Nosotros, los ribereños (las orillas de los ríos son riberas, los mares tienen costas), vivimos orgullosos de nuestro paisaje, pero, últimamente, parece que, acorde a la realidad que nos toca vivir, rogamos que no nos toque alguno de los caprichos de la naturaleza. Y, como un tema cercano al agua y a los humedales, vamos a recordar una visión que compartimos y aporta a las tesis de los orígenes del género humano.
Hay teorías que dicen que el origen del hombre se remonta a los peces. ¿Qué loco, no? No tan loco. El 70% del cuerpo humano es agua. Agua y peces están cerca ¿O no? Pero escuchen que dicen algunos científicos. El embrión humano en fase temprana es muy similar al embrión de cualquier otro mamífero, de aves y de anfibios, todos los cuales han evolucionado a partir de peces. No somos tan diferentes a los peces, ambos tenemos ojos, espina dorsal, compartimos con ellos muchas características, algunas son obvias desde fuera: una boca con mandíbulas y dientes, la visión funciona de una forma parecida, y a nivel interno poseemos órganos que tienen la misma función y ubicados en el mismo sitio: riñones, estómago, corazón.
Claro, usted me va a decir que es imposible que los peces puedan estar en la tierra. Hay varias teorías, pero yo le voy a contar algo que puede ayudarnos. Los peces viven en el agua, igual que los camarones, langostinos, gambas, centollas y otros crustáceos que habitan los mares del mundo. Es decir que los crustáceos están en las mismas condiciones que los peces, y no se ven en la tierra, excepto en algún plato de un restaurante, como los peces. Conclusión: parece absurdo pensar que una especie acuática viva en la tierra.
Sin embargo, si usted tiene una casa y un pedazo de tierra, seguro tiene un crustáceo en el patio. Sí, un crustáceo, como los langostinos, camarones, etc., y que, como ellos, tiene una caparazón articulada y respiración branquial. En el vientre tiene unas laminillas que son las branquias, y la hembra, una bolsa marsupial (como el canguro), donde incuba sus huevos y lleva sus crías, más de dos meses, hasta que comienzan a salir por camadas. Tiene otras características que lo hace especial y, además, como es lógico, sabe nadar. El crustáceo que usted tiene en su casa y que, seguramente, a partir de hoy va a empezar a considerar, es el bicho bolita.
Como dijimos: tiene respiración branquial, como los peces, por lo tanto necesita zonas húmedas para poder vivir. ¿Cómo hizo el bicho bolita que, como todos los crustáceos, habitaba los mares del mundo para llegar a su jardín? Lo mismo que hizo el pez para transformarse en usted y que, junto al bicho bolita, pueda estar en su casa. Trate de comprender y dilucidarlo. Anaximandro de Mileto, unos seiscientos años antes de Cristo, anticipó la moderna teoría de la evolución al afirmar que los primeros animales surgieron del agua, o del limo calentado por el sol, y del agua pasaron a la tierra. Los hombres, sostenía Anaximandro, descienden de los peces. Esto de la teoría de la evolución… no es fácil.
Nuestra intención, además de compartir conocimientos, es intentar entender e interesarlos en los procesos naturales, educar a los niños, además de lograr comprensión y la participación que vaya generando conciencia, así como los aportes que modifiquen las actitudes negativas del hombre hacia la naturaleza. Y que, a partir de hoy, el bicho bolita y los peces le resulten, a usted y a sus hijos, tan simpáticos como los monitos.
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