupo. Faltaba poco para la misa principal. "Para nosotros esto es muy importante; Nuestra Señora de Guadalupe es la patrona de la asociación. Entonces venimos a celebrar a nuestra madre", así llama a la Virgen.
Una multitud estuvo presente en una nueva fiesta de la Virgen de Guadalupe. Foto: Manuel Fabatía
En el grupo scout se ven muchos pibes muy jovencitos. "Esto se inculca también en las nuevas generaciones. Tenemos chicos que vienen desde los 5 hasta los 21 años. Hoy están los más grandes; los más chiquitos no vinieron porque participaron con la catequesis ayer (por el sábado) en la Peregrinación de Niños".
De Martino tiene en su camisa un pequeño símbolo que dice "Ciervo Apasionado". "Así me siento: este es mi tótem. Todos tenemos un tótem, es parte del 'gran juego' que es la vida, y que Dios nos tiene asignada", cuenta.
El mensaje
Durante la misa central, Mons. Sergio Fenoy dejó declaraciones muy intensas desde la fe. "Aquí hay lugar para todos. Esta peregrinación, como la de todos los años, cuando este santuario se abre, es una imagen viva de esa realidad: todos pueden entrar, todos tienen lugar", enfatizó.
El clero santafesino también participó de la festividad. Foto: Manuel Fabatía
Luego completó su idea: "Nadie tiene derecho entonces a marginar, a mirar mal, a proscribir, a rechazar, a cerrar una puerta al otro, en ningún lugar donde nos encontremos. El buen peregrino de Dios sabe que siempre hay lugar para él y para todos los demás".
"Con todo el cariño que le tenemos al Papa Francisco, lo recordamos hoy. Y ahora esperamos al sucesor de Pedro, a quien recibiremos con el corazón abierto y con mucha fe y cariño". ¿Pero, cómo debiera ser ese sucesor de Francisco?, se preguntó, ante la escucha atenta de la feligresía presente.
"No esperemos del próximo Papa un hombre de grandes discursos, de una inteligencia fantástica, aunque seguramente Dios se las va a arreglar para que así sea. Pero tenemos que pedir a alguien que con su testimonio nos arrastre detrás de Jesús y nos anime a hacer cosas buenas", cerró Fenoy.
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