El narco gobierno dictatorial venezolano comenzó su tercer período a cargo del exchofer de colectivos, Nicolás Maduro, consumando así el megafraude electoral que ha dejado al Ejecutivo caribeño en la más absoluta soledad ya que muy pocos gobiernos en el mundo se atreven siquiera a susurrar la palabra democracia cuando hablan de Venezuela.
Nicolás Maduro, presidente de Venezuela. Crédito: Reuters
Antes, un dato importante y vinculado a Venezuela. El presidente Joseph “Joe” Biden notificará en las próximas horas la decisión de retirar a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo en virtud del compromiso asumido por su homólogo cubano, Miguel Díaz-Canel ante el Papa Francisco de “comenzar a liberar” a 553 presos políticos según la legislación de la isla lo permita. La inclusión había sido dispuesta por Donald Trump y es posible que vuelva a incluir a Cuba en la lista debido a que la liberación será un largo proceso y que no hay garantías de cumplimiento. Además la lista de presos políticos es mucho mayor y la exportación de militantes cubanos a países “amigos” es permanente aún para la preparación militar. Es más, en el caso de Venezuela no solo los venidos desde la isla han trasladado la logística revolucionaria sino que, en los últimos días, los agentes cubanos de seguridad cambiaron la custodia local que Maduro tenía en Miraflores.
En este punto se empalman los acontecimientos de los últimos días que concluyeron con la jura apresurada del dictador en Caracas. Es que hay que recordar que tanto María Corina Machado, Edmundo González Urrutia y cientos de voceros venezolanos hablaron -creo que con total inocencia- de la “señal” que iba a llegar para saber que el final de la dictadura había concluido y que se daba paso a un período constitucional correcto, con la asunción de las autoridades elegidas por una amplia mayoría.
Nicolás Maduro le da la mano al presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, mientras el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, observa. Crédito: Reuters
Se esperó la “señal” durante mucho tiempo, tanto que no llegó. Ahora Corina Machado habla de que “en cualquier momento” puede pasar algo que será la señal esperada. Y los voceros de la oposición agregaron que la falsía en la que se basa el gobierno de Nicolás Maduro permite que “en cualquier momento sea detenido”. Por eso el cambio de guardia personal del usurpador de Miraflores porque teme que lo suban a un helicóptero y no lo lleven a su destino sino al helipuerto de alguna cárcel para esperar su juzgamiento y detención.
Bien, nada de eso ocurrió ni parece que en lo inmediato pueda suceder a pesar de las altas expectativas de la oposición. Es que también hubo un fallo en la movilización previa al día de la asunción. Y es que María Corina Machado tuvo varias intentos de salida hasta que finalmente lo pudo hacer pero varias horas después de lo esperado. Si bien logró el contacto con miles de venezolanos que la esperaban con ansias no fue la multitudinaria concentración que se había planeado.
María Corina Machado, líder opositora. Crédito: Reuters
Peor. Luego la salida fue en una moto que las autoridades (¿?) lograron detener y la dirigente fue retenida por algunas horas. El secuestro mantuvo en vilo al pueblo venezolano como a la dirigencia internacional que inmediatamente pidió por su liberación, pero en la lista no está el Papa Francisco porque, al parecer, no le informaron a tiempo. Luego de la detención la referente opositora pudo recuperar la libertad y le advirtió a González Urrutia que “había máximo peligro” y que “aún no era tiempo”.
Al día siguiente, el viernes 10, se montó el mayor espectáculo posible por parte del chavismo para “celebrar” otro mandato a cargo del usurpador Nicolás Maduro. Eso sí, fue a las apuradas como para que no se intente nada raro y no fueron a aparecer algún piloto de helicóptero o algún militar rebelde por la zona. Maduro juró ante la Asamblea Nacional, el órgano legislativo del régimen y extendió por seis años su mandato al frente del Poder Ejecutivo. “Juro” que “este nuevo período presidencial será el período de la paz”, dijo frente al presidente de la Asamblea, el dirigente chavista Jorge Rodríguez. “Queda usted investido en el cargo de presidente constitucional”, respondió el jefe legislativo y hermano de Delcy.
La pantomima se completó bajo la mirada de los presidentes que decidieron ser cómplices de la ceremonia. Daniel Ortega, dictador de Nicaragua; Miguel Díaz-Canel sucesor de los Castro en Cuba; el primer ministro de Antigua y Barbuda, Gaston Browne, el primer ministro de la República Árabe Shuaraui Democrática, Brahim Gali y el presidente de Argelia, Abdelmadjid Tebboune. Menos convocatoria que Yupanqui en un partido de la C en un domingo día de la Madre. Pero festejó -y mucho- uno de los hombres más ricos del planeta: Diosdado Cabello que, si se publicara el Forbes de la cocaína, estaría a la cabeza dado el monumental tráfico ilegal que realizan los generales bolivarianos en acuerdo con guerrillas colombianas, el llamado Cartel de los Soles. Un chiche.
Pero si faltaba algo para que todo sea tan estrafalario fue el documento de apoyo de las Madres de Plaza de Mayo que -con seguridad- alguna deuda se les ha quedado y en el que celebran el triunfo del “pueblo” de Venezuela; a los que se sumaron algunos exmontoneros y extupamaros trasnochados. Pero Maduro respondió fiel a su estilo torpe. Recordó que es un “soldado de Perón” y exhibió un reloj que le regaló Diego Maradona durante el Festival Internacional Antifascista. El usurpador de Miraflores respondió a algunos cánticos que identificaban a “soldados de Perón” al entonar “Atención, atención, Maduro también es soldado de Perón”. Habrá que enseñarle historia para que sepa que Montoneros fueron expulsados por el propio Perón de Plaza de Mayo al tratarlos de “infiltrados” y de “imberbes”. Pero nadie lo corrige y el sigue feliz. Veremos cuánto le dura.
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