"El sueño" de Franz Marc: un encuentro con lo trascendente
La obra pictórica, que junta una visión onírica con la realidad, analiza el vínculo simbólico entre la especie humana y los animales en un mundo abstracto.
Fragmento de “El sueño”, obra de Marc. Foto: Museo Nacional Thyssen-Bornemisza
“Nosotros ya no volveremos a pintar el bosque o el caballo como nos gustan o nos parecen, sino como realmente son, como el bosque o el caballo sienten, su esencia absoluta que vive detrás de las apariencias que vemos. Yo intento sentir de modo panteísta el temblor y el bullir de la sangre en la naturaleza, en los árboles, en los animales, en el aire”.
Franz Marc, a quien pertenecen las palabras que abren este artículo, fue un pintor y grabador alemán, referente del expresionismo. Un movimiento artístico que acentúa la subjetividad, la emoción y la distorsión de la realidad para transmitir sentimientos.
Museo Palacio de Arte de Düsseldorf
Nacido el 8 de febrero de 1880, hace justo 145 años, fue cofundador del grupo Der Blaue Reiter (El jinete azul). Desde allí, encaró sobre todo la relación entre naturaleza y espiritualidad a través del arte.
Se formó en la Academia de Bellas Artes de Múnich, pero se alejó de las tradiciones para analizar otras formas de expresión. Eran tiempos de cambios: la influencia del fauvismo y el cubismo lo hizo experimentar con la simplificación de las formas y el color como medio de transmisión de emociones.
Museo Solomon R. Guggenheim
Priorizar el mundo animal
Hay un detalle llamativo: en sus obras, los animales ocupan un lugar central, ya que los consideraba símbolos de pureza y armonía, en contraste con la corrupción del mundo humano.
Tal como sostiene Miguel Calvo Santos, “su colorido abrió las puertas de un nuevo arte que influiría en todo lo posterior, pero le interesó sobre todo por el mundo animal (sobre todo caballos y cuervos). El humano en cambio le parecía un ser despreciable que no era digno de retratarse”.
Museo Solomon R. Guggenheim
La Primera Guerra Mundial se lo llevó a los 36 años, en la cruenta batalla de Verdún, en 1916. Pero sus pinturas siguen siendo objeto de estudio de artistas contemporáneos.
Introspección y simbolismo
“El sueño” es una de las piezas más representativas de la obra de Franz Marc, donde deja su visión de un mundo onírico donde no se sabe bien donde termina la realidad y empieza la fantasía. La obra muestra la búsqueda de Marc por representar lo trascendental con dos herramientas: color y composición.
Hay una mujer en primer plano (desnuda y dormida) rodeada de seres provenientes del mundo animal que parecieran emerger de su sueño. Los colores que prevalecen son el azul, el amarillo y el rojo.
Museo Nacional Thyssen-Bornemisza
Dido Carrero señala que en esta obra, el artista “muestra su amplio conocimiento de las vanguardias futurista y cubista al elaborar esta equilibrada composición en cuyo centro se sitúa una figura femenina, desnuda y dormida, rodeada de caballos y un león. La obra transmite una intensa sensación de armonía entre el mundo animal y el humano”.
Precisamente, un elemento recurrente en la obra de Marc es la presencia de animales, que en “El sueño” adquieren un papel simbólico. Representados de modo abstracto, parecen flotar en el paisaje, sugiriendo una conexión mística con la naturaleza.
Según datos que constan en la página web del Museo Thyssen Bornemisza, que conserva la obra, “mediante un estilo ligado al mundo real, pero liberado de las ataduras de la representación verosímil de la naturaleza, Franz Marc logra reflejar con maestría ‘el ritmo orgánico de todas las cosas’ y pone de manifiesto su conocimiento de las teorías futuristas italianas y del cubismo francés”.
Actualidad
La influencia de “El sueño” es innegable dentro del arte moderno y contemporáneo. Su manera de utilizar el color y su visión idealista de la naturaleza inspiraron a artistas a lo largo del siglo XX y XXI.
Museo Solomon R. Guggenheim
Artistas como Gabriele Münter, Jackson Pollock, Marc Chagall, Georg Baselitz y Anselm Kiefer son, en cierto modo, continuadores de algunos de sus postulados.
Marc deseaba transmitir una sensación de paz y vínculo con lo esencial a través de su arte. En un mundo fragmentado y caótico, su obra es como un bálsamo: la belleza y la espiritualidad prevalecen sobre el materialismo.
Museo Solomon R. Guggenheim
“Este es un momento de gran lucha entre un arte nuevo que lucha contra uno viejo. La batalla parece desigual, pero no se resuelve por la fuerza sino por el poder de las ideas”, afirmó una vez Marc. Esas ideas están presentes en “El sueño”.
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