El 11 de marzo de 1832 falleció en Paraná este sacerdote franciscano, fundador de la capilla y de la primera escuela en San José de Rincón. A la par de su faz educadora y piadosa, fue pionero del periodismo defendiendo sus ideas políticas y su fe católica.
Francisco de Paula Castañeda, fraile de la Orden de San Francisco de Asís, tuvo su paso por nuestra provincia entre los años 1823-26, cuyo legado fue la creación de la primera escuela y refacción de su primitiva capilla en San José del Rincón.
Imagen: Archivo El Litoral
Nacido el 3 de enero de 1776 en Buenos Aires, hijo de don Ventura y doña María Andrea Romero, criado en una familia católica, su padre fue Hermano Mayor de la Archicofradía del Santísimo Sacramento de la Catedral y la madre tuvo un hermano sacerdote, el presbítero Antonio Romero, eligiendo el nombre que trazó un destino sobre su hijo: Francisco de Paula, religioso romano, que a los trece años, abrazó el hábito franciscano creando la Orden de los Ermitaños.
Castañeda cursó estudios de Latinidad en el colegio San Carlos y en 1793, ingresó a la Orden Franciscana, ordenándose sacerdote, siete años después en el convento de la Recoleta.
Su oratoria sagrada sobresalió en los sermones dedicados a la Reconquista y Defensa de la ciudad frente a los ingleses en 1806-07, y desde el púlpito de la Catedral en 1815, en el panegírico del 25 de mayo. La educación fue otra de sus preocupaciones y el 10 de agosto de 1815 inauguró la primera escuela de Dibujo en la capital.
Reforma y exilio en Santa Fe
A mediados de 1822, Bernardino Rivadavia, referente y secretario del gobierno del general Martín Rodríguez, dictó una Reforma Eclesiástica, colocando a la Iglesia Católica bajo la órbita del poder civil, desalojando, entre otros, a la Provincia Franciscana del Río de la Plata, de su convento recoleto.
El Padre combatió al gobierno desde sus periódicos ganándose como buen cristiano la cruz del destierro, asilándose en Kaquelhuincul, Fortín Areco, Catamarca, Montevideo y Pilar, donde levantó la capilla convertida luego en la actual parroquia.
A mediados del año 1823, Castañeda llegó a la ciudad y el gobernador Estanislao López, anoticiado de su llegada, le envió un afectuoso mensaje que reproduce el Padre Furlong en su biografía sobre el franciscano:
"…déjese, amigo, de excelencias, y sepa que los ratos que me dejen sosegado los negocios públicos, hemos de tratar, mano a mano, a la sombra de aquel ombú, donde hemos leído todos sus números, deseando alguna vez tener por acá al autor, como ahora, gracias a Dios, lo tengo, y para que se convenza de la sinceridad de mi afecto".
El Padre agradeció elogiando al gobierno del Brigadier"decidido por la causa del orden y de la felicidad común de la provincia" iniciando su apostolado en la localidad del Rincón, a catorce kilómetros de la capital.
De inmediato, dispuso la construcción de una capilla y escuela, obteniendo el respaldo del Estado santafesino, que destinó 400 pesos del Diezmo para chacras. Dicha obra lo tuvo como primer trabajador.
"…yo le he conocido y con mis hermanas –señala una testigo a quien entrevistó José Pacífico Otero- eran nuestros hombros los que traían desde el Colastiné las piedras y los ladrillos que el Padre Castañeda utilizaba para cimiento y paredes de su capilla. Su vida era la de un penitente. Andaba descalzo, a veces calzaba unos zuecos y con frecuencia viajaba hacia el Chaco y entablaba amistad con los indios".
La apertura de la capilla y escuela se llevó a cabo el 21 de diciembre de 1823. La Misa la celebraba a primera hora del día. Además, nuestro fraile redactó el reglamento y tuvo a su cargo las clases de Dibujo, Geografía, Gramática, Lectura y Música, añadiendo luego, oficios de carpintería, herrería y relojería.
En Paraná
Fray Francisco cruzó el río y continuó su prédica en la capital entrerriana, replicando el modelo rinconero, de fundar escuela y oratorio, en este caso, en un galpón donado por el vecino Salvador de Ezpeleta. La Misa diaria era dicha al alba y las clases departían tres horas a la mañana y tres por la tarde.
Desde fines de 1829 y hasta mayo del año siguiente, lo hallamos en Rosario de Tala, celebrando bautismos, matrimonios y presidiendo Semana Santa, según el archivo parroquial.
Por ese tiempo, imprimió tres periódicos en Santa Fe: Vete portugués, que aquí no es; Ven acá portugués, que aquí es y Buenos Aires cautiva y la Nación Argentina decapitada a nombre y por orden del nuevo Catilina Juan Lavalle
Su fallecimiento
El invierno de 1831 fue lluvioso impidiendo el pastoreo de su grey por las barrosas calles paranaenses y estando medio ciego, era guiado por un indiecito llamado Felipe.
Durante el verano, al cumplir 56 años, recobró vitalidad, aunque su salud fue mellando, impidiéndole preparar la novena a San José, cuyo patronazgo lo había acompañado desde Rincón.
Al amanecer del 11 de marzo de 1832, desde su lecho, Castañeda pidió un sacerdote, llegando el párroco de la Catedral, Francisco Álvarez junto a un monaguillo, quienes lo vistieron con el hábito marrón de la Orden y le acercaron el crucifijo, los cirios y el agua bendita.
"¡Con cuanta humillación, ternura, y respeto recibió al Cordero de Dios, que borra los pecados del mundo! Y cobrando un aliento extraordinario protestó su adhesión firme a la Santa Iglesia Romana y con especialidad al dogma de la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía…Detestó las falsas doctrinas tan opuestas al bien de los pueblos y terminó sus alientos confesando el amor a la religión y a la patria, que habían sido siempre el objeto de sus tareas".
El acta de defunción desmintió conjeturas, siendo la más difundida que había sido mordido por un perro cimarrón produciéndole una llaga mortal.
"En doce del mismo mes y año di sepultura con oficio, entierro mayor y misa cantada al Padre Fray Francisco Castañeda, natural de la Ciudad de Buenos Aires, Religioso del orden seráfico de N. P. S. Francisco. Murió de muerte natural y recibió los santos sacramentos, lo que certifico. Por mandato del Sr. Vicario Montaño".
La noticia llegó a Buenos Aires un mes después y fue retratada en La Gaceta Mercantil.
"... ¡Oh pérdida! No existe el Reverendo Padre Fray Francisco Castañeda. Tiempo hacía que separado de nosotros consagraba los últimos años de su vida al bienestar de los huérfanos, al amparo de las viudas, y al consuelo de los desvalidos...Los sacerdotes elevaron sus manos a cielo, y ofrecieron, en favor de su alma, el incruento sacrifico del altar…Sus amigos estuvieron presentes a tan lúgubre ceremonia…las señoras fuertemente conmovidas hacían percibir las tristes sensaciones de que estaban penetradas y el sonido de las campanas trasmitían a lo lejos los mismos sentimientos".
El 28 de julio, sus restos fueron trasladados a la ciudad natal, por pedido del gobernador Juan Manuel de Rosas, desembarcando y recibidos en el puerto por el general Lucio Mansilla junto al ministro Felipe Arana, el coronel Mariano Rolón, el comandante portuario, oficiales y soldados de la Marina, un hermano y tío suyo, religiosos de la Orden, iniciándose el traslado del féretro hacia la iglesia San Francisco, secundados por gran cantidad de pueblo.
Finalmente allí, el 22 de diciembre, se oficiaron exequias con la asistencia del general Juan Ramón Balcarce, flamante gobernador de Buenos Aires.
Francisco de Paula Castañeda, fraile de la Orden de San Francisco de Asís, tuvo su paso por nuestra provincia entre los años 1823-26, cuyo legado fue la creación de la primera escuela y refacción de su primitiva capilla en San José del Rincón.
Dejanos tu comentario
Los comentarios realizados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Evitar comentarios ofensivos o que no respondan al tema abordado en la información.
Dejanos tu comentario
Los comentarios realizados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Evitar comentarios ofensivos o que no respondan al tema abordado en la información.