La República Argentina, con una capacidad instalada de 2,5 millones de toneladas, es el segundo productor de biocombustible mundial y uno de los principales exportadores. La mayoría de las aceiteras que alimentan la producción de biocombustible se localizan en nuestra provincia.
Según datos de la Bolsa de Comercio de Rosario, en el 2011 se comercializaron en Santa Fe 6.690.246 toneladas de aceite vegetal (entre aceite de soja, lino, algodón, cártamo y canola), dato que sugiere una alta tasa de generación de AVUs en nuestra provincia.
Según datos suministrados por la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina y la Asociación Argentina de Grasas y Aceites, el consumo de aceites vegetales en la República Argentina se estima en un promedio de 18 litros por persona por año. Teniendo en cuenta la población total de la provincia de Santa Fe según el último censo, podría estimarse que el consumo total de aceites vegetales en la provincia rondaría los 55 millones de litros de aceites.
Según información de ambas asociaciones, aproximadamente un 30 por ciento del total consumido, es decir 15.000 toneladas, se comercializa a industrias, grandes restaurantes y cadenas de comidas rápidas, establecimientos en los que resultaría muy sencillo recuperar los aceites vegetales usados.
Sin embargo, en la provincia de Santa Fe existe un mercado informal de recolección, transporte, almacenamiento y tratamiento de AVUs con destino final a la producción de biocombustibles, aunque también se desconoce el destino último de los mismos, es decir si realmente se utilizan en la producción de biocombustibles, o si vuelven a reutilizarse como insumo en productos alimenticios reincorporándose al circuito de comercialización de productos para consumo humano (cabe aclarar que el Código Alimentario Argentino considera no aptos a los AVUs para su utilización para el consumo humano bajo determinados parámetros, pues pueden resultar perjudiciales para la salud).