Nos escribe Arturo (45 años, Boulogne): "Hola Luciano, te escribo porque estoy en el medio de una separación y no la estoy pasando bien. Después de una relación de años, mi pareja me planteó una separación y te juro que no me la vi venir. Es como si me hubieran pateado el banquito y me quedé pedaleando en el aire. Si me podés decir algo para darme una mano, te lo voy a agradecer mucho".
Querido Arturo, que momento difícil. ¿Qué podría decirte que te traiga un consuelo? Paradójicamente, no conozco mucho (casi nada) de tu historia, pero me imagino tantas cosas, pienso en tantas consultas de este tiempo, recuerdo también las palabras de ese amigo que un día me dijo: "Uno no lo quiere creer, pero las mujeres un día se cansan de que les digan que no y son ellas las que dicen hasta acá".
¿Será que este es tu caso? Quizás no, pero pensemos que sí. Te diría que son muchas las veces que escuché a varones desesperarse ante la partida de esa mujer a la que tal vez no le dieron mucha bola. Sin duda es algo de la relación temprana del varón con su madre lo que hace que este crea que ella nunca se va a ir. Y las mujeres se van, sí.
Escuché en estos años a muchísimos varones hablar del amor que sentían por mujeres que les dijeron basta y ellos no lo podían entender. Incluso me pasó a mí mismo una vez, hace muchos años, cuando una mujer a la que yo amaba muchísimo me dijo: "Vos me amás, pero no tomás nada de mí". Y decidió irse.
Esta fue una de las pérdidas más difíciles de mi vida, pero también una de las que más me enseñó algo sobre el amor. Yo podía amarla, pero… ¿estaba dispuesto a dejarme a afectar por ella? ¿Estaba disponible para que su vida cambiara la mía? No. Y por eso ella se cansó y se fue, con toda la razón del mundo, porque yo la amaba con un amor egoísta y eso, creería, en términos generales, a las mujeres no les interesa.
Pero yo no sé mucho de mujeres, no puedo ponerme en el lugar de enseñarte nada. Solo te quise contar algo de mi experiencia. De la misma manera que aquella canción de Andrés Calamaro dice: "Lo dijo la chica que te dijo que no/ no se puede vivir del amor". Estoy seguro de que es mucho lo que tenemos que agradecerles a esas mujeres, porque son las que nos dicen lo cierto del amor.
Supongamos la situación contraria: tu pareja sabía que vos estabas en la tuya, pero ella estaba cómoda; sabía que la querías,… ¿Qué más podía querer de vos? Acaso, ¿no hay mujeres que nunca se separan de sus maridos porque eso implicaría tener que renunciar a beneficios y medios de vida? Entonces, cuando ella te dijo que no … ¿no te dijo a su modo que no se quería conformar?
Especulo y pienso: si te hubiera dejado por otro, te lo hubiera dicho. Si te hubiese dicho que ya no te amaba, me lo hubieses dicho. Ella se fue -no digamos que te dejó, porque no sería justo- porque no quería un amor que no fuera sincero. ¿Vos hubieras preferido un amor que no fuese honesto? Ella dijo ese no que seguramente vos pensaste mil veces en pronunciar y nunca te animaste. Dale las gracias.
Querido Arturo, me decís que no te la viste venir, pero -por favor- no empecemos con esa teoría facilista de creer que las mujeres hacen el duelo durante la relación, como si esto ocurriera a nuestras espaldas. Cuando los varones no queremos, hacemos de todo por no ver y ese sayo nos cabe solo a nosotros.
Estoy seguro, además, de que si mirás para atrás, vas a reconocer diferentes indicios con los que ella te vino diciendo que algo no andaba bien. Aquí, de vuelta, te hablo también como varón al que diferentes mujeres le han dicho que no. Si me permitís un consejo: no te confíes en que la amás, mucho mejor tratá de estar atento al amor de ella, que no sienta que te ama en vano.
Te patearon el banquito, hermano… ¿Qué le vas a hacer? Tal vez ser varón no consista en otra cosa que, cada tanto, quedarse pedaleando en el aire. Acordate de la milonga sentimental y sus versos: "Varón, pa' quererte mucho, varón, pa' desearte el bien, pa' evitar agravios, porque ya te perdoné". Haceme caso, más que perdonarla, porque la verdad es que no hizo nada más que decirte que no, mejor agradecele.
Querido Arturo, claro que te doy una mano, pero no una condescendiente, ni una que la demonice. Al contrario, te voy a decir más bien que te abraces a este dolor, porque es un buen dolor, es de esos dolores que, si le das lugar, va a sacar una mejor versión tuya.
Sí, ya sé, ahora es todo negro y primero hay que sobrevivir. Para eso no me necesitás a mí, sino a tu círculo cercano, para que te haga el aguante y te escuchen decir mil veces las mismas cosas. Lo que yo puedo decirte es que no te resientas; lo que quiero decirte es que la ruptura de que me hablás es seguramente una de esas rupturas que conviene que alguna vez le toquen a un varón, para aprender que el amor es un trabajo cotidiano.
Lo demás, ya me lo imagino: vas a pasar un primer mes terrible, después te vas a dar cuenta de que no te hace tanta falta, luego vas a advertir que -aunque la amabas- vos ya te habías separado de ella mucho antes de que ella te planteara la separación. Al final, vas a darte cuenta de que, aunque ella haya dicho que no, ella te quiso mucho y te sigue queriendo, y su amor vive en vos. Y se lo vas a agradecer. Créeme que se lo vas a agradecer, aunque ya no estén juntos.
(*) Para comunicarse con el autor: [email protected]
(...) Yo no sé mucho de mujeres, no puedo ponerme en el lugar de enseñarte nada. Solo te quise contar algo de mi experiencia. De la misma manera que aquella canción de Andrés Calamaro dice: "Lo dijo la chica que te dijo que no/ no se puede vivir del amor". Estoy seguro de que es mucho lo que tenemos que agradecerles a esas mujeres, porque son las que nos dicen lo cierto del amor.
Supongamos la situación contraria: tu pareja sabía que vos estabas en la tuya, pero ella estaba cómoda; sabía que la querías… ¿Qué más podía querer de vos? Acaso, ¿no hay mujeres que nunca se separan de sus maridos porque eso implicaría tener que renunciar a beneficios y medios de vida? Entonces, cuando ella te dijo que no … ¿no te dijo a su modo que no se quería conformar?
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