Cuini Amelio Ortiz (desde Berlín)
El Festival de Cine de Berlín se desarrolla hasta el próximo 23 de febrero. Aquí una reseña de dos filmes en competencias: la ucraniana “Timestamp”, documental de Kateryna Gornostai, y la comedia “La Cache” (El escondite) firmado por el realizador suizo Lionel Baier.
Cuini Amelio Ortiz (desde Berlín)
Estamos en el último tramo de esta 75° edición del Festival de Cine de Berlín. Hoy hay huelga de transporte, cosa que últimamente sucede a menudo en la ciudad. Los berlineses nos hemos acostumbrados a que esta ciudad que funcionaba no hace mucho a la perfección se haya convertido en la mas caótica de Alemania. En cambio, los huéspedes extranjeros de la Berlinale alucinan. Por enésima vez estuve sumida en el estrés que implica el desesperado intento de llegar a destino. No encontré taxis y el Uber que encargué desapareció por el camino. Otro a disposición no había. Ya con un incipiente ataque de bronca corrí los dos kilómetros que me separaban del tren (que no entró en la huelga) y que sería una posibilidad certera de llegar a tiempo... si no fuera por los dos millones de berlineses asaltando el tren como si de ello dependiera su existencia. No se cómo conseguí escabullirme al interior del último vagón, sólo se que el precio fue perder uno de mis guantes preferidos por el camino. El ataque de bronca se acentuaba peligrosamente. Llegué al Berlinale Palast justo en tiempo para tomar un café antes de que inicie la función, la maquina de café no funcionaba, yo me acordé de toda la familia del dueño de la fábrica de las famosas máquinas de café con palabras poco nobles, entré al cine y me derrumbé en mi butaca. A medida que se oscurecía la sala se me fue calmando el ataque de bronca, que afortunadamente no tuvo consecuencias graves.
Hoy se vio en competición un documental de nombre “Timestamp” (Marca de Tiempo), realizado por la directora ucraniana Kateryna Gornostai. Es un trabajo que desiste de comentarios, entrevistas o dramatizaciones. Muestra la vida a diario de diferentes escuelas en varios sitios de Ucrania, tanto cerca del frente, como lejos del conflicto. La presencia de la guerra es omnipresente, -se escuchen o no disparos- y muestra cómo funcionan las escuelas del país en tiempo bélico. Estudiantes y docentes intentan una mínima “normalidad” para seguir aprendiendo, el avenir llegará de todas maneras. Hay que estar formados para ello. La fotografía es consecuente, con una cámara que observa sin intromisión. Esa es su mayor virtud. Nos hace ser partes de una realidad que solo percibimos de lejos, en noticias. Es indispensable pensar en los niños y adolescentes en una tal situación, que son los mas vulnerables y los mas inocentes. De ellos dependerá el futuro.
Mucho charme nos trae la comedia “La Cache” (El escondite) firmado por el realizador suizo Lionel Baier y está basado en el libro de Christophe Boltanski, que habla de su propia familia. La historia está ambientada en el mayo del 68 parisino. Un niño de 9 años (Ethan Chimienti) pasa un par de días en la casa de sus abuelos, mientras sus padres participan de la revuelta estudiantil. los personajes dentro de la casa muestran un universo excéntrico de personalidades, los dos tíos: uno artista plástico y el otro un filósofo intelectual, la bisabuela, interpretada por la maravillosa Liliane Rovère, que viene de Odessa y le habla en idish al pequeño, la abuela que exige al pequeño llamarla “tía” en vez de “abuela” en público y el abuelo, un médico de origen judío convertido al catolicismo. Con detalles encantadores Lionel Baier nos hace reflexionar sobre los elementos que da el cine para contar historias, el juego entre realidad y ficción, la revuelta del 68, los slogans de la época. Cuando entra a la casa un ilustre huésped a pedir refugio, todo se precipita y el escondite del pasado, usado por el abuelo para escapar al destino que le tenían preparado los nazis, pasa a tener vigencia nuevamente.
Ya comenzaron las despedidas con algunos de los colegas que regresan a sus países. El tiempo de una charla sobre lo que gustó o no. La máquina de café funciona de nuevo. Entre sorbo y sorbo pienso en volver a casa. Será una renovada odisea berlinesa.
Dejanos tu comentario
Los comentarios realizados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Evitar comentarios ofensivos o que no respondan al tema abordado en la información.