Jorge Pavia
La reconocida científica recibirá este martes un nuevo reconocimiento por sus aportes a la ciencia. En diálogo con El Litoral, habló sobre sus inicios, sus actuales investigaciones y lo que significa este logro, que la impulsa a seguir adelante.
Jorge Pavia
La científica venadense María Alejandra Molina, destacada a nivel nacional e internacional por sus invaluables aportes en el plano de la nanociencia, recibirá este martes un nuevo premio, en este caso de la Fundación Bunge y Born.
Molina es sumamente destacada en su campo, demostrado en sus múltiples premiaciones, como el reconocimiento a mujeres en ciencia, otorgado por el MinCyT-Córdoba; el Premio "International Rising Talents" For women in science, Fundación L'Oréal-UNESCO; la Beca L'Oréal-CONICET-UNESCO "Por las mujeres en la ciencia" y premio INNOVAR, en las ediciones 2010 y 2011.
"Recibir un premio o una distinción es un incentivo para seguir poniendo las energías en este lugar, haciéndole frente a las dificultades que se presentan", contó a El Litoral la oriunda de Venado Tuerto, María Alejandra Molina, quien es doctora en Ciancias Químicas, investigadora independiente del Conicet y ayudante de primera con dedicación semi-exclusiva en el Instituto de Investigaciones en Tecnologías Energéticas y Materiales Avanzados (IITEMA), de la Universidad Nacional de Río Cuarto (UNRC).
Además, subrayó que "este premio tiene la particularidad de que no se postula uno mismo, sino que son los colegas los que eligen, y que sean ellos quienes creen que una es merecedora de esa distinción es un estímulo aún mayor".
La Fundación Bunge y Born cada año, desde 1964 y de manera ininterrumpida, selecciona un área de la ciencia a la que quiere premiar y convoca a un Comité Seleccionador de 18 científicos expertos en el tema. Ellos eligen una terna de destacados en el área, la cual es puesta a consideración de un Comité Evaluador, que es de donde sale el ganador. Este año, el reconocimiento será para el doctor Galo Soler Illia (Premio Fundación Bunge y Born) y María Alejandra Molina (Premio Estímulo). La entrega de premios será este 20 de septiembre, en el Centro Cultural de la Ciencia (C3).
"No tengo una historia romántica respecto a cómo decidí ser científica", admitió Molina, añadiendo que siempre le gustaron las ciencias exactas, "me resultan muy fáciles, es algo natural en mí. Lo que sí supe desde siempre es que no me interesaba tener una profesión de escritorio y el trabajo en el laboratorio me parece muy divertido; es como estar jugando todos los días y descubriendo cosas nuevas, aunque en realidad, en este momento de mi carrera, ya casi no entro en el laboratorio y me la paso detrás de una computadora pidiendo subsidios, escribiendo publicaciones y demás", se sinceró entre risas.
En la actualidad, la investigadora se encuentra trabajando con nanogeles inteligentes multiresponsivos. Los nanogeles son polímeros entrecruzados, capaces de absorber grandes cantidades de solución acuosa y de llevar en su interior principios activos como antibióticos, antígenos vacunales, drogas anticancerígenas, entre otros; estos actúan como vehículo y liberan la carga respondiendo a un estímulo, que puede ser temperatura, acidez del medio, presencia de una enzima, etc.
"Estamos trabajando en dos líneas de investigación", informó a El Litoral y agregó: "Una es usar estos nanogeles para desarrollar plataformas vacunales para cerdos, en conjunto con el doctor Fabricio Alustiza, del INTA Marcos Juárez, y la otra línea es con la doctora Inés Islas, de la Universidad Nacional de Río Cuarto, en la que los utilizamos en terapias antimicrobianas, para matar bacterias resistentes a antibióticos. La resistencia antibiótica es una de las problemáticas actuales más importantes en materia de salud. Nosotros proponemos matar estas bacterias mediante un shock térmico producido por los nanomateriales", sintetizó.
Además, Molina colabora en la investigación de la utilización de nanogeles termo y fotosensibles en terapias anticancerígenas, para aumentar la eficacia y disminuir efectos adversos, así como para matar células resistentes.
Consultada sobre las diferencias de género en la ciencia, Molina aseguró que "existen, y son muchas, como en cualquier ámbito profesional. Yo tuve la suerte de trabajar con personas que no hacían diferencia de género, entonces pude ascender sin problemas, pero conozco casos de mujeres que no tuvieron los mismos beneficios, aunque esto se va revirtiendo", aseguró.
Una muestra de ello es que "este año es la primera vez que en el tercer escalafón del Conicet, que somos los investigadores independientes, hay más promociones de mujeres que de hombres, cuando hasta el año pasado nos ubicábamos en lugares más bajos. De a poco vamos cambiando la realidad", destacó.
A la hora de hablar de cómo es hacer ciencia en Argentina, la investigadora asumió que “siempre es mucho más difícil hacer ciencia en países donde no hay tanta inversión en Ciencia y Tecnología, porque los insumos que nosotros utilizamos están dolarizados y en un contexto de crisis económica, se hace bastante cuesta arriba por la falta de dinero para solventar las investigaciones”, y admitió que “muchas veces terminamos poniendo plata de nuestro salario para solventarlas o viajar a congresos, especializaciones o a medir”.
Pero seguidamente, la doctora en Ciencias Químicas aseguró que, más allá de los obstáculos, le gusta destacar los beneficios que hay en nuestro país en cuanto a ciencia. “La presencia de un sistema de tecnología estatal, con una planta permanente de investigadores es muy importante y no tan común en el resto de los países. Nosotros volvimos al país y, con 31 años, yo ya era investigadora permanente del Conicet; eso en Europa es bastante raro”.
Justo antes de esta distinción, esta semana se promulgó la Ley de Promoción de la Bio y Nanotecnología en Argentina. María Alejandra Molina destacó este hecho como “un avance muy importante para el área, como toda inversión en ciencia. Lo interesante de esta ley es la articulación pública/privada; si bien los beneficios económicos son para el sector privado, los proyectos requieren de la participación de sectores de investigación públicos como son las universidades, conicet, INTA, INTI, entre otras”, informó, agregando además, como punto destacado, que “esta ley incluye la formación de una Comisión de Consulta, formada por diferentes actores del Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología, que pueden revisar cómo funciona el instrumento, por lo que no es una norma estática, sino que podrá modificarse dependiendo las necesidades actuales”.