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Lidia de Av. Caputto
Noches pasadas entraron a robar en cuatro casas de Av. Caputo al 3500. En una robaron una batidora, una cafetera… en la mía entraron pero no robaron nada, pero se ve que revisaron todo. Llamé a la policía. La policía vino y se los señalamos, porque son dos trapitos que están sentados enfrente.
¿Saben qué nos dijeron? "¿Ustedes qué pruebas tienen que son ellos?" Pero si están todos el día sentados viendo cuándo entramos y cuándo salimos. ¿Quién otros van a ser? En mi casa dejaron un cuchillo, quiere decir que si yo llego en el momento en el que ellos están adentro me acuchillan. Entonces qué…
¿Tiene que morirse alguno? ¿El intendente en serio no puede hacer nada por un poco más de seguridad de los ciudadanos? En otra de las casas dejaron un cuchillo roto en la cerradura, porque tratan de entrar de esa forma. Eso quiere decir, repito, que si uno sale al patio o al jardín en ese momento lo acuchillan.
Es una vergüenza. Por favor, que alguien tome nota. La policía nos dice que si los meten presos, en veinticuatro horas el juez les da la orden para que los larguemos. ¿Pero dónde estamos viviendo? No se aguanta más semejante inseguridad. Muchísimas gracias por el espacio.
Matías Aníbal Rossi
Hace ciento veintiún años, el 22 de febrero de 1904, la Argentina izó la bandera en la Antártida, en la isla Laurie, perteneciente a las Orcadas del Sur siendo el primero del mundo en fundar una base antártica permanente. Hoy tenemos otras 6 bases que trabajan durante todo el año.
Realizan tareas de rescate y auxilio, instalación y mantenimiento de faros y ayudas de navegación, trabajos de exploración, científicos y cartográficos. Personal de las tres fuerzas armadas cumplen así la honrosa tarea de encarnar la presencia y los derechos argentinos en el continente blanco.
Apenas treinta países están presentes en el continente y menos de diez, junto al nuestro, reclaman derechos territoriales. A pesar de la importancia de estos hechos muy poco es lo que trasciende para el ciudadano común.
Pareciera que no importa infundirnos el justo orgullo, por las cosas bien hechas como esta. En especial a nuestros chicos y jóvenes porque solo pocas provincias incluyen el tema en su calendario escolar.
Tuve la oportunidad de ir, al cumplir mi servicio militar en la armada hace cincuenta años pero lamentablemente lo rechacé.
Solo me queda el consuelo de imaginar, sostenida por gente valiente, a nuestra hermosa bandera ondeando al viento y multiplicada mil veces en la blanca meseta junto a los azules cielos y aguas del Atlántico Sur.
Por Roberto Rubén Sánchez
El sabio no dice lo que piensa, pero piensa lo que dice - Aportes de un lector
No es santo de mi devoción y oportunamente muchos fuimos víctimas de la ciclotimia económica de Domingo Cavallo en proporciones importantes. Aun así, más que "sacarle mano", el presidente Javier Milei debería escucharlo -para corregir algunos errores- al llamado padre de la convertibilidad (haber "convertido" ricos en pobres), no atacarlo. Pero, lamentablemente, las contradicciones de Milei son notorias. Ahora apuesta a la apreciación del excremento y el que era el mejor ministro de Economía hoy es un impresentable
Está en contra de los matrimonio gay, pero invita a Roberto Piazza y a su esposo a cenar a la Quinta de Olivos, o echa a su alter ego Ramiro Marra sin miramientos, luego a Mariano de los Heros (Anses), por decir una verdad pero le quita protagonismo. Lo mismo con Sonia Cavallo, que llegó de la mano de Diana Mondino (otra caída en desgracia) a la OEA por ser la hija de quién le marca errores. Tal vez Luis "Toto" Caputo dentro de poco si algo sale mal vaya a parar a la guillotina. Sin embargo salvo estos dislates adhiero al redireccionamiento de la Economía. ¡Pero pido coherencia por favor!
Mejor desensillar…
Creo que la mejor forma de dilucidar el confuso episodio que tiene como protagonista al presidente con la criptomoneda debe investigarse. Los obsecuentes no deben aceptar y justificar la falta de "interiorización" que aduce, lo malo de su imprudencia es que no tome consciencia por su aura que las ratas -cómo gusta decir a sus adversarios políticos- están de fiesta y él deberá pagar los gastos. Por algo se dice que "del ridículo no se vuelve".
El que tiene la responsabilidad de esta maniobra voluntaria o involuntaria es él y debe explicarlo para beneficio de la República y de la democracia. Y como no hay que darle oportunidad a otros (quizás tan o más dañinos), es mejor llamarse a un prudente y saludable silencio hasta que se aclare. Pero, evidentemente Milei está rodeado de codiciosos jóvenes que ven la oportunidad a través de La Libertad Avanza de hacer negocios que aportan pocos beneficios a la sociedad (aunque sí a sus bolsillos). No hace falta más que escuchar las rimbombantes declaraciones de su ejército de alfiles con idénticas expresiones. De esto debería salir airoso y fortalecido si no tuvo nada que ver.
Por la boca muere el pez
He visto mucha gente "autolesionada" por el mal manejo de las motosierras. Y en tal sentido el descargo de Milei frente a un periodista "oficialista" fue lamentable en algunos pasajes. ¿Si sabía que la criptomoneda en cuestión es un negocio de riesgo para "timberos" cabe preguntarse por qué lo difundió o promocionó? Si a priori no lo ignoraba... cometió una contradicción flagrante. Después quiso justificarse diciendo que no eran 44.000 los damnificados sino solo 5.000 personas, como para significar que el fraude de un privado no es tan importante. Luego hizo un racconto de las fechorías de "ella y su banda de forajidos", con comparaciones que se acercan a una discusión de barrio.
Para muchos, generar confianza, algo que Milei estaba logrando, lleva años y no lo logran. Él tuvo la habilidad en poco tiempo de lograrlo y ahora da la sensación de haber tirado todo por la borda, generando un tembladeral con perjuicios económicos para muchos. No creo sinceramente pese a mis observaciones objetivas que esté involucrado como beneficiario, pero por lo menos fue negligente e imprudente en sus formas de relacionarse con bandidos que pululan en las redes crypto. En lo sucesivo sugiero que a los presidentes habría que sacarles los celulares.
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