Catorce países de la Organización de Estados Americanos (OEA) rechazaron este jueves la juramentación de Nicolás Maduro como presidente de Venezuela en medio de denuncias de fraude electoral, indicó la cancillería ecuatoriana.
Se trata de Canadá, Chile, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Estados Unidos, Jamaica, Guatemala, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana y Uruguay, quienes "emitieron una declaración conjunta” con Argentina. Por separado, Colombia también endureció su posición.
Catorce países de la Organización de Estados Americanos (OEA) rechazaron este jueves la juramentación de Nicolás Maduro como presidente de Venezuela en medio de denuncias de fraude electoral, indicó la cancillería ecuatoriana.
Argentina, Canadá, Chile, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Estados Unidos, Jamaica, Guatemala, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana y Uruguay "emitieron una declaración conjunta, en la que rechazaron la investidura de Maduro y exigen el respeto de los derechos humanos y libertades fundamentales en Venezuela", señaló en la red social X.
Las catorce naciones resolvieron "rechazar el acto de investidura presidencial de Nicolás Maduro del 10 de enero de 2025 por carecer de legitimidad democrática y pruebas verificables de integridad electoral".
Asimismo, exigieron "al régimen dictatorial venezolano que restablezca el orden democrático, permitiendo una transición pacífica que respete la voluntad del pueblo expresada en las elecciones presidenciales", en las que el exiliado Edmundo González Urrutia reclama la victoria. También reclamaron la liberación de "todas las personas detenidas arbitrariamente".
La autoridad electoral venezolana proclamó a Maduro ganador de los comicios con 52 % de los votos, pero a la fecha sigue sin publicar el escrutinio detallado, como manda la ley.
Por su parte, la oposición sostiene que su candidato Edmundo González Urrutia ganó con 70% del electorado y se basa en copias de las actas electorales, que están a resguardo del gobierno de Panamá según lo aclarado oportunamente por la líder opositora María Corina Machado.
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, instó este jueves al régimen de Nicolás Maduro a que libere los detenidos, en el marco de su cuestionada reelección. Aunque el gobierno colombiano es uno de los mayores aliados de su vecino Venezuela, ha ido endureciendo su discurso contra lo que llama el "acoso sistemático" a opositores.
"Es importante para la paz en las Américas que Venezuela libere todas las personas detenidas en el marco de las elecciones y las pos elecciones, incluidos los doce colombianos detenidos en su territorio", escribió el mandatario izquierdista en la red social X.
Si bien Colombia no está entre los catorce países de la OEA que rechazaron oficialmente la investidura de Maduro, el gobierno colombiano sí está entre los que no reconoce los resultados de las elecciones en Venezuela y considera que las elecciones "no fueron libres desde un comienzo".
Además, Petro no asistió a la toma de posesión de Maduro el pasado viernes y en su lugar envió a su embajador en Caracas, Milton Rengifo. El pronunciamiento del presidente colombiano se dio tras la excarcelación este jueves de Carlos Correa, director de la organización no gubernamental promotora de la libertad de expresión Espacio Público.
La semana pasada, Petro criticó la detención del activista. "Que las Américas sean tierra de libertad sin presos políticos", pidió el mandatario este jueves.
Correa fue parte de una serie de detenciones que se produjeron el 7 de enero, tres días antes de la investidura de Maduro para un tercer mandato seguido de seis años (2025-2031), entre denuncias de fraude de la oposición.
Entre el 1 y 12 de enero, 83 personas fueron detenidas por "razones políticas", según la organización no gubernamental Foro Penal. Unas 2.400 personas fueron arrestadas en el marco de manifestaciones que estallaron tras las denuncias de fraude de la oposición en las elecciones presidenciales del 28 de julio, que dejaron 28 muertos y casi 200 heridos.
Tres de los arrestados fallecieron en prisión entre denuncias de abusos y falta de atención médica y unos 1.300 fueron excarcelados cuatro meses después.
La oposición en Venezuela tuvo en los últimos quince años figuras como Henrique Capriles y Leopoldo López, que suscitaron grandes expectativas en el país y concitaron la atención internacional. Ninguno de los dos liderazgos logró movilizar a la gente como María Corina Machado, y mucho menos desestabilizar el poder de Maduro.
"Capriles tuvo un enfoque más electoral y López más de protesta, de salir a la calle, manifestarse. Yo creo que María Corina Machado termina siendo la síntesis de este proceso que tenemos en Venezuela, que ya es largo", dice el analista político Andrés Cañizález.
"Ella ha llegado hasta acá con lecciones bien aprendidas del pasado: el fraude electoral que Capriles no pudo documentar en 2013, Machado logró demostrarlo con las actas en 2024", añade.
"A diferencia de López y de Capriles, María Corina ha creado un movimiento ciudadano. La ciudadanía está unida en torno a ella, pero no es la unión tradicional política, de partidos, etcétera… Es un movimiento además muy emotivo: hablando a las madres, a los hijos, de las familias separadas, del retorno de nuestros exiliados. Eso es algo inédito hasta ahora", subraya, por su parte, Rory Branker.
Tras la juramentación de Nicolás Maduro, volvieron a tomar cuerpo los mensajes de Edmundo González Urrutia y María Corina Machado, infundiendo esperanzas a los venezolanos. Él sigue fuera del país, y ella, condenada a vivir en la clandestinidad.
¿Qué otras opciones tienen ahora para el retorno al sendero democrático? La comunidad internacional no desea repetir errores del pasado y la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca contribuye a dibujar un panorama incierto.
Hay voces que piden una intervención internacional en Venezuela, mientras otras piensan que debe instalarse el Gobierno de González Urrutia para operar con otros países de manera "legítima".
Fuentes ligadas al amplio arco opositor indican que la estrategia actual, una vez superada la decepción del 10E, pasa por formar una suerte de "Frente Nacional por la Democracia", que reivindique las elecciones del 28 de julio de 2024 y que vaya más allá del liderazgo de María Corina Machado, incluyendo a gremios, universidades y a la sociedad civil.
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