Es imposible referirse a las artes plásticas santafesinas del siglo pasado sin aludir al nombre de Francisco Puccinelli, quien dejó a la posteridad acuarelas que representan paisajes de la región y de otros puntos geográficos.
En las obras de Puccinelli la luz revela atmósferas, transforma espacios y mantiene vivo el vínculo con los paisajes santafesinos que le sirvieron de inspiración.
Es imposible referirse a las artes plásticas santafesinas del siglo pasado sin aludir al nombre de Francisco Puccinelli, quien dejó a la posteridad acuarelas que representan paisajes de la región y de otros puntos geográficos.
Como señaló Jorge Taverna Irigoyen, "caja de colores y pinceles bajo el brazo, ha recorrido el país, América y algunas tierras europeas (Francia ante todo), impulsado por una óptica tan diáfana como purista".
En todos esos lugares registró los paisajes, pero volvió urgido a su terruño. San José del Rincón, con sus bellezas asociadas al río, fue el lugar donde mejor se alió con sus musas. Allí armó su taller en la esquina de San Martín e Independencia.
Integró una generación dorada de creadores santafesinos, con Enrique Estrada Bello, César Fernández Navarro, José Domenichini, Raúl Schurjin, Ricardo Supisiche, César López Claro, Matías Molinas y José Planas Casas.
El 3 de abril de 1972, hace justo 53 años, se habilitó en el Museo Municipal de Artes Visuales una exposición de 22 acuarelas de Puccineli.
La muestra fue resultado de dos años de labor del acuarelista y llevó como títulos genéricos "El canal de Santa Fe" y "Flores de Rincón", lo cual da cuenta de sus fuentes de inspiración.
El 8 de abril, El Litoral publicó una reseña de Jorge Taverna Irigoyen referida a la exhibición. El crítico señala que "este plástico ha sido y continúa siendo, ante todo, un transcriptor sensible del espacio y de sus formas".
"La obra de Francisco Puccinelli merece ser admirada no solo con simpatía, con goce visual, sino que también exige un cálido reconocimiento, porque toda ella es un vívido testimonio de amor por nuestros rincones y nuestros paisajes", añade.
"En las acuarelas de paisaje abierto, torna a demostrar su gran ductilidad de pincelada, su precisión en los registros y la admirable capacidad para ‘dar’ luz a través de la atmósfera", indica luego.
"En general, aun cuando usa algunas gamas agrisadas, se advierte esa luminosidad que recorta los planos, que subraya unas formas sobre otras, que jerarquiza, en fin, el movimiento de las partes de su encuadre", agrega.
"Los doce trabajos que exhibe bajo el tema del canal observan todos esa misma densidad que, para algún contemplador, le harán imaginar, finalmente, estar frente a una sola ventana de plurales posibilidades", señala después.
"Por lo que respecta a las flores de Rincón, reflejan una pureza similar. Son frescas, íntimas, a veces primitivas. Pero revelan una gran madurez", finaliza.
Las acuarelas de Puccinelli son aberturas orientadas a la luz y el alma de su tierra. Su legado, como el cauce del río y el perfume de las flores de Rincón, sigue fluyendo en la memoria, iluminando con su arte los paisajes que amó.
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