Los ingresos cayeron 5,6% pero los gastos retrocedieron 27,5%
Es "el mayor ajuste fiscal en 31 años", según el análisis del Instituto Argentino de Análisis Fiscal. De las evidencias contables de la motosierra a las claves de la tolerancia social a la administración Milei.
"En el año 2024, los ingresos totales cayeron un 5,6% real interanual, mientras que el gasto primario descendió un 27,5% real interanual". Los datos de Nadin Argañaraz son más que elocuentes; aún con menos recaudación y recursos, sin acudir al financiamiento externo y con una baja en el endeudamiento global del Tesoro más el Banco Central, la administración Milei hizo "el mayor ajuste fiscal anual de los últimos 31 años".
Más allá de la contabilidad, el consumo interno, las transferencias a provincias, obra pública jaqueada por la corrupción y erogaciones jubilatorias más salarios públicos estuvieron del lado de los costos. La fuerte baja de la inflación (que aún afronta un duro capítulo en un año electoral), la baja calidad institucional y la previsibilidad para los actores sociales y económicos explican una tolerancia inédita al costo. Habrá que buscar en los antecedentes de la debilitada oposición, los fundamentos de la ecuación sociopolítica.
Participación de cada rubro en el ajuste.
De enero a diciembre, según el nuevo informe del Instituto Argentino de análisis Fiscal, surge que el déficit primario del periodo enero-diciembre 2023 de $18.499.000 millones en pesos constantes, se pasó a un superávit de $14.237.000 millones en 2024.
"Dado que los intereses de deuda pagados cayeron un 14,7% real interanual en el periodo, el déficit fiscal acumulado de $31.843.000 millones en el año 2023, se transformó en un superávit fiscal de $2.851.000 millones este año, siempre considerando la moneda de diciembre de 2024".
Variación interanual de los principales gastos.
"Arrugaron. No se animaron por temor al desarme de posiciones en pesos. Larga vida al carry trade", ironizó Cristina Fernández desde su cuenta de X, al referir que el Banco Central, tras la decisión de bajar el ritmo devaluatorio del 2 al 1% mensual, mantuvo en 32% la tasa de política monetaria.
Cristina cuestiona que -por ejemplo- los importadores puedan prefinanciarse a tasas bajas, invertir en letras que les rinden por encima del crawling, para volver al dólar a la hora de saldar sus facturas. Tiene razón; omite además que los pesos de deuda del Tesoro a los bancos, si son retirados, pueden provocar una catástrofe en el frente inflacionario o del dólar; esa es una mochila que dejó el kirchnerismo.
Hay que recordar a Carlos Fayt cuando, ante falsedades de Cristina, le recordó la frase del editor de The Guardian, Charles Prestwich Scott en 192: "las opiniones son libres, los hechos son sagrados". Mientras tanto Javier Milei recorre Washington para juntar avales al próximo paso: dólares que refuercen las reservas y despejen el camino de su eficiencia macroeconómica con opacidad institucional y desafío electoral.
¿Cuánto costaba el déficit?
El Sector Público Nacional no financiero (SPNNF) tuvo un superávit primario equivalente a 1,8% del PBI y, añadiendo el pago de amortizaciones e intereses de deuda, acumuló un saldo a favor del 0,3% del PBI. "Los intereses pagados equivalieron a 1,5% del PBI", señaló Argañaraz.
"Entre un déficit fiscal de 4,4% del PBI en el periodo enero-diciembre de 2023 y un superávit fiscal de 0,3% del PBI en 2024 hay una diferencia de 4,7 puntos porcentuales del PBI. Esta sería la magnitud efectiva del ajuste fiscal".
Es precisamente aquél déficit que se financiaba con crecientes tasas de inflación (el impuesto más gravoso a los sectores más desfavorecidos), que se expresa en la pérdida de valor de la moneda (de los salarios, de las jubilaciones) mientras el gobierno sin fuentes de financiación legítima y sustentable, acumulaba deudas en pesos que el Banco Central observa. La gestión de Alberto Fernández no hizo más que agudizar dramáticamente la bomba de las Leliqs, que es lo que Cristina omite en su enjuto comentario de X.
Más que en 2002
"En el año 2024 el gasto público total nacional tuvo un descenso interanual real de 26,4%, superando ampliamente la mayor reducción registrada previamente, del 17% en el año 2002". Aquella caída tras la salida de la convertibilidad no tenía el sistema de asistencias que hoy tiene el país. Acaso la suba del 39% en asignaciones universales y el desmantelamiento de la intermediación política en los planes, expliquen la menor reactividad social al recorte.
El peso de la motosierra
"Los tres gastos que más cayeron fueron: transferencias de capital a provincias (-96%), inversión real directa (-70%) y transferencias corrientes a provincias (-67,8%)". Básicamente la obra pública que Nación realizaba por sí o la que reasignaba -con mecanismos extorsivos a discreción desde el poder central- a los gobernadores, financió el cambio de época fiscal.
Subsidios a la energía (-34,1%); Programas Sociales intermediados (-32,5%) y subsidios al transporte (-28,9%) completan el escenario del ajuste nominal. Las transferencias a universidades cayeron 25,5%, los salarios públicos 20,3% y las asignaciones familiares y por hijo retrocedieron 20,1%. Hay que decirlo, los recortes a las caídas del INSSJP se redujeron al 2,8% en el año y las asignaciones universales para la protección social crecieron 39%.
Los números duros -los hechos- señalan que el esfuerzo es menos de "la casta" que de la sociedad, que los libertarios recuperaron en parte los haberes jubilatorios y los salarios después de la devaluación del 54% de diciembre y que mantuvieron un piso de asistencias sin intermediarios que cubre buena parte de la canasta básica.
La proporción del esfuerzo fiscal
Iaraf analiza a su vez el peso relativo que en el gasto total tuvieron los recortes sobre el total del presupuesto. Así por ejemplo, el recorte a las jubilaciones -por ser el gasto de mayor magnitud del espectro- soportó el mayor esfuerzo.
"Las Jubilaciones y pensiones soportaron el 19%, la inversión real directa el 15%, las transferencias a provincias el 17%, programas sociales el 12%, subsidios a la energía el 10%, salarios el 9%", detalla el informe anual.
Detrás de 2021
"Debido al ajuste fiscal de 4,7 puntos porcentuales del PBI registrado en 2024, el Gobierno Nacional volvió a tener un superávit fiscal luego de varios años de déficit", expone el Iaraf en su informe.
Apunta que, considerando el periodo 1993-2024, "el ajuste fiscal de 4,7 p.p. del PBI hecho en 2024, resultó ser el mayor ajuste anual realizado. Resulta importante resaltar que el mayor ajuste fiscal en términos del PBI realizado antes de 2024, correspondía al año 2021 (3,8 p.p. del PBI)
"No obstante -añade- este ajuste es explicado fundamentalmente por el significativo aumento del PBI en el año posterior a la pandemia de COVID-19, ya que en términos reales el gasto total descendió un 1,7% respecto a 2020".
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